Eduardo Cañixto
Neurofisiólogo
Consulta a nuestro especialista
Una mentira: es la manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.
– Un niño dice una mentira cada 90 minutos
– Según un estudio de la Universidad de California: los adultos dicen 1 mentira cada 8 minutos
Y que las profesiones que más mienten son las que tienen más contacto social:
– Médicos y sus secretarias
– Vendedores
– Políticos
– Abogados
– Religiosos
– Jueces
– Comerciantes
– sindicalistas
– policías
1 de cada 4 personas miente en una entrevista de trabajo
Desde el punto de vista de las neurociencias indica que el hecho de pensar o saber el contenido de una idea involucra varias áreas del cerebro activadas en serie y en paralelo, las cuales se expresan a través de:
– la conducta
– el análisis de información
– la memoria
– la proyección
Mentir, hace que varias áreas cerebrales se activen incrementando su metabolismo entre un 15 a 20% durante el proceso de elaborar, decir y mantener una mentira.
En la mentira se incrementa el volumen de llegada de sangre a:
– la corteza pre frontal ventrolateral
– frontal medial posterior
– orbito frontal
– dorso lateral
– giro del cíngulo
– corteza temporal
– parte del sistema límbico
– en especial el área tegmental ventral
– núcleo accumbens
– y la amígdala cerebral
Por lo que decir y sostener una mentira se basan en un incremento en el gasto energético de glucosa y oxígeno por las neuronas.
Las regiones del cerebro involucradas para mentir son las mismas que se involucran en las emociones, en realizar conductas antisociales y generar adicciones.
El cerebro puede:
– involucrar contenidos falsos, decirlos y mantenerlos
– con el tiempo pueden desensibilizarse o disminuir su contenido afectivo-conductual
– adaptarse a perder los limites de decirlas para obtener recompensas o
– sentir la necesidad de decir más para generar emoción y placer.
Los neurotransmisores involucrados en el proceso:
– Glutamato
– GABA
– dopamina en el inicio, el cual gradualmente asocia noradrenalina y serotonina.
Si la mentira continua, el proceso recluta neurotransmisiones asociadas al aprendizaje como las que dependen de:
– Acetilcolina
– adrenalina y puede involucrar el procesamiento de factores de crecimiento como BDNF,
– se pueden activar genes que activen la formación de proteínas para una mejor conexión sináptica.
Mentir puede tener un contenido social, decir una mentira tiene como un objetivo inicial:
– Obtener
– promover
– adquirir condiciones de confort
– de alimentación
– asociadas a la sexualidad
– de protección
– de placer
Es decir el proceso tiene un factor ontogénico.
– La aparición del lenguaje, como ganancia filogenética, hizo que la comprensión y análisis del lenguaje oral y escrito, sea el responsable de conseguir ventajas para mantener la especie.
– Hay evidencia de mentiras en los animales, las cuales no son tienen las mismos significados y elaboración que la de los humanos, sin embargo, el engaño es un recurso que utilizan algunos mamíferos para conseguir objetivos.
Mentir tiene un proceso de inteligencia, conexión neuronal y madurez del cerebro.
La elaboración neuronal del proceso de mentir debe ser un evento para llevarse a cabo a partir de la activación de estructuras relacionadas al razonamiento, memoria y evaluación.
De acuerdo al estado de animo y efusividad, se pueden activar zonas profundas como:
– la amígdala cerebral que hacen que el cerebro no razone de consecuencias
– y que la mentira se inicie no como un evento inteligente, si no como una conducta poco elaborada y espontánea.
La experiencia de mentir puede también estar relacionada para borrar errores en nuestra vida mantenidos en archivos que se ubican en el hipocampo y la corteza frontal
– La reacciones ante este evento es en cuestión de 1 a 5 segundos, por lo que al recordar un error
– Este puede asociar memorias de trabajo que hacen procesar información que evite volver a realizar un proceso que evoque culpa o vergüenza.
– La paradoja es que entre más errores que cometemos podemos hacernos más mentirosos para evitar las consecuencias desagradables
– Por esta razón, la corteza pre-frontal adapta los límites y premia lo efusivo.
