Gaby Pérez Islas
Tanatóloga
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• Una de las cosas que lleva a alguien a una consejería tanatológica es justamente el hecho que no pueden dejar de llorar.
• Qué pasa con las lágrimas que hacen sentir tan incómodas a las personas. Ellos no saben qué hacer con tu llanto y por eso te piden que no llores, no porque llorar te haga daño.
• La composición química de las lágrimas no es la misma si lloras de risa que de tristeza, las lágrimas de dolor tienen un antidepresivo natural. Así de maravilloso es el cuerpo humano.
Dejen de hacerse las víctimas, ¡YA! Escuchen y empiecen a trabajar en ello
• Socialmente no nos damos el permiso de vivir un duelo, te permiten faltar tres días a tu trabajo como máximo y luego esperan que ese proceso tan doloroso lo vivas en la intimidad de tu hogar, donde no distraiga el curso de las cosas.
• En el duelo todos los sentimientos deben de permitirse pero no todas las conductas.
• El lagrimómetro no es un buen indicador para saber si un duelo va en proceso o no, las lágrimas son señal de emotividad no de duelo no resuelto.
• Por muchas razones nuestra sociedad ha perdido el toque y cercanía con los procesos de entender el dolor que causa la muerte, hemos querido sacarla de nuestros hogares y lugares de trabajo. Ya sufrir una pérdida ha tomado caminos poco saludables por querer volver a la normalidad lo antes posible.
• México tiene que reeducarse en entender el dolor y permitir sus manifestaciones.
• Los sentimientos en un duelo son como una ola que de pronto te llega y te arrastra, entre más te resistas el revolcón es más doloroso. Hay que fluir con ello.
• El permiso es una herramienta fundamental en el trabajo de duelo, pero no el que te dan los demás sino el que te das tú mismo.
Entendamos:
1. Los sentimientos son únicos y subjetivos. Nadie más puede determinar el peso o significado de tus sentimientos.
2. Los sentimientos no tienen valor moral, no son buenos o malos simplemente existen y necesitan ser reconocidos.
3. El tiempo solo no cura solo cierra una herida
4. El duelo no es una enfermedad
5. Conviene llorar lo que tengas que llorar a hora para no llorar a cuentagotas toda una vida