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2024-11-16 16:38:40

Las historias de los cuentahabientes

Los cuentahabientes también nos compartieron sus historias de cómo salieron del clóset.

junio 27, 2016

¡Hola!

No sé si ya es tarde para mandar mi experiencia, pero aún así te la mando 🙂

Pues yo decidí «salir del clóset» de una forma repentina; un día que había discutido con mi novio (por cierto; le había dicho a mi familia que era una novia) , y para finalizar el día, discutí también con mi madre, ya ni siquiera recuerdo por qué, pero cuando se subió a su cuarto a dormir, después de habernos gritoneado, me quedé enchilado y fue el pretexto perfecto, dije «ahora es cuando», le escribí una nota (muy escueta) que decía mas o menos así: «aprovechando que estas enojada solo te quiero decir que no tengo novia, tengo, o más bien, tenía un novio, si, un hombre. Me gustan los chavos, y no, no es broma, pero tampoco es una elección.» Y pues se la deje abajo de su puerta, y me fui a dormir, con nervios e imaginando que «ardería Troya a la mañana siguiente». Pero cual fue mi sorpresa, que al día siguiente nada paso, todo era «normal», estábamos cortantes ambos por la discusión del día anterior, pero no habían comentarios respecto a mi confesión… yo estaba bastante confundido, pensé que tal vez no la había visto…

3 días después, mi madre siempre tan oportuna, cuando salimos a comprar algo, decidió explotar en el transporte público que afortunadamente iba medio vació, le dije que lo comentaríamos en la casa… me hizo caso y hasta la noche platicamos sobre el tema, ella lloro y me saco los clásicos «pero no te vayas a prostituir», «no quiero que te vistas de mujer», «vas a destrozar tu vida, toda «esa gente» (gays) terminan muertos de sida», «no me lo esperaba, que decepción»

Me ofendió bastante su reacción, pero me sentí muy aliviado porque no fue tan explosiva como pensé, y porque por fin ya había revelado mi secreto. Los días siguientes la convivencia fue muy rara, me sentía extraño e incómodo, incluso con que me dirigiera la mirada… pero poco a poco todo fue «normalizándose»

Actualmente ya no es un problema mi orientación sexual, mi madre ya lo asimiló y aunque todavía tiene muchaas ideas erroneas y estereotipadas, me alegra el hecho de que sepa quién soy yo.


Tenía 16, estaba en tercer semestre de prepa y mi mejor amigo me presento a una chava de su salón, la cual era la líder del equipo de tochito ( gay alert) la cosa fue que comenzamos a Platicar y pues comencé a sentirme por primera vez atraída por alguien ( sí, a mis 16 nunca me gustó alguien y menos un niño) la onda fue que me súper paniquie por que yo estaba en un grupo de la iglesia y mucho Rosario y mucha misa pero nada impidió que me comenzara a gustar esta chava. Le quería contar a alguien pero pues no sabia como abordarlo con mi mamá, así que pensé en ir con un psicólogo no para que me dijera que hacer solo para hablar con alguien por qué aparte no tenía ninguna referencia cercana a eso de ser gay. Entonces en una fiesta familiar le cuento a mi tía la chismosa que una chava en la escuela me tiraba onda ( mentira total) y en menos de diez minutos ya le estaba contando a mi mamá entonces mi mamá accedió a llevarme con el mentado psicólogo que resultó ser una ñora buena onda que me dijo que pues era normal y en la tercera sesión entraron mis papás y pues les dije «me gusta una mujer, y no estoy confundida, soy lesbiana» acto seguido: drama total los dos llorando. La verdad esa semana después de la revelación fue muy fea casi no me hablaban y ni si quiera me miraban , después de eso todo ha ido bien creo que nos costó un poco adaptarnos y aceptarnos, sobre todo entender que nada había cambiado solo yo había descubierto un secreto de mí misma que pensándolo bien creo que siempre lo supe, en retrospectiva siempre estuvo ahí solo que no sabia como llamarlo.
Nadie debería quedarse en el closet.



Hola!

