Mario Guerra
Tanatólogo y terapeuta
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• En inglés existe una palabra “Nagging” para describir la interacción en la que una persona repetidamente hace una petición, otra persona ignora esa petición y ambos reflejan un enojo que se incrementa en un círculo vicioso, en donde la persona que quiere que se haga algo modifica su forma de pedir agregando crítica y regaño.
¿Por qué sucede?
• El Dr. Scott Wetzler, psicólogo y subdirector del departamento de ciencias de la conducta y psiquiatría del Montefiore Medical Center en NYC dice que:
• Es producto de la creencia de que debemos obtener lo que queremos de la otra persona, que a esa persona no le representa mayor esfuerzo hacer lo que le pedimos y que, además, nuestra petición es justa y razonable.
• Sin embargo, la otra persona percibe al fastidioso como alguien que le quiere controlar o importunar y se harta de ser fastidiado, por lo que no hace lo que se le pide.
La influencia de la personalidad
• Generalmente quien fastidia con peticiones recurrentes es una persona extremadamente organizada, obsesiva o ansiosa que no puede evitar estar acosando a su pareja con “recordatorios” de lo que “debe de hacer”.
• Esto se agudiza cuando la pareja a la que se le hace la petición no es muy organizada, se muestra muy relajada ante la “urgencia” o necesidad de su pareja o no cumple con lo que se le ha pedido.
• Sin embargo hay personas tan “relajadas” (irresponsables) que pueden desesperar a cualquiera y hacer que se vuelva un fastidioso.
¿Quiénes fastidian más en este sentido, hombres o mujeres?
Por supuesto que ambos sexos pueden hacerlo; sin embargo, es una conducta preponderantemente femenina.
• Las mujeres en general han sido socialmente condicionadas a sentirse responsables por el buen funcionamiento del hogar, la familia o la relación.
• Las mujeres suelen ser más sensibles a detectar señales cuando la relación no marcha bien, y cuando su pareja no coopera se ponen ansiosas y presionan para que eso suceda.
• No obstante, insistir causa el efecto contrario.
• Los hombres suelen sentirse regañados, en una reacción inmadura, reeditando los sermones maternos.
¿Por qué los hombres no hacen simplemente lo que les piden y se ahorran todo el proceso?
• El Dr. Howard J. Markman, profesor de psicología de la U. de Denver, señala que, en general, el hombre ha aprendido que aquello que se le pidió no se hará exactamente como la pareja espera o que vendrán nuevas e interminables peticiones.
• Esto tiene sentido si el patrón de la pareja es perfeccionista y obsesivo.
¿Por qué los hombres simplemente no dicen que no están dispuestos a hacer lo que se les pide?
• Porque eso empezará un sermón de lo que es la equidad y la reciprocidad. Se prefiere ganar breves momentos de paz al hacer pensar al otro que se está de acuerdo y conforme con la petición.
¿Qué tan destructivo es ser fastidioso en la relación?
Una investigación publicada en el año 2010 en el Journal of Family Psychology por el Dr. Markman, quien ha estudiado por 30 años patrones de comunicación entre parejas, afirma que:
• Cuando las parejas se declaran infelices en un período de 5 años, su nivel de “patrón de fastidiarse” (nagging) se encuentra incrementado en un 20% a la vez que ha disminuido en un 12% los patrones de comunicación funcionales (principalmente la escucha).
“El fastidiar es de los peores enemigos del amor”, dice el Dr. Markman
• Todo esto se ve agravado por las interpretaciones que dan las parejas a este patrón:
a. “No le importa; es un conchudo, todo le vale, no me quiere…”
b. “No sé por qué tiene tanta prisa, de todos modos lo voy a hacer, pero ya nada más lo hace por fastidiarme…”
¿Qué hacer?
Lo primero es reconocer que han caído en este patrón.
a. Están peleando acerca de que se la pasan peleando.
Si eres el que fastidia:
b. Trata de reinterpretar el por qué tu pareja no colabora como tú quieres:
• Es verdad que puede ser un flojo irresponsable, pero también puede ser que esté cansado o que no le guste hacer lo que le pides.
c. Elige sobre qué peticiones quieres realmente insistir y cuáles sería mejor que resolvieras por tu cuenta o algo que pueda esperar.
• ¿En serio necesitas que tu pareja le cambie las pilas al reloj de la pared ahorita?
d. Hazle saber a tu pareja por qué es tan importante para ti (no para el mundo, la moral o las normas sociales) que haga lo que le pides.
e. Evita presionar con palabras como : “deberías”, “quiero qué”, “tienes que hacer…”
f. Ajusta tus expectativas.
• Ya sabes como es tu pareja. O ya deberías haberlo sabido. Y si sí lo sabes y aún así no te gusta, ¿qué haces ahí?
g. Usa tu ingenio y busca lo que funcione.
• Hay parejas que les ayuda hacerse pequeños recordatorios escritos cargados de buen humor:
• “Acuérdate que me la paso llorando todo el día. Atentamente: la llave del lavabo”
Si eres el fastidiado
h. Trata de reinterpretar por qué tu pareja te está “chupando la sangre”.
• Puede ser que sea una sanguijuela de los deberes domésticos que se ha hecho el propósito de arruinarte la vida, pero también puede ser que su obsesión ya haya tomado el control de su vida y necesite ayuda profesional.
i. Si te resulta sencillo haz lo que tu pareja te pide, cuando te lo pide. Si no estás de acuerdo, argumenta por qué y si no lo vas a hacer en el momento que te lo pide, hazle saber que no puedes en ese instante, pero ofrécele una alternativa.
j. Si ya quedaste, hazlo… ponte una alarma o lo que sea, pero hazlo.
Ambos:
k. Consideren contratar a alguien que haga aquello que juntos no han podido acordar.
l. Si sienten que no pueden resolver esto juntos, busquen ayuda profesional.