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Sacúdete el trauma

Les vamos a decir cómo nos sacudimos el miedo, cómo nos sacudimos el trauma y sobretodo, cómo seguimos con nuestra vida.

septiembre 25, 2017

Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros
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Texto tomado del libro “Sanando el Trauma” de Peter Levin.
¿Qué es el trauma?
• El trauma es la causa de sufrimiento humano más esquivada, ignorada, renegada, malentendida y no tratada. Cuando uso la palabra trauma, estoy hablando sobre los síntomas debilitantes que muchas personas sufren como secuelas de experiencias que los sobrepasan o que perciben como amenazas a su vida. Recientemente, trauma se ha usado como una palabra de moda para reemplazar el estrés del día a día diciendo cosas como “tuve un día traumático en el trabajo”.
• El trauma es único para cada individuo, nunca se manifiesta igual en dos personas. Lo que para una persona puede ser dañino en el largo plazo, para otra puede ser estimulante. Hay muchos factores involucrados en el gran rango de respuesta a las amenazas.
• Quizás lo más importante que he aprendido sobre el trauma es que las personas, especialmente los niños, pueden verse superados por eventos comunes de nuestro día a día. Hasta hace poco, nuestro entendimiento del trauma estaba limitado a soldados con “neurosis de guerra”, víctimas de abusos severos o de violencia y aquellos que han sufrido accidentes o heridas graves.
• El hecho es que, a través del tiempo, una serie de contratiempos aparentemente menores pueden tener un efecto muy dañino en una persona.

Algunos eventos detonantes más comunes incluyen:
• Accidentes de tránsito
• Procedimientos médicos invasivos rutinarios
• Pérdida de seres queridos
• Desastres naturales como terremotos o huracanes. Incluso caerse de una bicicleta puede sobrepasar a un niño bajo ciertas circunstancias

Por ahora, simplemente diré que prácticamente todos hemos experimentado algún tipo de trauma, ya sea directa o indirectamente.
• Muchas veces me piden que defina el trauma. Después de treinta años sigue siendo un desafío. Lo que sé es que nos traumamos cuando nuestra habilidad para responder a una amenaza que percibimos se ve superada. Esta inhabilidad para responder adecuadamente puede impactarnos de maneras evidentes como de formas ocultas. El trauma puede impactarnos de maneras que no se mostrarán por años. Por ejemplo, un veterano de guerra traumado que siempre salta con el ruido de un auto está claramente respondiendo a los sonidos de bala que experimentó en el pasado o una persona que sufrió tortura y estuvo preso comienza a experimentar un sudor frío cuando sube a un ascensor con muchas personas.
• En resumen, el trauma tiene que ver con la pérdida de conexión –con nosotros mismos, con nuestro cuerpo, con nuestras familias, con otros y con el mundo que nos rodea. Esta pérdida de conexión usualmente es difícil de reconocer porque no ocurre de golpe.
• Estos son los efectos ocultos del trauma, los que la mayoría nos guardamos. Podemos simplemente sentir que no estamos bien, sin darnos realmente cuenta de lo que está pasando; eso es, la socavación gradual de nuestra auto estima, confianza en nosotros mismos, sentimiento de bienestar y conexión con la vida. Nuestras decisiones se vuelven limitadas a medida que evitamos ciertos sentimientos, personas, situaciones y lugares.
• El resultado de esta constricción gradual de la libertad es la pérdida de vitalidad y potencial para cumplir nuestros sueños.

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Una nueva mirada sobre la sanación
• El campo de la medicina psiquiátrica ha elegido ver muchos de los efectos a largo plazo del trauma como una enfermedad incurable, solo controlable marginalmente por las drogas o manejando el comportamiento. Yo no estoy de acuerdo. Si bien los medicamentos muchas veces pueden ser de ayuda, son –por si solos- insuficientes.
• Al trabajar con el trauma por más de tres décadas, he llegado a la conclusión que los seres humanos nacemos con una capacidad innata para vencer el trauma. Creo no solo que podemos curar el trauma, sino que el proceso de curación puede ser un catalizador de un profundo despertar –una apertura de un portal a una transformación emocional y espiritual.

