Ana María Arizti
Psicoterapeuta Gestalt, especialista en Adolescentes y Adultos
anaarizti.com
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• Estadísticamente, las 3 cosas que más destruyen matrimonios, son: La familia política, el sexo y las finanzas.
• El manejo de dinero en la pareja es directamente proporcional al nivel de confianza en ella.
• Nuestras prácticas concretas con el dinero en la pareja, reflejan y expresan maneras muy precisas de querer a otro y quererse a uno mismo.
¿La infidelidad sólo se da si tu pareja te engaña con otra/o?
• En el caso del sexo y las finanzas, ambos problemas son derivados de lo mismo: de la confianza y la desconfianza.
• La confianza se rompe con la infidelidad y el engaño, que vienen a ser lo mismo…mentira y traición.
• La traición sexual no requiere explicación… la financiera sí, porque la gente no suele atenderla como mentira y traición, pero yo así la veo.
• Cuando hay transparencia en las finanzas, y se considera que todo el dinero que entra es “para la canasta de la familia y su bienestar”, se reduce una gran parte del problema financiero. En la transparencia no hay mentira ni engaño.
• En cambio, cuando cada uno quiere apartar lo propio “para sus chicles”, empiezan los problemas. Cada quien hace su “guardadito”.
• Luego el otro cree que su guardadito es menor, y se van escalonando las dimensiones de los guardaditos, y poco a poco se empieza a ocultar y a no poner en la canasta familiar algún pequeño ingreso, luego otro, y nace la mentira y el engaño. El primero que engaña es el primero en empezar a desconfiar del otro. La confianza se pierde.
• El manejo de dinero en la pareja, es directamente proporcional al nivel de confianza en la pareja
1. Es posible oír decir que en una pareja donde hay amor del bueno, no se habla de dinero.
2. Hablar del dinero en la pareja es hablar del poder y de la manera en que este poder circula y se distribuye.
3. Entonces la mujer decide no tocar el tema ni ponerlo sobre la mesa, porque podría parecer una mujer interesada y entonces da por “¡¡OBVIO!!” algo que no lo es, esperando que el marido la cuide o se encargue de ella, cuando es a ella a quien le corresponde responsabilizarse de ella misma, poner las cosas en claro y COMPARTIR una vida con el otro, no dar nada por “¡¡OBVIO!!”
4. Los desequilibrios en cuanto a la disponibilidad del dinero común generan diferencias en los grados de libertad y también derechos y obligaciones que favorecen a unos en detrimento de los otros.
Estos favoritismos condicionan una relación de pareja que necesariamente abre las puestas al autoritarismo, a la dependencia, a los resentimientos que tarde o temprano salen a la superficie con la presentación de facturas retroactivas.
Nuestras prácticas concretas con el dinero en la pareja, reflejan y expresan maneras muy precisas de querer a otro y quererse a uno mismo.
• Los fantasmas del dinero en las mujeres:
1. Amenazas de desamor, de soledad y sobre todo, de desamparo al no tener un hombre Superman-padre que les garantice protección vitalicia.
2. Ser independiente es quedar a la intemperie y a merced de un mundo salvaje. (Los hombres nos protegen pero de los mismos hombres.) De dónde nace la idea de indefensión?
3. Creer que la seguridad está en la dependencia.
• El resentimiento en el hombre
1.- Por el hecho de comprobar que no es fácil y a veces tampoco posible, zafarse de la enorme responsabilidad que la sociedad les impone de asumir el rol de proveedores económicos, sin poder disfrutar desenfrenadamente del poder absoluto que disfrutaban en otras épocas.
2.- “Que la vida los engañó” Muchos de ellos soñaron con una esposa que debía cuidarlos como una madrecita.
• Resentimiento en las mujeres
1.- Obligadas a demostrar que no son inferiores a los hombres, cada una de las actividades extra domésticas que realizan se convierte en un duro examen en el que deben demostrar un rendimiento muy por encima de las media para competir con hombres a quienes no se les exige ni la mitad de lo que se espera de las mujeres.
2.-Criadas en la dependencia y con el mandato social de perpetuar los valores tradicionales, las mujeres cargan con la exigencia de seguir siendo las madres incondicionales cuya abnegación se espera alcance no sólo a los hijos y maridos sino también a todo tipo de relación en el ámbito laboral.
3.- La exigencia de seguir siendo las responsables de despertar y mantener vivo el deseo erótico en los hombres, para ello deberán luchar contra el tiempo si pretenden mantener una eterna juventud cuya lozanía y buen humor garantice el buen vivir de los varones.