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¿Por qué no l@ puedo dejar?

¿Sospechan que viven en una relación tóxica (con pareja, hijos, padres, amigos)? ¿Lo confirmaron, pero simplemente no pueden salirse de ahí? ¿Por qué hay personas que parecen no poder evitar este tipo de relaciones?

julio 5, 2016

Mario Guerra
Tanatólogo
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¿Qué es una relación tóxica?

Es una donde suele haber disparidad emocional y falta de reciprocidad.

  • Le prestas dinero a un familiar, no sólo no te lo paga cuando ofreció hacerlo sino que además se ofende cuando le recuerdas la deuda. Si puede te vuelve a pedir prestado, ahora si “jurando” que sí te va a pagar todo.
  • Alguien a quien le haces favores y lo ayudas no acude a tu petición de apoyo cuando tú lo necesitas. Eso sí, si vuelve a necesitar de ti te volverá a pedir ayuda.

Es una que no te permite ser quien tú eres por temor a las consecuencias.

  • No pides lo que necesitas, no dices lo que piensas y no haces reclamos por nada para que el otro no se enoje, no te haga una gran escena dramática o acabe por acusarte de malagradecido.
  • Temes mostrar inciativa y gustos por temor a la crítica y el desprecio

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Es donde el otro te manipula o trata de controlar.

  • A quién frecuentas o contactas (familia y amigos)
  • Tus redes sociales.
  • Tus finanzas, tu forma de ser, vestir, comer, pensar y hablar.

Una donde el otro busca aislarte de los demás.

  • Te hará ver malas intenciones y complots en todos cuantos te quieren (además te venderá la idea que la única persona que realmente se preocupa por ti es ella.
  • Suele mostrar además celos exagerados, especialmente por cosas que se imagina, descontextualiza o exagera.

Donde se comete cualquier tipo de abuso.

  • Te presiona para hacer cosas con las que no te sientes cómodo o transgreden tus valores o tu dignidad.

El otro te hace sentir que nunca haces las cosas bien o nunca es suficiente lo que haces.

  • A veces te vende la idea de que estás en eterna deuda por lo que te ha dado o por lo que tú le has hecho o dejado de hacer.
  • En general te culpa de todos sus conflictos en la relación con frases como “es que tú me haces enojar”.

¿Por qué alguien entra en una relación así?

  • Generalmente no empiezan mal; si así fuera nadie caería en una.
  • Son relaciones donde uno, o ambos, gradualmente van llevando la relación hacia la descomposición, consciente o inconscientemente.
  • Las personas habituadas a las relaciones tóxicas buscan a sus complementos (el victimario a su víctima o el redentor a su pecador).

¿Y por qué estando ahí no salen rápidamente?

  • Parecería que la otra persona ejerce una especie de poder sobre quien es manifiestamente abusado o maltratado, pero quien lo permite es quien permanece ahí. ¿Por qué?

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1. Alienación.

  • Se sustituye la realidad vivida por el discurso de otro.
  • Empiezas a creer que muchas de las cosas malas que “suceden” son “por tu bien”.
  • Te crees el cuento que tú provocas la ira o desprecio del otro.
  • Te aleja de toda forma de ayuda, te hace creer que no la necesitas.
  • El otro se victimiza o se coloca en una posición de supuesta superioridad en donde te hace creer que él sabe mejor lo que te conviene que tú mismo.

Refuerzo variable

  • Períodos alternados de mala y “buena” relación.
  • Espiral en donde hay episodios malos donde ya no aguantas y que hacen que el otro te prometa que todo va a cambiar (con tal que no te vayas). Luego sigue una etapa de luna de miel en donde empiezas a creerte el cuento de hadas, cuando en realidad sólo se está acumulando tensión en el otro para que acabe por explotar y vuelta al principio.

2. Grandes necesidades
Expectativas genuinas que ciegan a la realidad.

  • Tú siempre quisiste tener tu “familia perfecta” (cualquiera que sea tu concepto de eso) y ahora haces lo necesario para que esta relación que tienes funcione como venía en tu guión personal, aunque los actores sean incompetentes y poco talentosos para representar a tus personajes de fantasía.
  • Es como comprar un reloj muy bonito que siempre soñaste para que, al tenerlo, descubres que nunca da la hora exacta y te mete en toda clase de problemas, pero aún así insistes en usarlo y confiar en él para regular el tiempo de tu vida, porque ahora ya es tuyo y debe funcionar bien.
  • Pero tú ni eres relojero, ni este reloj tiene compostura si él mismo no quiere componerse.

3. Distorsiones del pensamiento

  • Aprendiste que el abuso en normal en una relación.
  • Confundes lo que sientes (amor o ansiedad) con lo que te conviene (una buena relación).
  • Crees que lo que quieres (a esa persona que te maltrata) es lo que necesitas (alguien que sea recíproco contigo).
  • Se padece de un sesgo de confirmación donde literalmente se ve lo que se quiere ver (que esa situación tiene esperanza de funcionar) y se desecha toda evidencia (la realidad observable) que contradiga los deseos o la creencia que se quiere sostener.

4. Miedo o estilos de apego ansioso

  • En donde la separación de cualquier relación, buena o mala, es tomada como algo catastrófico y que aterroriza.
  • Aguantas lo que sea con tal de que no te “dejen”, aunque una parte “sana” de ti a veces protesta, pero ante la amenaza de la pérdida retrocede a sus miedos.

5. Tienes el síndrome del rescatador

  • Sientes que la otra persona necesita de ti y aunque la relación es mala, crees que tienes una especie de deber superior de quedarte a salvar al otro como si tú fueras su redentor y el otro un pecador poseído por algún demonio babilónico que sólo tú puedes y tienes el deber de exorcizar.

6. Ya le invertiste mucho y no quieres perder.

  • Mientras más tiempo pases en una relación, la sensación de que tienes mucho que perder será mayor.
  • Especialmente si crees que será imposible rehacer tu vida o reemplazar esa relación con otra. También si sientes que tu juventud u otras oportunidades se han marchado.
  • A veces hay que tomar pérdidas para no seguir perdiendo.

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¿Cómo salimos de aquí?

  1. Deja de negar la realidad. Si las cosas no están bien, no están bien.
  2. Identifica qué ganas. Al estar ahí, ¿compañía?, ¿atención?, ¿sentirte “amado” por alguien?
  3. Llena tú esos huecos. Haz cosas por tí y para ti que te hagan sentir como necesitas, pero deja de buscar que otro lo haga. Un clavo no saca otro clavo, sólo refuerza la tapa que cierra tu ataúd emocional.
  4. Rodéate de personas no tóxicas. Aléjate de los atormentados, de los pesimistas, de los radicales, de los que todo lo saben y de los sufridos. Busca quien te escuche, te deje ser tú y te ayude a encontrar respuestas sanas desde tu interior.
  5. Busca sanar la vergüenza. De sentirte inadecuado, insuficiente o indigno de ser amado por alguien que te quiera por quien eres, no por lo mucho que das y aguantas.

 

julio 5, 2016