Juan Pablo Arredondo
Psicólogo familiar
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1. El principal error
No predicar con el ejemplo
- Los niños necesitan buenos modelos a seguir y es imposible pretender imponer reglas, límites o hábitos si haces lo contrario a lo que exiges.
- Los niños todo lo observan.
- Descubren que los adultos no son congruentes con lo que piden y de ahí el siguiente razonamiento lógico es simple: si ellos no se saben comportar ¿por qué yo si tengo que hacerlo?.
- Predicar con el ejemplo también te hará una mejor persona
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La mesa: Un campo de batalla
- De acuerdo con la revista Parents: “La coerción es el comportamiento paterno que más objetan los expertos”.
- Y esto incluye la hora de la comida, sin duda el peor momento para sacar el repertorio de gritos, amenazas y chantajes a los que muchos recurren para obligar a sus hijos
- Se trata de una guerra en la que ambas partes pierden, al final no se tratará de la comida, sino de tener el control
Tienes que comer de todo
- Hace algunos años se pensaba que un niño gordo era sinónimo de uno sano.
- Aún estamos pagando el precio de aquellas ideas: de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2006, el sobrepeso y la obesidad afectan a 26% de la población infantil de entre cinco y 11 años.
- El aumento de peso no necesariamente quiere decir que esté bien alimentado
- Nunca debes ponerlo a régimen sin supervisión médica
Si no comes, no hay postre
- Los adultos solemos premiarnos con dulces y comida chatarra: el postre es la recompensa y a la larga, un consuelo ante cualquier problema
- Se trata de una forma de presión contraproducente, pues sólo le estaremos enseñando a valorar más los dulces que los vegetales o la carne
- ¿La solución? Eliminar los dulces industriales y en lugar ofrecer opciones saludables como fruta o yogurt
La cocina no es un lugar para ti
- Quienes se niegan a ingerir alimentos saludables deberían pasar más tiempo en la cocina, esto encontró el estudio Understanding Why Children an Teens Eat What They Eat, del center for Food & Enviroment de The Teachers College Columbia University, en Estados Unidos
- La finalidad era conocer el impacto en los hábitos alimenticios en los menores que se involucraban en la preparación de sus alimentos
- Participaron 600 niños de entre seis y 12 años que acudieron a un taller sobre comida sana, y de estos, un grupo además tomó clases gastronómicas.
- El resultado: los segundos pidieron más vegetales y frutas en la cafetería escolar que aquellos que no intervinieron en los platillos.Formando el intelecto
Ponte a leer
- La lectura es un hábito que se obtiene por imitación, así que no esperes que un niño lo adquiera si tú nunca abres un libro.
- Hay que leer en familia al menos 20 minutos al día
- ¿cuándo hay que empezar? La publicación 101 ways to Help Your Child with Reading, distribuida por The Jefferson County Public School Communications en Estados Unidos, aconseja que sea desde los seis meses de edad
- No tienes que cubrir los 20 de un tirón, pueden ser cinco antes de dormir, cinco después de a comida, etcétera
Eso no se hace
- Muchos padres evitan hablar de sexo con sus hijos por considerarlo un tema no apto para sus inocentes cabezas
- Ellos experimentan sensaciones, observan y se autoexploran, por tanto tienen muchas dudas que esperan que los adultos les resuelvan, y lo peor que podemos hacer es evadir sus preguntas
- No está de sobra que busques información y libros de sexualidad dirigidos al público infantil
Ponte a ver la tele un rato
- Un padre exhausto puede caer en la tentación de usar el televisor para “entretener” a sus hijos.
- Es un error común dejar que vean toda la televisión que quieran
- El máximo que se les debe permitir es de una a dos horas diarias y siempre acompañados de un adulto que se asegure de que vean programas adecuados para su edad.
- Recuerda: ¡jugar, pintar o leer también los distraen!
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Los límites
1. El abc de la buena conducta
- Poner límites e imponer disciplina prepara a los más pequeños para integrarse de manera exitosa al colegio, a las actividades extra escolares, con los amigos, los primos, etc.
- Se trata de una labor que se inicia en casa, no en la escuela
- No sientas culpa. Recuerda que al orientar a un niño, él lo percibirá como una muestra de interés y afecto de tu parte
- Sé clara al señalar una mala conducta. También es importante que seas breve, los sermones no sirven en estos casos
- Explícale cuál es el comportamiento que esperas
- No lo desvalorices: Los descalificativos sólo dañarán su autoestima
- Sé firme, pero nunca pierdas los estribos
- No te detengas, recuerda que fijar límites y reglas es un proceso de permanente evolución.
2. Porque lo digo yo
- Los niños deben ser guiados, pero también sentirse seguros y amados.
- Los niños no necesitan un sargento, sino alguien que lo escuche, les brinde opciones y la oportunidad de elegir de acuerdo a su edad
- Este tipo de padres suelen fijar demasiado límites y reglas estrictas, establecer una relación de control y no permitir la elección
- Los padres así son sumamente críticos, se enfocan en los errores y no son pródigos con las demostraciones de cariño; y sobre todo, no explican el porqué de sus reglas
- Los hijos merecen que se les den razones, que se les explique el porque de los márgenes que se les imponen
- De otra manera corremos el riesgo de criarlos para que no aprendan a pensar por sí mismos
- La excesiva rigidez puede ser el caldo de cultivo de una adolescencia de pesadilla
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3. Bueno, sólo por esta vez
- El otro extremo del autoritarismo se encuentra el padre permisivo que cede el control a sus hijos
- Este modelo de paternidad es fácil de identificar: no fijan ni reglas.
- No se molestan en razonar con un niño sobre las consecuencias de un mal comportamiento
- ¿el justo medio?
- Los papás demócratas, que los enseñan a valerse por sí mismos, a tomar decisiones y a asumir las consecuencias de sus acciones
- Que también fijan reglas pero las explican y se aseguran de que se cumplan, pero de manera amorosa, y no dudan en alabar el buen comportamiento.