El trauma es trauma, sin importar lo que lo haya causado. Para realmente comprender esto, debemos internalizar el hecho que la gente puede traumarse por cualquier evento que perciben (consciente o inconsciente) que es una amenaza para su vida

Algunos casos obvios de trauma:
• Guerra
• Abuso severo en la niñez, sexual, físico o emocional
• Traición, rechazo o abandono en la niñez
• Experimentar o presenciar violencia
• Violación
• Heridas o enfermedades graves

Causas potenciales de trauma menos obvias:
• Accidentes de tránsito menores (incluso abolladuras al parachoques), especialmente cuando sufres un latigazo cervical.
• Procedimientos médicos o dentales invasivos, especialmente en niños que están sujetos o con anestesia (el uso de éter aumenta la posibilidad de trauma. Para los adultos, muchos procedimientos médicos, como el examen pélvico, puede ser percibidos como un ataque, incluso si racionalmente sabemos que son necesarios y nos ayudarán).
• Caídas u otras heridas menores, especialmente en niños y adultos mayores (por ejemplo un niño que se cae de su bicicleta).
• Desastres naturales como terremotos, huracanes, tornados, incendios e inundaciones.
• Enfermedades, especialmente cuando hay fiebres altas o envenenamiento accidental.
• Que te dejen solo, especialmente en bebés y niños pequeños.
• Inmovilización prolongada, especialmente en niños (entablillados, inmovilizaciones en la espalda o en los pies).
• Exposición a temperaturas extremas (altas o bajas), especialmente en bebés y niños. • Ruidos fuertes y repentinos, especialmente en niños y bebés.
• Estrés de parto, en el niño y la madre

Escucha a tu cuerpo ¿Cómo te sentiste cuando respondiste la lista? ¿Te sentiste nervioso solo leyendo las cosas que pueden ser traumáticas? Si lo hiciste, lo que estás experimentando es una respuesta normal al recordar cosas que pueden haber sido estresantes en el pasado, no es raro tener algunas reacciones.
• Puedes sentir una respuesta inmediata como que se aprieta tu estómago o sientes los latidos de tu corazón más fuertes. También puede ser que no hayas notado nada mientras leías, pero cuando terminaste sentiste una puntada en tu estómago. O quizás recordaste de una ocasión en que te caíste de tu bicicleta sin sentir nada en tu cuerpo.
• Es importante comprender que la ansiedad, el nerviosismo, o casi cualquier respuesta que hayas podido tener, tiene que ver con la activación de la energía que tú experimentaste en el evento original que te sobrepasó. Cuando te ves amenazado, tu cuerpo instintivamente genera una gran cantidad de energía para defenderte de la amenaza. Esta es la energía que trabajaremos en la curación del trauma por lo que necesitamos que estés consciente de ella
Los primeros síntomas que probablemente aparezcan después de un evento que te sobrepase pueden incluir:
• Hiperexcitación
• Constricción
• disociación y negación
• sentimientos de desamparo
• inmovilidad o congelamiento

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Los síntomas entregan un mensaje Es importante entender que algunos o todos los síntomas pueden aparecer sin importar el tipo de evento que causó el trauma, y sólo desaparecerán cuando el trauma sea sanado.

Para curar el trauma necesitamos aprender a confiar en el mensaje que nuestro cuerpo nos está entregando. Los síntomas del trauma son “despertadores” internos. Si aprendemos a escuchar estos “despertadores”, a aumentar la percepción de nuestro cuerpo, y finalmente a usar estos mensajes, podemos empezar a curar nuestros traumas. Así que, si estás preocupado leyendo estos síntomas, quizás puedes reformular tu reacción como las fases iniciales de tu viaje de curación, puedes estar agradecido que tu cuerpo está enviando un mensaje que pide la curación

Cómo el trauma afecta el cuerpo. Somos animales
• Temprano en mi estudio del trauma estuve involucrado en investigaciones sobre el cerebro en la que aprendí que las partes instintivas de los cerebros animales y humanos son virtualmente iguales.
• Sólo la parte racional de nuestro cerebro es única. También aprendí que los animales que son presas en la vida salvaje rara vez están traumados, de hecho, parece ser que tienen una habilidad intrínseca para literalmente sacudirse los efectos de los encuentros que amenazan su vida y seguir con su vida casi como si nada inusual hubiera pasado.
• El proceso era misteriosamente similar a las sacudidas, tiritones y la respiración espontánea que había observado en personas durante descargas emocionales. También observé este proceso en muchos rituales chamánicos de sanación alrededor del mundo.
• Puedes observar un ejemplo de este proceso de principio a fin en el video de National Geographic “Polar Bear Alert”, disponible en muchas tiendas de videos. En este video, un oso asustado es perseguido por un avión, le disparan un dardo tranquilizador rodeado de biólogos y luego lo marcan. A medida que el enorme animal sale de su estado de shock comienza a tiritar levemente.
• El biólogo que relata el video dice que el comportamiento del oso es necesario porque así expira el stress acumulado en la persecución y la captura. La parte interesante es que cuando la respuesta del oso se ve en cámara lenta, se vuelve obvio que los movimientos aparentemente aleatorios de las piernas son realmente movimientos coordinados de carrera. De esta manera los animales completan su escape al completar activamente los movimientos de carrera donde fueron interrumpidos.
• A medida que aumentaba la evidencia me fui convenciendo más y más que la curación del trauma –sea llamada “re asociación” o “recuperación del alma”- es primariamente un proceso biológico y corporal que va acompañado de efectos psicológicos.
• Además, he conjeturado que los métodos de sanación exitosos inevitablemente involucran estabilizar una conexión con el cuerpo. Los métodos que no permiten a las personas reconectarse con sus cuerpos solo tendrán un éxito limitado.