Es decir, tenemos el sustratobiológicoparadisfrutar la vida, aun a expensas de otros, perosocialmentetenemos los controladoresparaque a suvez el cerebrosepa leer y adaptarnuestrasconductas.
Esto lo aprendemos en el transcurso de la vida para hacernos sociables y adaptarnos a leyes que en ocasiones contravienen para lo que el cerebro esta mejor adaptado:
– obedecer a expensas de nuestro placer; entender el orden a pesar de nuestros deseos.
– Una mentira leve, el cerebro la olvida y la atenúa.
Una mentira de gran contenido o de la cual depende estatus, economía, condiciones laborales o relaciones interpersonales:
– hace que el cerebro elabore relaciones de memoria y respuestas lógicas, por lo cual, en ocasiones se generan “lapsus” los cuales son los momentos de mayor análisis de la información.
Decir una mentira genera una respuesta fisiológica corporal inmediata a partir de los 3.5 segundos que la decimos, la cual se traduce en algunos cambios:
– existe una discreta sudoración en la frente y por arriba del labio superior
– la transpiración corporal aumenta
– la frecuencia cardiaca se acelera
– la respiración se hace profunda y rápida
– la activación vascular puede hacer cambie la coloración de la piel de la cara
– Se presenta un incremento en los niveles de glucosa y ácidos grasos libres
– la tensión arterial aumenta
– la producción de saliva disminuye
Todo esto depende directamente de la liberación de adrenalina por parte de la medula de la glándula suprarrenal como consecuencia de su activación por el sistema nervioso central
En conjunto este proceso es conocido como la respuesta adrenérgica
– Esta respuesta es directamente proporcional al significado de la mentira
– no es lo mismo aceptar que se sabe que “no existen los reyes magos”
– a decirle alguien que “acepto que te soy infiel con la mejor de tus amigas”.
Es la respuesta adrenérgica la que polígrafo o detector de mentiras resuelve ante preguntas dirigidas y que se saben respuestas sobre las cuales se valora el grado de contenido y la elaboración de la mentira y su expresión fisiológica.
El individuo que miente en forma exitosa es en la mayoría de la veces, un individuo inteligente: tiene un coeficiente intelectual alto; es decir, saber decir y mantener el contenido de una mentira no es de gente tonta.
– Sin embargo, mantener la mentira es un proceso de demanda de tiempo y de elaboración de estrategias.
– Es un proceso que puede agotar física y mentalmente, pero que se compensa con la obtención de recompensas o reforzamiento social
– El decir, las mentiras pueden llevar a una conducta que se acerque a trastornos de la personalidad: los mitómanos creen sus mentiras, las comparten, las mantienen y viven a través de ellas.
– Los compulsivos, los depresivos o aquellos que tienen trastorno limítrofe de la personalidad asocian el ocultar la realidad con un proceso normal y justificado.
– La mentira en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer tienen un pronóstico de mala evolución de la enfermedad
En una encuesta del periódico El Universal, las frases más utilizadas en una mentira:
1. Te lo juro. No me llegó tu mensaje
2. Ajá. Sólo somos amigos
3. Pura discreción. Te juro que no se lo voy a contar a nadie
4. Vanidad. El lunes empiezo la dieta
5. Me chocaron. Sí, choqué, pero la culpa la tuvo el otro
6. Ocupadísimo. Llámame en cinco minutos porque estoy en una reunión
7. Tecnología, la culpable. Te envié el mail desde ayer
8. Típico. No eres tú, soy yo.
9. Puntualidad ante todo. Llegué hace como 20 minutos.
10. Enfiestados. La última y nos vamos
11. Te ignoran. No escuché cuando sonó el teléfono
12.Perdedizo. Se me perdió tu teléfono
13.Qué casualidad. Justo estaba pensando en ti
14.De verdad. Me quedé con un(a) amigo(a)
15.Pa’la otra. Te debo tu regalo
16.El piropo. Estás igualita
17.Como siempre. Estoy en el tráfico.