Mario Guerra
Tanatólogo
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¿En quién confiamos?
- En personas que actúan conforme a lo que se espera de ellas, ya sea por el tipo de relación (amigo, pareja, etc), por un acuerdo social implícito o explícito (“confío en que si enciendo el radio a las 10 de la mañana de L a V, el programa de Martha Debayle esté al aire”) o por nuestras meras expectativas personales (“no pensé que ese señor me iba a robar, tan decente que se veía”)
¿Qué nos hace confiar?
- Es una decisión, consciente e inconsciente, que nos ayuda a convivir y a tranquilizarnos acerca de la conducta futura de una persona (de la cual no tenemos ni certeza absoluta, ni control alguno sobre su voluntad).
- Está basada en la necesidad de tener “certezas”, aunque estas se sustenten en la inconsistencia de la conducta humana.
¿Qué hace que se rompa la confianza?
- Que una persona se comporte de una manera distinta a lo pactado, esperado o deseado por nosotros.
- Sin importar si este cambio de conducta es por los intereses de la otra persona, como va contra los nuestros, la tachamos no sólo de traicionera e inmadura, sino de egoísta por pensar primero o únicamente en sí misma.
- Su valor como miembro de un grupo familiar o social se ve afectado por ese individualismo “egoísta”.
¿Qué hace que una persona haga algo contrario a lo que se había “pactado” o a lo que implícitamente se espera de ella?
Hay muchas razones:
- Que nosotros no le seamos tan valiosos a esa persona como lo es ella para nosotros.
- Que sus valores no estén a la par de los nuestros.
- Pero es poco probable que nos relacionemos de manera íntima con alguien que sea tan dispar a nosotros en reciprocidad y/o en valores (una persona sana no confía plenamente en otra de la noche a la mañana).
- Entonces hace su aparición en escena otra causa menos evidente, pero más poderosa que es la que lleva a actuar de manera inesperada a una persona ante ciertas circunstancias. Y esta es:
- Es la emoción más primitiva de todas.
- Es una emoción de supervivencia y la compartimos con todos los demás animales.
Cada especie tiene su propia forma de reaccionar al miedo:
- Un venado corre, un ave vuela, el ratón se esconde en su madriguera, un león ataca…
- Los humanos, de forma natural y cuando somos razonablemente sanos, buscamos apoyo y solidaridad en otros humanos.
¿Qué tiene que ver el miedo con la confianza?
- Una de las principales y más útiles cosas que nos gustaría saber de una persona en la que queremos confiar o ya confiamos es:
¿Cómo reacciona esta persona ante el miedo?
- El Dr. Robert Maurer, profesor de la UCLA y la Escuela de medicina de la Universidad de Washington, cita al menos los resultados de 3 estudios longitudinales que son consistentes en sus resultados acerca de cómo la reacción ante el miedo, así como el soporte recibido por otro en momentos de crisis, determina la calidad de las relaciones entre las personas.
- Saber cómo una persona reacciona cuando esté asustada, es un factor crítico para el éxito de una relación.
¿Qué suele disparar el miedo en una relación?
El Dr. Maurer dice que son dos factores:
- Los seres humanos somos inconsistentes.
- Con mucha facilidad decimos que haremos cosas que terminaremos no haciendo, o no al menos en el tiempo y forma pactado.
- No siempre atiendes las peticiones de tu pareja, le contestas los mensajes o cumples tus promesas.
- Esto es especialmente cierto en situaciones extremas o al menos en circunstancias que para nosotros son justificables de un cambio de actuación.
“Pues no te pregunté porque tenía que decidir rápido y de aquí a que te encontraba se nos iba la oportunidad…”
- Tememos miedo a perder a quien amamos.
- Y muchas veces interpretamos que eso está ocurriendo cuando hay esas inconsistencias naturales en su actuar.
- Al tener este temor, buscamos reafirmación del compromiso o del sentimiento que esta persona tiene hacia nosotros, ya sea de manera directa (“¿me quieres?”) o indirecta (poniendo pequeñas pruebas para ver cómo reacciona ante ellas).
- Que cuando tenemos miedo queremos que quien más nos ama nos ofrezca seguridad, protección y soporte, al menos emocional. Esa es la respuesta esperada en los humanos.
- Si no se encuentra esta respuesta de soporte, el miedo aumenta y la confianza en esa persona se ve seriamente comprometida, ya sea porque minimiza lo que nos pasa o porque francamente nos da la espalda cuando más le necesitamos.
Piénsalo de esta manera:
- Cuando tienes miedo, tienes una gran necesidad de consuelo o apoyo.
- Si la reacción de tu pareja ante su propio miedo no es de buscar soporte, sino de huir, guardar silencio o aislarse, seguramente su reacción ante tu miedo será la misma que él tiene para el suyo, dejándote sola/o cuando más le necesitabas.
- No es que su miedo sea mayor que el tuyo, sino que su forma de reaccionar ante el miedo es más como la de una lagartija o un ratón y menos la de un primate o un ser humano.
- La otra persona tiene un gran miedo; tú una gran necesidad. Tu persigues o suplicas, el otro huye y te da la espalda.
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1. ¿Cómo sé si yo o la persona que amo tiene una reacción adecuada ante el miedo?
- Haz estas 4 preguntas y busca su respuesta. Las puedes plantear pensando en otra persona o pensando en tus propias reacciones.
2. ¿Esta persona tiene amigos cercanos en los que puede confiar para buscar ayuda cuando tiene problemas?
3. ¿Si le pido apoyo, se comporta de manera solidaria y empática?
4. ¿Si le pregunto por errores o problemas que vivió en el pasado, su respuesta me deja saber que acudió a alguien en busca de apoyo para afrontarlos o los vivió en soledad?
5. ¿Si le pregunto por sus éxitos y logros, comparte el crédito de ellos con alguien más o deja ver que todo lo ha logrado solo y sin la ayuda de nadie?
- Estas preguntas son un buen punto de partida para valorar como tú, u otra persona, reaccionan ante tiempos difíciles y te da una idea, por su reacción ante el miedo o la dificultad, de lo que puedes esperar y del nivel de confianza que puedes tener en esa persona.
- Si alguien no comparte sus miedos, tristezas y alegrías, no esperes que lo haga con los tuyos cuando más lo necesites.
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