Gaby Pérez Islas
Tanatóloga
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No todas las pérdidas tienen que ver con muerte, ni con enfermedad. Muchas de ellas involucran al corazón que no deja de maravillarnos por su resiliencia y por ser este músculo tan elástico que conforme más lo usamos más crece o debería…
Cuando un corazón se rompe no se hace pedazos, se abre y ahora le caben más personas. Entre ellas un tanatólogo.
No puedo dejar de llorar
Hay tres posibles situaciones para la muerte del amor
- Se te murió a ti
- Se me murió a mí
- Se nos murió a los dos ( que suele ser el menos común de los casos)
- Si se le murió a tu pareja es muy probable que tú no te hayas dado cuenta y vivas cegado o cegada por tus propias fantasías o visión mágica de lo que es la relación. Hay que “oler” constantemente una relación para saber que no se ha echado a perder.
- Si se te murió a ti lo difícil es la toma de decisión porque no quieres lastimar a la otra persona, tal vez no lo merece o simplemente sientes feo de hacerlo.
- Si se les murió a los dos lo único que hay que hacer es ponerlo sobre la mesa y tomar decisiones asertivas ( es decir decisiones en las que no te sientas culpable)
La muerte del amor nos confronta con quedarnos una vez más con nosotros mismos. ¿Te caes bien o esa idea te espanta? En un balance general puedes decir si esta relación que se terminó te hizo crecer, te aportó algo o estás igualita a antes de que comenzara. Cada relación debe de ser un peldaño más en la escalera de conocernos y querernos no la oportunidad de seguir recriminándonos las mismas cosas de relaciones anteriores.
Aquí ya se ha hablado de tiempos aproximados para soltar una relación que se terminó y cuando empieza a considerarse patológico pero lo que nos falta decir es cómo tomar la decisión de seguir adelante sin la otra persona y sí contigo mismo. Para eso la tanatología como herramienta de vida es maravillosa porque te aterriza en que la vida es aquí y ahora y no tienes tiempo que perder en recolectar los pedazos de tu vida, armar el rompecabezas y seguir adelante.
Vete, no te convengo
Paso 1.Haz una lista de los errores (áreas de oportunidad ) que tú tuviste en la relación, sé honesta-o lo haces para aprender de ello no para juzgarte
Paso 2. Un cambio lleva a otro, nuevo look, nueva actitud
Paso 3. Ejercicio y actividad seguir el ejemplo del caleidoscopio
Paso 4. Desde la vida aquí y ahora qué tienes ganas de hacer, a quién honras con la nostalgia
Paso 5. Elimina de tu mente las frases “no fui lo suficientemente bueno para que te quedaras” o “me dejaste” la relación se terminó, eso es distinto a la victimización de sentirme abandonado. Ya somos adultos nadie nos abandona más que nosotros mismos y eso se llama depresión.
Que no te tire el dolor
Paso 6. La situación es muy amenazante, no te paralices adquiere nuevas herramientas para ello. Entiende que el duelo son todos los sentimientos, reacciones y cambios que ocurren durante el proceso de cicatrización de una herida psicológica.
Paso 7. Decide que esta separación te va a llevar a vivir no a dejar pasar tu existencia. Esa es una decisión que ningún terapeuta puede tomar por ti, ni gastes en terapia si no decides que quieres quererte y decirle sí a la vida bajo cualquier circunstancia. Tú decides dónde quieres ir y el terapeuta te dice cómo llegar eso es todo.
Paso 8. El único proyecto que es para toda la vida es vivir, el amor no se promete, se ejerce.
Paso 9. Date cuenta que la mayoría de las parejas están concentradas en mantener una relación no en mejorarla para tu próxima pareja no olvides que no hay mesetas ni zonas de confort, estar en pareja es refrendar un compromiso diario. No se trata de que te hayan escogido una vez sino de que te escojas cada día.
Paso 10. Sé la persona que quieres a tu vida. En el camino de lograrlo ella aparecerá pero no te desvivas buscando afuera lo que tienes que trabajar desde dentro.
Pérdidas que a la larga resultan ganancias
Terminar con una pareja no acaba con tu vida, la desafía y te lleva a reinventarte.