¿Apoco no ir al gym es como ir al zoológico? ¡Hay cada especimen! Pero qué sería de los momentos anecdóticos con los amigos si no fuera por todos esos «raros» que hay en el gym. Quizá tu seas uno de ellos y ni en cuenta.
Acá te va lo que no nos gusta encontrarnos:
Los que pujan y gritan al levantar pesa.
A ver, no están matando al Kraken. No hay necesidad de ponerse en plan Conan el Bárbaro.
La súper maquillada a las 6 am
Es sesión de ejercicio, no la boda de tu prima Carmelita ni la entrega de los Oscar.
Los mamados entallados
Aplaudimos su esfuerzo por tener cuerpo de Hulk encabronado, pero nunca estaremos listos para la radiografía del paquete.
Los intelectuales
Se tomaron aquello de “mente sana en cuerpo sano” muy en serio y se ponen a leer los Diálogos de Platón mientras derriten grasa en la elíptica.
Los productivos
Esos que responden sus correos, revisan la hoja de balance o terminan una presentación sentados en la remadora.
Los aquaman
Esos creen que la toallita es opcional y van escurriendo sudor por todos lados como gringo jubilado en Cabo San Lucas.
Los yo llegué primero
Esos que dejan apartados los aparatos con la toalla o su botellita de agua, mientras platican por ahí .
Los huele a atún
Hay quienes sienten que su cuerpo para tener su fix de proteínas y se echan su lata de atún en las bancas del vestidor.
Los tendedero improvisado
Si, está asqueroso llevar tu short sudado en la maleta, pero tenderlo en los toalleros a la vista de todos está peor.
Los naturales
Ok, en algún punto hay que estar encuerado en el vestidor, pero eso de ponerte a platicar de tus vacaciones en bolas, es demasiado.