Volar, volar y congelarse
• Cuando percibimos una situación como una amenaza a nuestra vida, tanto la mente como el cuerpo movilizan una gran cantidad de energía y se preparan para escapar o luchar –por eso se conoce como la respuesta de “luchar o huir. Esta es la misma energía que puede permitir a una mujer levantar un auto para sacar a su hijo.
• En el acto de levantar el auto, la madre descarga la mayoría del exceso de energía y químicos que movilizó frente a la amenaza. Su hijo, que estaba atrapado bajo el auto, inmovilizado por el dolor y el miedo, no es capaz de hacerlo.
• Si el mensaje de normalizar la situación no es entregado, el cerebro continúa liberando altos niveles de adrenalina y cortisol y el cuerpo continúa en su estado de energía y alteración. Esta es la situación que enfrenta el hijo.
• La pregunta central es: ¿qué es lo que no deja que las personas vuelvan a la normalidad después que la amenaza desaparece? ¿Por qué no podemos liberar la energía naturalmente como los animales? Para responder a esta pregunta, te invito a visitar la Llanura de Serengeti que vive en las sombras ancestrales de nuestra psiquis. Imagina un guepardo al asecho, sus ojos enfocados, sus músculos tensos en anticipación a la carrera, preparándose para el ataque observando un impala.
• Quiero que detectes tus propias respuestas mientras observas al guepardo atrapar a su presa en una gran explosión de velocidad. El impala cae al suelo un instante antes que el guepardo le clave sus garras, casi como si se hubiera rendido al depredador y a su muerte segura. No obstante, el impala caído no está muerto.
• Hay una posibilidad que el Impala no sea devorado inmediatamente, la madre guepardo puede arrastrar al impala que aparentemente está muerto detrás de unos arbustos e ir a buscar a sus crías. Cuando el guepardo no esté, el impala temporalmente “congelado” puede despertar de su estado de shock, sacudirse para descargar la energía acumulada que movilizó para escapar de la muerte y levantarse con dificultades para ir en busca de su manada como si nada hubiera pasado.

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Saliendo de la inmovilidad:
La pregunta es: ¿cómo pueden los seres humanos salir de la inmovilidad?
• Salir del estado de congelamiento puede ser una experiencia salvaje y energética. Sin el cerebro racional, los animales salvajes no lo piensan, simplemente lo hacen.
• Cuando los seres humanos comenzamos a salir de la respuesta de inmovilidad, normalmente nos asustamos por la intensidad de nuestra propia energía y agresión latente y nos cubrimos del poder de esa sensación. Esta protección impide que completemos la descarga de energía necesaria para volver a nuestro funcionamiento normal.
• La energía que no es descargada queda guardada en nuestro sistema nervioso y comienza a formar los síntomas del trauma que hemos discutido anteriormente. Entonces, ¿cómo nos desatascamos? ¿Cómo liberamos la energía para poder salir del trauma, yendo de la fijeza al flujo?
• Cuando podemos descargar nuestra energía residual, nos sentimos menos amenazados y sobrepasados por la vida. No nos congelamos de miedo.
• Cuando estamos congelados, cualquier movimiento es amenazador, caótico. A medida que vayamos moviéndonos de la fijeza al flujo, experimentaremos una sensación de coherencia. Comenzaremos a sentirnos reconectados con la vida.
• Nos sentiremos con más paz, en casa con otros, con el mundo y con nosotros mismos. Ya no nos sentiremos atrapados por eventos de nuestro pasado que incluso no recordamos.

septiembre 25, 2017