Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
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Es verdad que aquello que nos ocurre va modificando nuestra forma de ver la vida y de interactuar con el mundo. Vivencias infantiles, desengaños amorosos y hasta historietas familiares forman parte del repertorio de calamidades por el que tenemos que pasar. ¿Pero cuándo es el momento de dejar de culpar a nuestro pasado por nuestro presente? Muchas cosas no pudieron ser evitadas, pero sí podemos evitar seguir revictimizándonos por lo que aquello nos dejó. ¿O es que culpar al pasado y a los otros es más cómodo que asumir la responsabilidad por la vida propia?
¿Qué vivencias nos marcan del pasado?
• Heridas de la infancia (reales o fantaseadas).
Abuso, desamor, abandono…
• Expectativas no cumplidas
Que pudieron ser genuinas, exageradas o mal dirigidas.
• Traiciones o deslealtades
Abusos de confianza, infidelidades, engaños, mentiras graves, promesas incumplidas…
• Pérdidas concurrentes o recurrentes
Por muerte, despidos, enfermedades, discapacidades…
• Malas decisiones
Propias o de otros.
• Injusticias percibidas
Especialmente cuando crees firmemente que tienes derecho a que te vaya bien sólo por ser tú y no por el esfuerzo realizado.
Escucha el podcast: Heridas de la infancia
¿Por qué nos dejan huella?
• Las vivencias en sí mismas pudieron ser traumáticas, pero además contribuimos activamente a la preservación de esos recuerdos y sentimientos en nuestro presente de esta manera:
a. Si algo está mal, o no ha sido como yo creo que debería haber sido, entonces alguien (que no soy yo), debe ser culpado por esta situación que yo padezco.
• Mis padres, la vida, el gobierno, mi ex pareja, Dios, etc.
b. La entidad o persona culpable es malévola, o no le importé como debí haberle importado, por lo tanto no merece ni mi reconocimiento, ni mi respeto.
c. Así que eso me convierte en una víctima y por lo tanto tengo todo el derecho de odiar, culpar y tratar a esa persona o entidad de la manera que debe ser tratada por su infracción como victimario que es:
• Con resentimiento, desprecio, ignorándole, hablando mal de ella y, de ser posible, tomando venganza o revancha.
d. No voy a aceptar ninguna responsabilidad por mi situación, porque si lo hago, entonces mereceré el mismo trato que yo le quiero dar a quien me lastimó y una víctima no merece ningún trato malo porque ha sufrido y debe ser comprendida y compensada por todos.
Podcast: Lealtades familiares y patrones de dolor
¿Cómo impacta a nuestra vida culpar a nuestro pasado?
• Culpar a tu pasado por tu condición actual sin tomar ninguna responsabilidad o acción correctiva:
Te mantiene en un estado de dependencia e inmadurez.
•Siempre necesitas ayuda, validación externa y comprensión generosa por tus faltas e incumplimientos.
•No haces nada por ti mismo ni por iniciativa propia.
•Te saboteas como mecanismo de defensa.
•Como en el fondo sabes que vas a fallar, fallas antes para poder culpar a la mala suerte y no a tu profunda incompetencia.
Detiene tu crecimiento personal.
•Vives en modo de supervivencia.
• Mantienes aspiraciones bajas.
• Tu autoestima se ve lastimada y se puede volver:
• Contingente basada en las relaciones.
• Jerárquica
• Predadora
Te aleja de las personas.
• Como vives en constante enojo, reclamo, pesimismo, resentimiento y queja, las personas sanas primero querrán ayudarte, pero como se dan cuenta que lo que realmente buscas es mantenerte así y no sanar, acaban por alejarse de tu lado.
• Claro, eso te permite también culparlos a ellos por su abandono cuando más los “necesitabas”.
• Evita la reparación del daño o corrección del camino.
• Como eres una víctima que va a la deriva, esperas que algo o alguien te haga justicia o venga por ti a rescatarte.
• ¿Por qué tú vas a arreglar lo que otros descompusieron?
• Podrías desarrollar algún trastorno ansioso o depresivo.
¿Cuándo es momento de hacerse cargo?
• Cuando ya ha pasado largo tiempo de tu vida y tu situación no hace sino empeorar,
• En cuanto te das cuenta que tienes un problema que nadie que no seas tú va a resolverlo.
• Aunque puedas necesitar ayuda, no esperarás que alguien haga las cosas por ti.
• Es como cuando estás enfermo. Tú no eres responsable de tener una infección en la garganta, pero en cuanto te sientes mal, debes tomar la medicina.
• Para ti el tomar la medicina consiste en hacerte responsable de tus pensamientos y acciones.
• Decidir cuáles vas a dejar de alimentar y cuáles vas a fortalecer para que tomen su lugar.
¿Cómo puedo hacerlo?
• Haz conciencia de que tienes un problema.
• Reconoce que vivimos en un mundo imperfecto y que en él las cosas a nadie le salen como lo imagina o lo desea todo el tiempo.
• Por lo que no esperes que un mundo imperfecto venga a darte una perfecta solución.
• Piensa que, al menos en parte, en ti está la capacidad de modificar, atenuar o paliar los efectos de lo sucedido.
• Piensa en esto:
• Puedes no haber sido responsable por lo que te pasó, pero a partir de este momento, tú eres responsable de lo que te suceda.
• Actúa y toma decisiones que te acerquen a sentirte mejor contigo y no al revés.
¿Y si siento que no puedo?
• Si objetivamente aún guardas resentimiento contra alguien o algo que genuinamente te lastimó: Perdona.
• El perdón no necesariamente implica justicia ni reparación del daño.
• Probablemente seas una persona vulnerable, con algunas debilidades de carácter y necesites desarrollar fortaleza interior, una mejor autoestima y una menor vulnerabilidad. Todo esto lo puedes conseguir más rápidamente si decides buscar ayuda profesional.
Si tu vida está arruinada, puedes culpar a tu pasado.
Si tu vida permanece arruinada, entonces cúlpate a ti.