Anamar Orihuela
Psicoterapeuta
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¿Cómo nace esta forma de estar en la vida?
1. Porque la vida les ha costado y para tener un lugar y sentirse valiosos han tenido que adoptar esta forma neurótica de defensa.
2. Porque es la forma de fantasear que controlas y eso te da seguridad.
3. Aprendió un “Yo estoy bien” a través de la comparación y la competencia.
4. Querer tener siempre la razón nace de una confianza en la vida y los demás quebrada.
5. Porque percibió poco valor en el entorno y sintió en la infancia un Yo estoy mal. (Padres)
¿Cuáles son las consecuencias?
1. Enojo y sentimientos de incapacidad en los que te aman. Se terminan cansando
2. Una compulsiva necesidad de ponerte en una posición superior y a los otros inferiores.
3. Nunca es suficiente lo que haces y vives los errores como una amenaza a tu valía.
4. Deshabilitas la capacidad de escucha.
5. No aprender de los errores y repetir en la inercia.
6. Vivir en una lucha continua y vivir paranoico.
7. Deshacerme de los demás y confirmar “No puedo confiar en nadie”.
¿Cómo cambiar esta posición?
¡Si es posible cambiar!
1. Recuperar la libre visión donde tú estás ok y los demás también.
2. Hay momentos donde esta postura es más fuerte, observa que la detona.
3. Enfrentar ese dolor de fondo y dejarlo ir. Eso ya pasó.
4. Tienes derecho y permiso a equivocarte y eso no te hace menos valioso.
5. Equivocarse es el terrero más fértil, es la única forma de aprender.
6. Eres valioso y los demás te quieren por quien eres de fondo no por lo que haces de forma.
Test del que siempre quiere saber la razón
1. ¿Cuando hablas de un tema solo estás buscando la forma de argumentar tu punto porque quieres tener la razón y no sabes escuchar?
2. ¿Sientes que todo el mundo necesita tus opiniones y puntos de vista para ver con claridad.
3. ¿De pronto crees que puedes interpretar lo que los demás piensan y sienten?
4. ¿Cuando los demás se equivocan hay un halo de gusto oculto en ti?
5. ¿Cuándo no te queda otra más que reconocer que te equivocaste minimizas o justificas la situación?
6. ¿Tienes una mente que nadie le gana?
7. Tus palabras favoritas son: Quisiera equivocarme pero casi nunca me equivoco. Te lo dije!! Siempre lo supe!!
8. ¿Eres arrogante y defensivo?
9. ¿Luchas por hacer las cosas correctas y mejor que los demás?
10. ¿Eres exigente, desesperado, perfeccionista y adoras dar oportunidades a los otros?
11. ¿Las palabras, te ofrezco una disculpa, me equivoqué o tú tienes la razón son como acido en tu boca?
12. ¿Una parte de ti grita que debes dar lecciones a los demás y por momentos eres autoritario y agresivo?