Silvia Cruz
Investigadora en neurobiología de las adicciones
mejorenfamilia.org
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FB: Mejor en Familia
Guía del comunicador
La guía es resultado de un esfuerzo colectivo de un grupo de expertos convocados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), para dotar a los profesionales de la comunicación de una herramienta que les permita tratar el tema del consumo de drogas con lenguaje técnico apropiado.
Hay dos tendencias claras en el consumo de drogas a nivel internacional y nacional:
– la edad de inicio de consumo es cada vez más baja
– hay un aumento significativo en el consumo de las mujeres
Según el Reporte Mundial de Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) 2013
– Alrededor de 240 millones de personas consumieron cannabis, opiáceos (heroina y opio), cocaína o estimulantes de tipo anfetamínico por lo menos una vez durante el año precedente.
– De estos 240 millones, 27 millones son usuarios problemáticos, es decir, viven una situación de enfermedad a causa de su consumo.
En 2012:
– 6 millones murieron a causa del tabaco
– 2.5 por causa del alcohol
– alrededor de 200 mil murieron a causa del uso de otras drogas
¿Por qué hacer una guía del comunicador con información sobre trastornos del uso de drogas?
Porque los medios de comunicación pueden ser promotores fundamentales de vida saludable y aliados estratégicos en materia de prevención y atención a los consumidores.
Algunas de las recomendaciones más importantes:
1. “Sea un promotor activo de estilos de vida activa y saludable. No se limite a informar de los daños que producen las drogas en la salud.”
2. “No emita mensajes que refuercen los estereotipos drogas-diversión, drogas-jóvenes, drogas-libertad, porque además de ser falsos, fortalecen mitos que en algunas personas están muy arraigados y en otras pueden volverse aceptables.”
3. “Evite términos como “borracho”, “teporocho”, “mariguano”, “chemo”, “vicioso”, y otros similares, ya que promueven la estigmatización y el distanciamiento de las personas con problemas de consumo de drogas, en lugar de su acercamiento para encontrar una solución.”
4. Sea cuidadoso con el uso de expresiones coloquiales tales como “cayó en el vicio” o “entró a las drogas”, como si fuera un accidente de la fatalidad que elimina la capacidad de decisión del sujeto respecto al consumo de drogas.
5. “Procure no designar el consumo de drogas y sus consecuencias con términos de carácter moral y catastrófico como “la lacra de las drogas”, “el azote de las drogas”, “el infierno”, entre otros.”
