Mario Guerra
Psicoterapeuta y tanatólogo
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¿Qué ingredientes debería tener una relación estable y satisfactoria?
Amor
- Que se traduce en confianza y alegría.
- Es el impulso que nos lleva a querer estar cerca del otro.
Romance
- Los actos que derivan del sentimiento de amor.
- Cosas que hacemos, y dejamos de hacer, para que el otro pueda ver, escuchar y sentir el amor que tenemos por él.
- Cosas que sabes que, haciéndolas, tu pareja sabe que le estás queriendo y que no sólo las haces por hacerlas.
- Las haces en su “Lenguaje del amor”.
Intimidad
- Las conversaciones que les permiten conocerse más.
- Lo que les gusta, disgusta, alegra, entristece, etc.
- Información que se utiliza para comprender, empatizar y estar más cercano del otro.
- “Creo que mejor le pregunto si quiere ir a ver esa película, porque supe que matan a un perrito y a ella cuando era niña le atropellaron a una mascota”
- Nunca para atacar, criticar o dar golpes bajos
- “Claro, como desde niña no supiste cuidar bien a un perro, que según tú amabas, qué trato puedo esperar yo de ti”
Compromiso
La decisión de quedarte en esa relación porque tú la valoras (y uno respeta y trata bien a lo que valora) porque en ella encuentras:
- Alta satisfacción
- Es fácil de llevar y entender
- Te permite ser tú
- No tienes ganas ni necesidad de cambiar al otro, sino de conocerse y adaptarse cada uno a una forma de relacionarse.
- Lo que obtienes es satisfactorio y lo que das no es un sacrificio.
- Bajas alternativas
- Consideras que no hay mejor lugar para estar que esa relación. Hay otras posibilidades muy buenas, pero ninguna como estar con tu pareja.
- Alta inversión.
- Por puro gusto, cada vez inviertes más en emociones, recursos económicos y tiempo al lado de esa persona.
- Esa inversión te retorna lo del primer punto (alta satisfacción).
¿Qué harías si tu pareja te pone el cuerno?
¿Qué características tiene una inestable?
- Todo empieza con la primera luz de la mañana.
- Debes cuidar lo que dices y lo que haces por temor a la reacción del otro. Es como si todo el tiempo tuvieras que andar de puntitas y no pudieras tocar nada.
- Ni objetos, ni temas “delicados”, ni hacer comentarios y menos reclamos.
- Casi nada “te sale bien” (a los ojos de una pareja hiperdemandante).
- Cosas tan cotidianas como cambiarle a la tele, encender la luz, abrir la ventana o hasta tu forma de toser pueden encender la mecha de tu pareja.
- Parece que estás al lado de un “mal jefe”, no de una buena pareja.
- Más que peticiones parece darte órdenes y más que reclamos lo que abunda son las críticas y los reproches.
- Lo has intentado casi todo, pero tu sensación es la de estar caminando sobre cascarones de huevo, vidrio o hilo muy delgado.
- Es muy inconsistente; es decir, en un momento todo está bien y de pronto todo se convierte en una tragedia.
- Por mucho que “siempre” metieras la pata, la reacción de tu pareja debería ser menos dramática y más empática.
- Si tanto le molesta lo que haces, ya debería haber aprendido a vivir con eso, buscar acuerdos o pedirte tu acta de nacimiento, adoptarte y hacerse cargo entonces sí de tu reeducación (o francamente dejar esa relación si tanto “le pica”).
¿Es la relación, soy yo o es mi pareja lo que anda mal?
Eres tú si…
- Si eres quien se queja constantemente de que tu pareja nunca o casi nunca hace nada bien (mejor dicho, como tú crees que debería hacerlo).
- Sientes que tu pareja saca la peor parte de ti, te saca de quicio con facilidad o rompe tu paz mental, “obligándote” a explotar.
- Sueles regañar, aleccionar o levantar la voz (o algo peor) como medio de hacer entender a tu pareja cómo deben ser las cosas.
- Tienes la firme convicción de que tú estás bien y tu único error es haber elegido a alguien así, su necedad para cambiar o tu infinita paciencia sin resultados.
Es la relación si…
- Ambos se relacionan de manera balanceada con otras personas (desconocidos, amigos, familia).
- Especialmente si la relación con otras personas significativas es estable, pero entre ustedes no.
- En su historial de relaciones no ha habido por parte de alguno de los dos señales de inestabilidad.
- Es natural en ese caso que no estén muy familiarizados con la resolución de conflictos de pareja.
Es tu pareja si…
Muestra, de manera consistente, conductas que rebasan tu umbral de tolerancia, especialmente si entre ellas se incluyen:
- Temperamento explosivo; estado de ánimo rápidamente cambiante; quejas constantes; enojo persistente; incapacidad para disfrutar cosas cotidianas de la vida; aislamiento; críticas a lo que haces, cómo eres o lo que dices; incapacidad para reconocer culpa o responsabilidad; desprecio y maltrato físico y/o verbal hacia tu persona; constantemente levanta la voz o suele ser sarcástico.
- Constantemente te amenaza con dejarte o dejar la relación (pero nunca lo hace).
- Sientes que no puede ser tú mismo por temor a desatar su reacciones arbitrarias, caprichosas y que no te permiten estar en paz.
- Ante sus conductas a veces dudas de tu salud mental (especialmente cuando te niega cosas que obviamente hizo o dijo o te culpa de algo inexistente)
- Esto no solamente lo demuestra contigo, sino en otros contextos donde se siente en una posición de superioridad (aunque puede ser candil de la calle y oscuridad de la casa).
¿Es hora de dejar a mi pareja?
¿Entonces lo mejor en este caso sería abandonar la relación?
No necesariamente. Lo ideal sería primero hablar de lo que sucede y que ambos reconozcan su parte en los conflictos. Entonces buscar acuerdos y ajustes en las conductas sería lo siguiente a probar.
Si esto no funciona, y ambos reconocieron el problema, la ayuda profesional sería un estupendo siguiente paso en donde los posibles resultados serían que:
- El terapeuta decida trabajar con ambos para mejorar sus estrategias de relación.
- Trabaje principalmente con aquel que tuviera una conducta inestable.
- Les ayude a alcanzar una separación menos traumática.
Quizá lo que no funcione sea quedarte en una relación así por “amor”, por evitar un conflicto mayor al decir que quieres terminar (miedo) o por necesidad (de compañía de la calidad que sea).
Esperar que un día cambie de la nada y que ocurra un “milagro”, tampoco es la mejor apuesta que puedes hacer.
No importa cuanto des o cuánto ames, una persona inestable es refractaria a la calidez y al amor de otros.
¿Y si mi pareja dice que estamos bien así como estamos y no quiere hacer nada para cambiar y/o me acusa de ser yo quien está mal?
Francamente es lo más probable. Una persona emocionalmente inestable difícilmente reconocerá sus errores y te culpará por ellos.
Si tu pareja se resiste a buscar ayuda; te dice que sí, pero no te dice cuando; acepta la ayuda, pero no acude a las citas o abandona el tratamiento o estrategia de forma unilateral, lo mejor es que seas tú quien busque la ayuda o permanezcas en ella si ya la has iniciado. Un error común sería que tú también abandonarás los intentos de reparar esto porque consideres que no tiene caso sin tu pareja.
Es posible que una pareja inestable tenga razones para ser así, pero es claro que tú no eres su terapeuta ni su mártir.
Y mintieron felices para siempre…
“Entendemos que has sufrido, lo que no podemos aceptar es que por eso te sientas con el derecho de hacer sufrir a otros”
