Enrique Tamés
Decano regional de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey
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• Hoy cumplimos un mes del inicio de un periodo difícil para la sociedad. Muerte, dolor, incertidumbre, destrucción, caos.
• En cuatro semanas intensas hemos mostrado desde lo más sublime hasta lo más rapaz del ser humano: las muestras de solidaridad, la cooperación nacional e internacional; tristemente también la rapiña política, el oportunismo mediático. Nuevamente, lo mejor y lo peor del crisol humano.
Rescatados, rescatistas y reporteros nos dicen cómo vivieron el 19-S. Clic
A nivel de individuos o de pequeños grupos, las heridas siguen abiertas. Y como no, con tanto desconcierto, con tanto bullicio, con tantos ecos que no terminan de silenciarse, no es fácil entrar en periodos de recuperación.
• ¿Qué hacer para mitigar el dolor?
• ¿Qué hacer para darle significado a algo aparentemente sin sentido, absurdo?
• ¿Cómo se pueden convertir los problemas en el motor que nos ayude a seguir adelante?
• Y no seguir por seguir; hacerlo con vitalidad, con dignidad. Con entusiasmo a la vez que con respeto.
Albert Camus, el escritor argelino y premio nobel (1957) describió en su magistral ensayo El Mito de Sífifo la condición del hombre moderno.
• “Los dioses habían condenado a Sísifo a rodar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Pensaban que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza…”
¿Qué hacer ante el shock que nos causaron los recientes sismos?
• La clave está en aceptar el aquí y el ahora. Aceptar la realidad como es en vez de desear como no es, es el principio…
• “Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre.
Hay que imaginarse a Sísifo dichoso.”
• Muchos ejemplos en la historia: Sócrates al tomarse la cicuta, Séneca al ser condenado, Boecio en la cárcel… Y muchos ejemplos recientes: Gandhi, Mandela: Cambia lo que puedas cambiar, pero no intentes cambiar lo que no puedes cambiar porque te toparás con la miseria.
8 pasos para comenzar a cambiar la óptica, la percepción, los juicios, el humor
1. Aceptar lo que pasó. Es lo más difícil, pero lo indispensable. Nombrarlo, compartirlo, hablarlo.
2. Duelo. Aceptar la tristeza, la pérdida, el dolor. Dejar que fluya.
3. Resiliencia. Concentrarse en la capacidad de recuperarse (ejemplos: en el ejercicio, en la enfermedad, en los golpes). Lo mismo debemos hacer con las “golpes” al espíritu, al bienestar.
4. Grit. Concepto difícil de traducir: textualmente quiere decir arena, grava, cascajo, rechinar… conceptualmente quiere decir: aguante (endurance, stamina, guts), firmeza de carácter. Angela Duckworth sostiene que la gente con Grit, o que desarrollan grit, son las que tienen logran cosas, tiene éxito). Somos, México, una cultura con mucho “aguante”.
5. Ocupación. Ocuparnos, no es huir de los problemas, es sostener con la actividad, que somos capaces de sobreponernos (ejemplos: actos terroristas del metro de Londres, de Madrid, o lo sucedido en Niza, Francia).
6. Creatividad. Los actos creativos (artísticos, culturales, ayudan a concentrarnos en el aquí y ahora, además de servir de catarsis).
7. Menos juicio. Juzgar es parte de la naturaleza humana, sin embargo, no ayuda a superar los fracasos, los descalabros, los sinsabores, las pérdidas. En cambio, la compasión es mucho más efectiva para la recuperación.
8. Humor. Sí, los mexicanos también somos buenos en recuperarnos a través del humor. Entendido no como la burla o el sarcasmo (que también somos buenos), algo mucho más parecido a lo que hacemos con los chistes o el día de muertos: le damos un toque humorístico a la tragedia. No como distancia, no como negación, sino tratando la vida para aligerarla.