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Educando-te y educando a tu pareja en el amor

Nuestras parejas no son adivinos, tenemos que explicar qué es lo que queremos.

octubre 27, 2014

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Lucy Romero
Terapeuta clínica y de pareja
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• El Amor no es una emoción que surge de pronto, sino que, como casi toda acción y situación, lleva un proceso de aprendizaje. La realidad es que aprendemos a amar a lo largo de toda nuestra vida, y lo que muchas veces cuesta trabajo es aprender cómo pedir y ofrecer actos de amor.

• Para algunas personas, es difícil decir a su pareja cómo desean ser amad@s, suelen creer que deben amarles a primera vista (como nos ha enseña melodramáticamente el cine y las telenovelas) “Debe amarme, le tiene que salir, ya tendría que saber lo que quiero o lo qué me gusta”, pensando que, nuestra pareja, debe tener una bola de cristal y conocernos a la perfección. Pero esto es una mentira.

• El miedo suele apartarnos de la realidad que conlleva el trabajo de educación en pareja para que nazca, evolucione y permanezca el amor, tentándonos hacia un mundo subjetivo y fantasioso que nos paraliza y desborda.

Pide lo que quieres, tu pareja no es adivin@. A veces no nos atrevemos a pedir amor por temor a rebajarnos “Ah no, si yo le tengo que pedir que me regale un chocolate ¡debe salirle espontáneamente! Y si no lo hace, es porque no me ama.” Otras veces no sabemos pedir actos de amor, porque no sabemos cómo deseamos ser amados.

RECUERDA. A quién no habla, Dios no lo escucha, no importa si es una fiesta de cumpleaños, un postre o un abrazo: debes pedirlo, si no hablas tu pareja no sabe qué necesitas y no podrá dártelo. Claro que hay formas de pedir las cosas, trata de ser cordial, hacer sugerencias sutiles sobre tus gustos, e intentar mostrarte con franqueza para que tu pareja te conozca realmente, y pueda, poco a poco, ir comprendiendo cuáles actos de amor te son más necesarios.

Cortesía, amabilidad y gentileza. En el arte de las relaciones amorosas, algo fundamental para que las relaciones crezcan y el amor sea cada vez más fuerte, es desarrollar al máximo estas cualidades: cortesía, amabilidad y gentileza. Las 3 son sinónimos de lo mismo. Ser, hacer y conducirse con amor con quienes te rodean.

Recuerda. Para ser amable no se necesita que los otros piensen o sean igual que tú, o que estén de acuerdo en todo lo que tu consideras correcto. Basta con pensar con la mano en el corazón, entender que todo ser humano tiene derecho a tener puntos de vista diferentes, y si permitimos que las relaciones siempre se lleven a cabo en el respeto, el amor seguirá alimentándose siempre, con amabilidad, gentiliza y cortesía.

Demuestra lo mucho que amas a tu pareja respetándole en todo momento. Habla con gentileza, expresa lo que piensas sin ofender a tu pareja, piensa que aunque puede que sea comprensiv@, si eres irrespetuos@ con ideas diferentes, estarás ofendiendo de manera inconsciente a quien tanto amas.

Recuerda. Cuida tus actitudes, el respeto a quienes te rodean es indispensable para una convivencia sana. Más aun en el ámbito de la pareja, al conducirte de manera cortés, demuestras que la persona a tu lado es importante, y que sin importar las diferencias que tienen el uno con el otro, para ti es más importantes exaltar las buenas maneras para que el respeto siempre sea la máxima en tu relación.

Calza los zapatos de tu pareja, comprende su mundo. No olvides que ponerte en los zapatos de los demás te permite entender cómo percibe el mundo esa otra persona, si eres empátic@ con tu pareja y haces frecuentemente el ejercicio de intentar sentir y pensar como él/ella lo haría, lograrás un acercamiento más profundo y a su vez esto te dará la capacidad de entenderle y tratarle con más amor que si no te tomaras el tiempo para intentar ponerte en sus zapatos.

Recuerda. El amor crecerá decididamente si te tomas muy en serio estas sugerencias, y tu relación mejorará cada día conforme domines la amabilidad, gentileza y cortesía en tu relación de pareja y en todas tus relaciones.

Claves para Educar-TE
Conoce tus necesidades. Tenerlas claras es muy importante para desarrollar una relación sana y satisfactoria. Por ejemplo, tal vez necesites que tu pareja esté muy pendiente de ti y lo comparta todo contigo, o puede que necesites libertad, independencia y ciertas dosis de soledad. O quizás sientes inseguridad y necesitas que te diga a menudo que te quiere. O bien, puedes necesitar tener tu propia vida, con amistades y actividades que ambos hagan de forma independiente.

Conoce tus miedos. Los miedos pueden interferir y sabotear el éxito de una relación o dar lugar a relaciones insatisfactorias. Por ejemplo, el miedo a estar solo puede hacer que acabes en una relación con alguien a quien no amas, y el miedo al compromiso puede hacer que pierdas para siempre a alguien a quien sí amas de verdad. El miedo a la traición puede convertirte en una persona celosa y malhumorada. Y así sucesivamente. Ser consciente de estos miedos te ayudará a enfrentarlos y superarlos.

Conoce tus expectativas. ¿Qué esperas de tu relación y qué tipo de relación deseas? ¿Qué esperas de tu pareja y cómo esperas que se comporte contigo? ¿Qué es para ti inadmisible dentro de una relación de pareja? Conocer tus expectativas te ayudará a saber con más facilidad si la relación que has iniciado es la más adecuada para ti. Así mismo, podrás analizar si tus expectativas son realistas.

Aprende y adapta. Una relación de pareja es una gran oportunidad para aprender muchas cosas acerca de ti, de tu forma de relacionarte, de tus problemas, creencias, valores y metas. Las quejas o críticas de tu pareja pueden ser constructivas si estás dispuesto a tenerlas en cuenta. Por supuesto, tu pareja no siempre tendrá razón al quejarse de algo o pretender que cambies algo, pero en otras ocasiones sí tendrá razón o parte de razón, y si eso te empuja a cambiar y ser mejor, la relación puede ser muy enriquecedora.

¿Cómo seguir nutriendo este aprendizaje?
Buena comunicación. Deben establecer un vínculo comunicativo para expresar sus ideas, enojos, alegrías y frustraciones con respeto y sin insultos.

Innoven en la recámara. El sexo es uno de los pilares que la sostienen, es importante no descuidarlo. Traten de practicarlo y platiquen sobre las cosas que les gustaría conocer, hacer y experimentar.

No olvidar los pequeños detalles. Por lo menos una vez al día tengan un lindo gesto con su media naranja, como hacer el desayuno, llevarle flores, elogiarle o simplemente decirle lo que significa en tu vida. Podrían planear cenas románticas e incluso ir a ver una película.

Mantén la confianza. La inseguridad es enemiga de las relaciones. Trata de no agobiar a tu pareja y digan todo aquello que les inquiete.

Discusiones “tranquilas” y civilizadas. En una pelea trata de mantener la calma y entender a la otra parte. Explicar lo más claro posible el problema y tener la disposición de solucionarlo.

octubre 27, 2014