De esos días en los que te presionan para que sueltes mentiras de Luis Miguel

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2024-11-20 01:30:43

El Factor Figueroa: Terrorismo

De esos días en los que te presionan para que sueltes mentiras de Luis Miguel

noviembre 25, 2015

  marthafigueroa  Martha Figueroa
    Tw. @MarthaFigueroax

Que días tan malos hemos tenido. Sobre todo a nivel mundial, porque -sinceramente- aquí en mi pequeño universo todo va bien.

  Y yo que a veces me preocupo por otros prójimos, sé que a Luis Miguel le ha llovido. Es como si hubiera tenido su atentado-bombardeo-terrorismo personalizado.


Estaba leyendo que los mexicanos ya no confían en él. Y me refiero a que no confían en el sentido de «tengo miedo que me plantes, ya no te creo», no en el sentido más amplio. Es decir, tal vez le prestarían dinero, le encargarían a una hermana o le contarían un secreto pero nunca más acudirían a verlo. Según la encuesta.


Por alguna razón, el público jura que suspendió los conciertos del Auditorio Nacional por algo más grave y truculento que la Rinofaringitis aguda que nos contaron. Dicen que «Luis Miguel no quiere a los mexicanos» (ay ya, sean serios. Lloran más que Libertad Lamarque) y algunos tuiteros me presionan para que diga -como reflexión mía- que LM está en el hoyo. Ellos consideran que por la cercanía con el cantante sé cosas y debo decirlas, que mi obligación es compartir con los lectores la información secreta que se supone que poseo.
Ya saben, «ándale Marthita, ya dinos por qué canceló»


Para acabar pronto: quieren que suelte que se droga y es patético. Pues no. Ni lo creo, ni lo es, ni nada.


Yo, por mi edad y sobre todo por mis achaques diversos, tengo un médico de cabecera que domina muchas especialidades. Pues mi doc asegura que la rinofaringitis te da por todo y por nada.  O sea, puede ser por un virus, por respirar frío, por una bacteria o por reflujo.


Yo tuve pero en París, donde siempre me va medio mal. La doctora hablaba en francés y entonces me diagnosticó una «le rinofaringité agudé» y anotó cosas en la receta (soy tan ociosa que la guardo de recuerdo). Por supuesto, yo no tenía que dar un concierto importante, pero debía hacer mil reportajes pa’ la tele. Me enfermé porque el frío del avión era como estar en Groenlandia y yo, que no terminé el curso de ‘esquimalismo aéreo’, acabé tosiendo como perro y muda un par de días. Como tenía compañeros que jodían de un hilo, guardé la funda de mi almohada con manchas de sangre -grumos, menudencias de cuerda vocal y todo- para que nadie me acusara de fingir los males. Cuando se corrió la voz de la evidencia maligna, algunos cambiaron el odio por compasión y mandaron chocolates y regalos a mi ‘chambre’.


Básicamente opino que el problema de Luis Miguel no fue que se enfermara -nomás eso faltaba- sino que le faltó un gabinete de crisis que diera explicaciones con categoría o un experto en drama que gritara «necesitamos un médico, el cantante no puede respirar» -o algo así- para que la gente cambiara la furia, mentadas y tuitazos por cadenas de oración.


Aunque lo ideal, claro, hubiera sido que LM se disculpara de su ronco pecho. Como lo hizo en el 2002 cuando se le atoró la voz a medio concierto en Nueva York, en pleno día de San Valentín.  Pero créanme que, según para qué cosas, es un hombre tímido.


Aunque odio muchas cosas alrededor de la carrera de Luis Miguel, lo admiro mucho y le tengo un cariño -ponle, medio absurdo- pero cariño al fin. Me preocupa que se haya equivocado de gurú, ése que le aconseja hacerse cosas en la cara y pelo, o que le dice que no grabe nada nuevo porque así va miel sobre hojuelas, o cante sin parar ni descanso.


A lo que voy, es que el problema que afectaba a 40 mil personas máximo (el cupo de los 4 shows programados) se convirtió en un lío muy gordo. Y se quejaron más lo que no tenían boleto ni pensaban ir, que algunos fans amorosos e increíbles que volaron desde Brasil, por ejemplo, para ver al Rey en su Palacete. Dios, qué metiches somos.


No estoy de acuerdo con todas esas frases y lugares comunes de ‘el eclipse del sol’, el ocaso, se apagó el sol, porque sigue siendo nuestro cantante más grande pese a todo.


Por las cosas que alucino a su alrededor, el público no se entera de las giras exitosas ni las cosas buenas. Yo que sí, sé que sigue siendo el mejor.
Para cuando lean esto, LM estará cantando de lo lindo en Argentina donde lo aman incondicionalmente y sin control.
Ahí viene la gira con el Potrillo. Que cuando el ‘Potri’ apenas lanzaba «Como quien pierde una estrella», Micky ya vendía millones con “Segundo romance”
No quiero ser recordada como la «aguafiestas» del tour «LM/AF», pero desconfío de la habilidad que tienen los dos para relacionarse con el mundo que les rodea (o sea, a ver si no se desgreñan al cuarto día). Por supuesto, seré la primera en estar ahí, para qué digo que no, si sí.
Por último diré que la madurez a veces es una putada. No sienta ni por dentro ni por fuera. Qué bueno que nuestros deterioros naturales se quedarán en casa y nadie nos juzgará.

Les dejo un recuerdo, para los fans. Y para los detractores, también.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=OdKL0r3QoG0[/youtube]

Martha Figueroa es periodista de espectáculos, conductora de televisión, autora del libro Calladita me veo más bonita. Combina la rara suerte de tener sentido del humor y ojo crítico. 

noviembre 25, 2015