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¿Es verdad que la gente no cambia?

Muchos, desde un mero parecer o su experiencia personal, generalizan y aseguran que “la gente no cambia”. Otros parece que tienen más fe en la humanidad.¿Alguna de las dos posturas es verdadera bajo este planteamiento?

agosto 2, 2016

Mario Guerra
Terapeuta
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Vamos por el principio. ¿La gente cambia o no?

  • Depende lo que cada uno tenga en mente por la palabra cambio.
  • Es posible cambiar hábitos, conductas y hasta matizar rasgos de personalidad, pero que una persona cambie por completo no es viable.

Entonces la respuesta es sí.

  • Aunque puedes parecer el mismo sin serlo.
  • Quizá empezaste a meditar o a comer más sano. La gente puede verte igual, pero tú has cambiado ciertos hábitos que quizá al principio no se notan
  • O puedes ser el mismo sin parecerlo.
  • Puedes cambiar de look, vestirte de blanco o recitar mantras todo el día, pero en el fondo sabes que sigues siendo rencoroso y envidioso con los demás.

Pero eso no es cambiar, dirán algunos.

  • Si eres de pensamiento blanco/negro, todo/nada, entonces para ti nada será suficiente para decir que alguien ha cambiado.

Por ejemplo, piensa en un auto.

  • Le cambias de color ¿ha cambiado?
  • Además le cambias las llantas, ¿y ahora?
  • Luego le cambias las puertas, cofre y cajuela ¿y?
  • Ahora además le cambias el motor ¿ya es otro?
  • ¿O lo que tú entiendes por al auto es el chasis y su carrocería?¿Y si de pronto sin cambiar nada le haces una reprogramación de la
  • máquina y aumentas sus caballos de fuerza, ¿es el mismo aunque ya no se comporte igual?

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¿Entonces por qué muchos lo han intentado y no pueden?

  • Primero debemos considerar que si bien hay muchos que no han podido hacer cambios, hay otros que sí han podido cambiar algunos aspectos de su vida.
  • Quizá los que no han podido es que realmente no quieren, aunque digan que sí.
  • Probablemente obtienen ganancias secundarias de mantenerse siendo como son.
  • O quizá es una fuerza inconsciente que les previene del cambio por algún miedo o una gran necesidad.
  • Para otros podría ser la creencia de que no pueden cambiar.
  • Que así son y que no hay nada que puedan hacer para cambiar nada de sí mismos. Como si hubiera una especie de predestinación.
  • Tal vez pasa que aquellos que han intentado cambiar hacen cambios pero no de la manera que esperan hacerlos.
  • Una vez más el pensamiento blanco/negro o expectativas fantasiosas acerca del cambio en tiempo y/o forma.
  • El que busque cambiar o que otro cambie por completo seguro dirá que cambiar no se puede.

Cambiemos la pregunta entonces.

  • ¿Puedo cambiar? vs ¿Qué sí puedo cambiar de mí?
  • Ante la posibilidad de cambiar no somos ni omnipotentes ni tampoco impotentes.

Niveles de cambio

  • Pensemos que estamos formados por 5 niveles. Un nivel de identidad, luego un segundo de creencias y valores, después un tercero de habilidades, otro de conductas y finalmente un quinto nivel llamado entorno o medio ambiente.
  • Cambiar la identidad no es sencillo; tendrías que cambiar muchas cosas de ti y además invertir mucho tiempo.Cambiar creencias y tampoco es sencillo, pero es más viable que la identidad.
  • Cambiar habilidades es más probable. Unas se pierden, incluso por la edad, y otras se aprenden o desarrollan.
  • Cambiar conductas es mucho más probable que suceda en un plazo relativamente corto (comparado con los otros niveles), siempre que se quieran cambiar.
  • Finalmente quizá solos no podemos cambiar el entorno, pero sí podemos influir en él o inspirar a otros para hacerlo.

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Si eres de los que aún así siguen pensando que la gente no cambia

  • Perfecto. Entonces tú eres la mejor prueba de que uno puede alterar su vida proponiéndose algo. Tu te has propuesto creer que la gente no cambia y lo has conseguido.
  • ¿O acaso crees que eres de los que nacieron creyendo que cambiar no es posible?
  • ¿O al nacer no tenías ninguna creencia y la adquiriste? Si es así, entonces algo cambió en ti, ¿o no?
  • La cuestión sería que conserves esa creencia para tí y dejes de querer cambiar a los que creen que sí se puede cambiar para que crean que no pueden cambiar.
  • Quizá deberías dejar de expresar tus creencias personales como si estas fueran una verdad inobjetable. Dejar de usar estas frases:
  • Ni lo intentes. No vale la pena. Verás como al rato ya volvió a lo mismo. No me vengas con que ahora eres muy zen y paciente, vas a acabar enseñando el cobre. A quién quieres impresionar; tú no eres así. La gente no cambia.
  • ¡Ay sí!, ¿entonces hay que decirle a la gente que sí puede cambiar aunque yo no crea eso?
  • No te sientas obligado a ir contra tus creencias por disfuncionales que puedan ser. No tienes que llegar a eso, pero al menos deja que cada uno decida de lo que es capaz o no. Lo que es posible para cada uno dentro de su propio marco de referencia.
  • Otro posible efecto negativo de esta creencia está ligado al tema del perdón, por ejemplo.
  • Te costará mucho trabajo dar una segunda oportunidad a quien juzgas por una sola acción o un error porque dirás que “ahora sí conociste quién es verdaderamente esa persona.

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Si eres de los del pensamiento opuesto (que todo se puede cambiar con tal que haya voluntad)

  • Quizá tampoco es una afirmación tan objetiva.
  • Creer que todo cambio es posible o sencillo te puede frustrar y acabarás por sentir que nada de ti se puede cambiar o, peor aún, que tú no eres capaz de cambio alguno si no lo logras en el tiempo o la forma que esperas.
  • También ten cuidado, porque podrías permitir constantes abusos de alguien creyendo cada vez la promesa de que “ahora sí” ya va a cambiar sin hacerlo nunca.

¿Qué hago si alguien a quien quiero debe cambiar pero no quiere?

  • Primero pregúntate si esa persona quiere cambiar eso que tú quieres que cambie; luego, si puede hacerlo y finalmente si tú eres la persona más capacitada para guiarlo en ese cambio.
  • Querer cambiar a otros es más complicado, especialmente si no te han pedido que los ayudes con eso.
  • Tal vez no es que esa persona no quiera o pueda cambiar, sino que tú no has logrado que haga ese cambio que tú quieres. Entonces el problema es tuyo.
  • Recuerda que el que tú no seas capaz de cambiar a otro no significa que la gente no pueda cambiar.
  • Ya se que amas mucho a esa persona y que tu estas convencido que le conviene cambiar, pero recuerda que no eres omnipotente, ni el otro enteramente impotente.
  • De hecho querer cambiar a un ser querido muy cercano es contraproducente.
  • A mayor grado de cercanía se percibe más influencia y las defensas se activan con más fuerza, por lo que sólo se generará conflicto y un cambio negativo en la calidad de su relación.

¿Entonces que cada uno crea lo que le dé la gana y asunto resuelto?

  • Sí, eso siempre es una posibilidad.
  • Pero también, si una relación es importante para ti, lo que quieres es cuidar la relación y no empeorarla. Siempre puedes ofrecer al otro tu punto de vista y de ahí dejar que el otro decida que rumbo decide tomar y tu ajustar el tuyo en consecuencia.

Haz lo que quieras hacer para que acabes siendo quien tú quieres ser

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agosto 2, 2016