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2024-11-20 03:20:34

¿Tu pareja te pone ansios@?

Para los que sienten que su pareja es cuchillito de palo y están que se quieren matar.

mayo 1, 2018

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra
encuentrohumano.com

Nadie es responsable de lo que sientas y lo que decidas hacer con ello, pero también es verdad que hay ciertos tipos de personalidad con los que nos cuesta interactuar y nos ponen al límite de nuestra cordura. Si es posible evitarlas, qué mejor. Pero si es tu pareja o alguien con quien convives, hay que encontrar la manera de lidiar con eso, en lo que otra solución mejor viene a nuestra mente.

Siento que otro me puede poner enojado o ansioso ¿es eso posible?
• Es verdad que hay personas que pueden agotar nuestras reservas de paciencia, y esto es especialmente cierto con aquellos con los que estamos involucrados emocionalmente y con los que no resulta fácil desviar nuestra atención hacia ellos.
• Como su comportamiento es algo que no puedes entender, tratas de encontrar el origen o de razonar con ellos, pero es inútil porque tú tratas de entender desde la razón lo que ellos producen desde la emoción y es como hablar dos lenguajes diferentes sin intérprete de por medio.
• Entonces primero tratas de razonar y hacer que el otro cambie la conducta que te está alterando.
• Como no lo logras te frustras y como no para, entonces te empiezas a poner ansioso porque caes en el supuesto de:
• Amenaza + sensación de indefensión = ansiedad.
• Entonces lo que realmente te pone en ansiedad es la sensación de que nada efectivo puedes hacer para que el otro detenga la conducta ante la que aprendiste a reaccionar de esa manera. Esto nos deja otra ecuación que es:

Comportamiento del otro (fregarte) + Reacción tuya (insistir en decirle que pare, sin hacer nada más) = Resultado (ansiedad o el que sea).

Pero uno reacciona como tiene que reaccionar ¿no? Ni modo de no hacer nada.
• No se trata de que no hagas algo, se trata que lo que hagas te de un resultado distinto a salirte de tus casillas.
• Lo que tú ves como una reacción lógica” no es sino la forma en que tienes la costumbre de reaccionar, ya sea por temperamento o por aprendizaje.
• En el caso de la respuesta ansiosa va más o menos así.
• Algo dentro de ti (con ayuda de lo que el otro hace o te dice) te hace creer que eres responsable por el comportamiento del otro y entonces tu reacción es de ansiedad al no poder ni entender qué pasa ni hacer que el otro pare.
• Al sentirte responsable hay culpa y entonces temes que haya sobre ti una consecuencia.
• Como el otro ya detectó que te inquieta y que eso te hace reaccionar así, es su “As” bajo la manga para manipularte.
• Al otro le conviene negar, minimizar o distorsionar su comportamiento, porque haciendo esto puede entonces culparte a ti por tu reacción (que te dirá que es exagerada o la causante del problema).

Pues si, pero ni modo que no me enoje…
• Tienes razón, pero el problema no está en lo que sientes, sino lo que haces con lo que sientes.
• No es lo mismo enojarte o frustrarte y decirlo, que estar insistiendo en que el otro “te entienda” cuando su objetivo no es entenderte.

Aún así, hay tácticas a las que recurre alguien para hacerte reaccionar con ansiedad.
El cuchillito de palo.

• Insiste continuamente, a veces de manera pasivo-agresiva, en culparte, acusarte o criticarte por algo.
• Ya ves?, ya vas a empezar a ponerte mal de nuevo, así no se puede hablar contigo… cuando te calmes hablamos… por eso, cuando te calmes hablamos…. por eso…
Antídoto posible:

• (Toma un respiro, modera tu voz y tu lenguaje corporal y dile algo como…) Lamento que pienses que me estoy poniendo mal, pero la realidad es que me es muy importante hablar de esto. Si tú no estás listo lo hablamos mañana o más tarde. De verdad me es muy importante, tú dime.

El muerto
• Hagas lo que hagas no te responde nada coherente, se cierra y no está dispuesto a cooperar en nada para solucionar un problema.

Esto es muy frustrante.
Antídoto posible:
• Aunque no te de respuesta hazle saber:
• Qué está pasando.
• Qué esperabas que sucediera.
• Si es posible aquí reconoce tu parte en el asunto.
• Cómo te sientes con lo que pasó.
• Qué te gustaría que pasara en el futuro.
• Después dile que no tiene que darte una respuesta de inmediato, que piense lo que le has dicho y que mañana (o en un par de días) volverán a hablar para ver qué solución pueden tomar.
• Si esto tampoco funciona porque sigue cerrado, es hora de tomar decisiones distintas acerca de tu vida y tu relación con esa persona, pero lo más recomendable es buscar ayuda para hacerlo de manera más sana al menos para ti.

El que tira la piedra y esconde la mano.

• Aprieta tus botones y luego deja que tú des la función.
• Estás enojada? (No)… Segura que no (ya te dije que no), a mi se ma hace que sí (te estoy diciendo que no)… No, ya en serio, si estás enojada verdad (carajo, ya te dije que no!!!). Ves como sí estabas…

Antídoto posible:
• Cierra la puerta y abre una ventana.
• Si te cierras al no, no, no… seguirá insistiendo. Mejor prueba con esto: “Qué bueno que lo preguntas. No estoy enojada, pero desde el otro día sabes qué me trae ocupado el pensamiento? (aquí háblale de otra cosa que a ti te interese y lleva esta conversación para otra parte).
• Ahora que si sí estás enojada, pues dilo, pero no gritando y manoteando. Dile si es con él o no y si sí, usa la estructura propuesta en el punto anterior del “muerto”.
• Si lo que sientes no es enojo, sino tristeza o frustración, también dilo de la misma forma. Cuida tu lenguaje verbal y no verbal… recuerda que tu prioridad es hacerle saber y no provocar en él la reacción que esperas ver (que acepte, comprenda, etc.)

