Gaby Pérez Islas
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1. Todo cambio en la vida es una mudanza, un viaje y para ello debemos de preparar bien nuestro equipaje.
2. En el caso de la muerte este equipaje no se trata de cosas que vas a necesitar a donde vas, más bien de cosas que te van a estorbar en el momento de la partida.
3. Se trata no sólo de qué llevar sino también de qué dejar.
4. Lo que más «‘pesa» y te ocasiona exceso de equipaje son los resentimientos. ¿De verdad quieres morir enojada/o y desperdiciar tus últimos soplos de vida en maldecir y quejarte?
5. ¿Qué me llevo?: Recuerdos familiares, la experiencia de viajes y momentos compartidos las risas, el amor de quienes me rodean, el haber podido tener y conservar aunque sea un solo amigo, el haber sido amigable con el medio ambiente. El amor; lo que verdaderamente hace significativa la existencia es el encuentro existencial con otro ser humano.
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6. Tu pieza de equipaje más valioso: La satisfacción del deber cumplido.
7. Seleccionar tus recuerdos, cuáles sí me llevo y cuáles decido soltar. Nunca es tarde para tener una infancia feliz.
8. El exceso de equipaje nos hace lentos y la vida actual requiere que podamos movernos con facilidad y rapidez.
9. Que sea nuestra calidad de vida la que determine nuestra calidad de muerte.
10. El duelo por la propia muerte es el duelo más difícil de todos porque tienes que despedirte de tus hijos, pareja, amigos y todo lo que te gusta. Es un desprendimiento lento, un proceso doloroso y de mucha introspección
Mira esto Pérdidas que a la larga resultan ganancias