Me llamo Santiago y soy gay… ¡¡Hola Santiago!!
Ya fuera de Guasa, mi historia es compleja y un poco larga. Vengo de una familia muy católica y donde la apariencia cuenta mucho. Supe desde chico que yo era algo diferente: amaba Madonna, me encantaba cocinar, era el consejero de todas la niñas; valores que en mi familia eran vistos como algo “raro” o “inusual”. Tan católico era que me metí a una orden religiosa varios años. En mi depresión a los 27 años entré a psicoanálisis, lo que me dio la fuerza para salirme de esta institución y hablar por primera vez con alguien sobre mi homosexualidad, en este caso mi terapeuta. Cabe decir que por temor a mi sexualidad desde chico fui obeso hasta que me hice un bypass y bajé 50 kilos, ahora corro maratones.
Si me preguntas qué es para ti salir del clóset diría… Primero un proceso de duelo, aceptar que no le daré gusto a mis papás que todavía lo sufren, abandonar una institución si bien represiva que me daba mucho sentido, abandonar la idea de casarme con una mujer para darle gusto a mis papás. Pero también es un proceso de encontrarme a mi mismo, de crecimiento personal e individual y de la posibilidad de tener una pareja desde hace 4 años que me llena de sentido.
Santiago, la pregunta era cómo saliste del clóset! Uno que viene de ambientes tan tan tradicionalistas siempre está saliendo del clóset pero mencionaré para mi las tres más significativas:
1) Con mi mejor amiga, estábamos en Central Brasserie, tomando un vino, y de repente se me desliza la mirada a un chico que correspondió el gesto. Y me dijo ella “San, te vio” y le contesté en inglés “Are you asking me if I´m gay” a lo que contesta “Yes”, “Darling, I´m super gay” Cheers!
2) Con mi hermano, que también “se alejó” del rebaño y que es un excelente ser humano. Me pregunta en Eno, “Santi, tienes algo que decirme, cualquier cosa siempre te querré”, y le dije “esa pregunta tiene implícita una pregunta, y sí, si lo soy, soy gay.” Y me contestó “Siempre lo supe, eres la elegancia de Francia”
3) Con mi madre, la que más trabajo me costó. Ella se enteró por otra persona y cuando hablamos llorando me pregunta “Dime, ¿qué hicimos mal?” Le dije “Mira, si hacer mal significa que me hiciste una persona independiente, trabajadora, capaz de amar a alguien, pues repite esos errores porque los hiciste de maravilla”
El proceso al principio fue difícil pero cada vez me fui sintiendo mejor. Me dedico a la psicoterapia, y gran número de mis pacientes provienen de familias muy fundamentalistas. Este proceso me ha ayudado a entenderlos y a darles otros caminos de vida sin presionarlos para romperlos. Ser gay no me hace más ni menos, pero aceptarlo me hace más humano.

Luisa, Rebe y Martha, las admiro mucho. Gracias por ser siempre personas con un gran corazón.


Holaaaa!!!
Pues mi nombre es Mayra, tengo 28 años y salí del closet por decisión propia a los 18.

Me empecé a dar cuenta de que me atraían las mujeres a los 10/11 años más o menos pero no entendía bien qué era lo que pasaba.

Cuando entré a secundaria a una escuela nueva, comenzaron a señalarme como «la lesbiana». Me afectaba no por lo que decían sino porque yo aún no lograba entender qué pasaba conmigo. Por lo tanto, siempre me quedaba callada ante los comentarios.

Fueron pasando los años en esa escuela y mi madre era amiga de otras señoras de ahí, pensé q si un día ella escuchaba rumores iba a ser feo, q mejor debía decirle yo.

Un día en la comida, estaba ella, mi papá y yo. Específicamente a ella le pregunte «has notado algo diferente en mi?» Y ella dijo «sí, pero no te diré qué hasta que tengas la confianza de decirme».
Acabamos de comer y antes de irme a la escuela (ya iba en la tarde), regresé a la cocina y le dije «má, soy bisexual»… ella me volteó a ver, me abrazó y me dijo «eres mi hija y te amo como seas», al salir de la cocina le dije a mi papá «escuchaste?» Y solo asintió con la cabeza y me guiñó el ojo.

Se escucha bonito y sencillo pero me tomó 5 años decidir hacerlo y los primeros 2 de esos 5, aprendí a aceptarme yo primero.
Lo malo fue cuando regresé de la escuela, mi madre estaba echa un mar de lagrimas y sentada en el comedor con mi papá me dijo «seguro yo tengo la culpa, algo hice mal, pero tú no puedes ser así, tenemos que hacer algo así que decidí que vas a ir con un psicólogo, te voy a mandar a hacer estudios hormonales y no puedes decirle a nadie esto…»

Le pregunté a mi papá si él estaba de acuerdo y me dijo que no, pero que debía apoyar a mi mamá primero. A partir de ahí fueron 2 años muy tristes y fuertes con mi madre, llenos de insultos, sarcasmos, caras feas, indirectas, preguntas… Aparte que le dije q no era bisexual, q era gay realmente. Mi papá siempre me apoyó a pesar de lo q dijo aquella noche, de hecho una vez me dijo «eres como hijo e hija al mismo tiempo, soy doblemente afortunado de tenerte» y él era así, burlón pero cuando decía cosas como broma pero serio, le salían desde el corazón.

Gracias a una maestra de la universidad pude decirle a mi mamá de una conferencia que daría una sexóloga -Rina Reisenfeld- y aceptó ir con mi papá.
Le ayudó mucho, entendió muchas cosas y yo también. Para ese entonces mis 2 hermanas mayores ya sabían y lo habían tomado bien.

Yo entendí q no había sido la única en salir del closet, mi familia también. Mi mamá no planeó ni pensó/imaginó tener una hija gay y su educación influyó mucho. Yo también debía ser paciente, aceptar q ella no tenía q aceptar esto así de fregadazo y sobre todo, tenerle paciencia yo a ella y no sólo exigir o esperar q se me aceptara a mí y q me tuvieran paciencia a mi.

Hoy sé que mi mamá ya no tiene problema en decirlo, en escucharme, en ver y conocer a mis parejas, pero también sé que le encantaría q yo tuviera un hombre como pareja y q ella tolera que yo sea así pero aceptarlo al 100, es algo q no pasará, pero también está bien.

🙂
Salir del closet no es fácil pero depende de nosotros cómo tomemos lo que va antes y lo que viene después.

junio 27, 2016