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2024-12-21 18:45:04

El efecto Lucifer

Todos tenemos un lado oscuro y lo que nos hace buenos es la capacidad de resistirnos a él. Podemos ser tanto crueles y viles, como nobles y buenos.

diciembre 26, 2012

Feggy Ostrosky
Psicóloga y directora del laboratorio de neuropsicología de la UNAM
FB: Feggy Ostrosky
TW: @feggyostrosky

El psicólogo Philip Zimbardo realizó un estudio en 1971 en el que convocó a estudiantes universitarios para una investigación psicológica denominada el Experimento de la Prisión de Stanford.

Los voluntarios fueron analizados para comprobar estabilidad psicológica, física y emocional y todos ellos eran jóvenes normales de la clase media.

Los estudiantes fueron asignados como prisioneros o guardias al azar y confinados a una prisión montada en el subsuelo de la Universidad de Stanford.

El proyecto – planeado para durar dos semanas – fue cancelado a los 6 días por haberse vuelto demasiado real para los participantes.

Los prisioneros se volvieron sumisos y depresivos y los guardias se volvieron sádicos y abusadores.

La notable transformación se dio en menos de una semana.

Casi cualquier persona, con  influencia apropiada, puede abandonar su moral y colaborar en la violencia y la opresión.

Sea por acción directa o inacción, la gran mayoría sucumbe ante su lado oscuro cuando se da un ambiente influyente.

Los males del mundo son responsabilidad de todos.

Como remedio a este problema humano, el psicólogo propone una llamada alheroísmo.


Una educación de valentía social en los jóvenes para evitar este tipo de abusos.

No habla de superhéroes, habla del poder de la individualidad, de la capacidad de negarse al concepto colectivo, a las órdenes cuando éstas contradicen nuestros principios.

diciembre 26, 2012