¡5 minutos más!
No, ya no. Haz el propósito de levantarte 15 minutos antes para realizar los «mini» trabajos que tienes en casa, en dado caso de que trabajes. Por ejemplo, en 15 minutos tiendes tu cama y te metes a bañar con más calma. Si estás en casa, esos 15 minutos aprovéchalos en adelantar las labores.
¿Qué me pongo?
Prepara desde en la noche tu ropa, comida que te llevarás al trabajo y hasta ten picada la fruta que desayunarás al otro día.
NO
Aprende a decir «no» a actividades sociales para las que no tienes tiempo ni energía.
¡Debo terminar hoy!
Sé flexible con las metas y objetivos. Aprende a identificar lo importante de lo urgente, no te presiones con cosas que sabes que pueden esperar, pero tampoco seas flojo y hagas todo de al 5 para ahorita.
Inhala, exhala
Tomarte un poco de tiempo en respirar, no es malo, te ayudará a concentrarte. Recuerda hacerlo al menos una vez al día.
Sonríe
Si en el camino al trabajo, mercado o a tu casa encuentras gente, sonríe, no muestres cara de enojo, ¡eso también se contagia! Admira el paisaje, comprobado que disminuye el estrés.
¡Escucha música!
Pon tu canción favorita y disfrútala, escuchar música apoya la relajación del cerebro y te pone de buen humor.
¡Regálate tiempo!
Esto se traduce en calma y concentración. Haz actividades que te gusten, disfruta de un libro acompañado de una taza de té o ponte a ver películas, pero lo importante es que te consientas.
Rompe la rutina
Sal con tus papás, hermanos, primos o pareja entre semana, date ese tiempo para disfrutarlo un martes o miércoles, ¡te harán bien esos pequeños cambios! y no todos los fines de semana tienes que visitar a tu abuelita ni ir al cine, ¡disfruta la adrenalina de hacer cosas nuevas!
Con información de la Universidad de Miami
El estrés y tu cuerpo
El estrés y tu sistema inmune