El que siempre quiere ganar.

• Es el que no se puede quedar callado y cuando las cosas están en paz, tiene que siempre decir algo al final.
• Bueno, ya vamos a estar en paz ¿de acuerdo?
• Si está bien… (pasan 10 segundos). Pero que conste que yo soy el que siempre cedo…

Antídoto posible:
• No digas nada después del remate ese que acaba de soltar. Ni aceptes, ni rechaces o serás tú el que vuelva a abrir las puertas del infierno. El otro sólo llamó a la puerta con su remate.

El impredecible (refuerzo variable)

• Este es el que actúa de diferente forma ante un mismo estímulo y nunca sabemos por qué hace eso:
• Un día llegas tarde y te dice que no pasa nada y otro pasa lo mismo y te hace un drama (y no tiene que ver con la circunstancia).
• Con esa persona no se trata de que hagas algo “bien” o “mal”, sino que sus reacciones dependen más de estados internos que de la naturaleza de lo que objetivamente está pasando.

Antídoto posible:

• Ten cuidado porque es muy adictivo estar con alguién así. Como te da amor, pero también “palos”, te hace sentir que un día sólo te dará amor y te quedas mucho tiempo viviendo esa ansiedad como si fuera una inversión ganadora a futuro.
• Basa más tus evaluaciones y tus decisiones acerca de tu relación en tu sentir y actuar y no en sus conductas. Usa la siguiente ecuación observando la forma en como te trata:
• malo + bueno = malo
• bueno + bueno = bueno
• malo + malo = peor

El abandonador
• Constantemente te amenaza con que se va de tu vida y que es por tu culpa, porque tú le haces sufrir.
• Tu reacción clásica suele ser de alguna variante de sumisión, culpa y pedir perdón. Lo malo que es te pone en ansiedad que te diga que se va, pero en más ansiedad el pensar que realmente lo haga. Es el chantaje supremo:
• Mal contigo, sin ti peor…
• Antídoto posible:
• Busca ayuda porque tus rasgos ya son de codependencia.
• Mejora tu autoestima, trabaja con tu ansiedad…

El hot/cold

• Este es primo hermano del impredecible, pero no tanto desde el binomio pacífico-agresivo, sino más bien desde el amor-desamor.
• Un día te dice que quiere todo contigo y otro día que van demasiado aprisa.
• Un día te cubre con afecto y al otro con hielo frappé y así en ciclos infinitos.
• Probablemente el estilo de apego de esta persona lo hace a la vez necesitar y temer el recibir amor.
• Lo que le dispara el miedo es la cercanía y la necesidad el alejamiento, entonces es como un callejón sin salida.

Antídoto posible:
• Acá el problema no es originado por ti, pero si mantenido por caer en el juego del gato y el ratón.
• Deja de perseguir para dar amor, de verdad lo necesita, pero eso hará que se aleje.
• Habla con tu pareja y dile lo que sientes, asegúrale que tu intención no es lastimarle, pero tampoco le jures que siempre estarás a su lado (porque eso ni tú lo sabes ahora mismo aunque lo desees mucho).
• El progreso en estos casos es lento si no buscan ayuda.

¿Por qué hacen estas personas esto?

• Generalmente es un mecanismo de defensa que se activa al sentirse vulnerables, expuestos o avergonzados, aún de manera indirecta.
• Como cuando te ven muy contento (y eso no tiene que ver con ellos).
• Por ejemplo, llegas de una reunión o algo te salió bien en el trabajo.
• Les cuentas alguna experiencia tuya donde se sienten excluidos o desplazados por otro.
• Por ejemplo, que alguien te ayudó o alguien te hizo reír.
• Sienten que te alejas emocionalmente.
• Estornuda y no le preguntas si se siente mal o no adivinas sus necesidades.
• En suma, ellos, y sólo ellos, pueden y deben ser la fuente de tus atenciones, amor, diversión, bienestar, felicidad, protección, diversión y placer.
• Lo que en realidad sucede es que de alguna manera tocan tus botones para hacerte sentir lo que ellos están realmente experimentando por dentro; gran ansiedad.

¿Entonces qué hacer?
• La ansiedad se dispara porque esa es tu forma de reaccionar ante determinadas circunstancias. Tú no puedes hacer que el otro cambie, pero siempre puedes hacerte cargo de la raíz de tu forma de reaccionar. Tu autoestima, tu ansiedad o tus aprendizajes infantiles.
• En lo que encuentras la ayuda necesaria, evita caer en el juego del chantaje del otro. Si aprieta los mismos botones, pero obtiene respuestas diferentes, entonces la respuesta que espera ya no vendrá o no de la misma manera.
• Si el otro te amenaza con que se va o que es víctima de tu duro y frío corazón, no le persigas. Generalmente esa es una táctica para que le busques o le pidas perdón (por lo que no hiciste por cierto).
• Amar a tu pareja no implica hacerte responsable por sus emociones y las tuyas al mismo tiempo. Cada uno debe estar bien para que la relación fluya.

mayo 1, 2018