Tere Díaz
Psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Su más reciente
libro ¿Cómo identificar a un patán?
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terediaz.com
Para hablar de madrastras hay que hablar de lo que es una Familia (o una Relación) Reconstituida.
La Familia Reconstituida es la relación formada por una pareja adulta en la que al menos alguno de los dos tiene un hijo de una relación anterior.
Esto conlleva retos pues al haber varios adultos a cargo de los hijos, (la nueva pareja más los padres y madres de relaciones anteriores) es necesario clarificar las obligaciones conyugales y parentales de cada uno de ellos.
Pero ante de llegar a ese punto y obvio antes de conocer a los hijos de tu pareja ¡Conózcanse como pareja! Y Prepárate y entérate de algunas cosas:
Las familias reconstituidas tienen muchas pérdidas por muerte o por divorcio (sueños, casa, un padre y una madre presente, etcétera) ¿Se están trabajando los duelos previos? Aquí no aplica el dicho “un clavo saca a otro clavo”.
¿Los padres biológicos tienen acuerdos concretos y explícitos sobre los hijos? (económicos, emocionales, sociales).
¿Se tiene claro lo que se espera de ti con los hijastros e hijastras?.
Aun ahora, se habla de la importancia del tiempo diferenciado para el cultivo de la pareja, para los hijos biológicos y para la nueva familia. Esto implica mayor creatividad y mayor tiempo.
¿Se puede hablar con claridad sobre finanzas por aquello de “los tuyos, los míos y los nuestros?
Una vez tomada la decisión hay que moverse con prisa pero con pausas. Toma más tiempo la adaptación que en una familia intacta pues hay más variables. Pero ¡aguas! el exceso de entusiasmo en “compensar” el pasado o en construir una familia “ideal” puede hacer que se presione a tener actitudes y realizar actividades que requieren de tiempo para ser procesadas y poderse instaurar.
Tips para ser una madrastra correcta
1. Lo primero lo primero es que ¡los hijos estaban primero!, lo cual no significa que no seas importante.
2. Busca el mejor momento de conocerlos. Cuándo te sientas preparada y tu pareja también. Ni antes ni después.
3. No te posiciones de inmediato como una figuras materna. Esto se desarrolla paso a paso y con base a los acuerdos previos y a lo que se puede y se necesita en cada caso.
4. Ubica tu rol. ¡No eres ni la mamá ni el papá! Hay que encontrar el lugar adecuado en el sistema familiar. Esto no significa que no tengas un lugar o que claudiques a tus necesidades.
5. No asumas papeles que le corresponden a tu pareja o a su ex. Si te sobrecargas te resentirás además de que estarás ocupando un lugar que no te corresponde.
6. Ten claro tus límites. Lo que puedes y lo que no puedes. Y se asertiva al compartirlos.
7. No compitas. Ni por los hijos ni por la ex. Si bien se ha de tener claro el lugar que ocupa tu vida de pareja, recuerda que elegiste a alguien que llega a la relación con hijos/as y ex.
8. Asegúrate que sea tu pareja quien te de tu lugar. Reclamar a los hijastros y a los ex es fracaso seguro.
9. Deja a tu pareja lugares privados con sus hijos. No tienes que estar en todo, cada subsistema familiar requiere sus tiempo
10. Ve ajustando tus expectativas a la realidad. Por más preparada que estés siempre habrá sorpresas. ¡Si las hay con los propios hijos!
11. Relaciónate lo más cordial con la ex. Cuando se puede. Y sino ¡diplomacia siempre!
12. Desahógate con amigas. No sirven los verdadazos con tu pareja. Aprende a plantear lo esencial y ¡Aguas de lo que dices de sus hijos!
13. Sortea y negocia las barreras de otros círculos sociales. Amigos, colegas, familiares.
Otros temas. No sirve tomarse como personal las reacciones de los hijastros. Recuerda que ellos viven:
Duelos en relación a los padres.
Conflictos de lealtades.
Adaptación a dos estilos y normas de su familia binuclear.
Esto no significa que toleres groserías
Tu relación con los hijastros no se trata de amarse profundamente. A veces se torturan y conflictuan porque tienen expectativas “románticas” del vínculo que van a generar. El amor o el afecto entre los miembros de estas familias se desarrolla (o no) a través del tiempo, pero lo central no es “quererse y disfrutarse” profundamente, sino respetarse y cuidarse buscando lo que es oportuno y constructivo para cada uno de ellos. Con suerte, el afecto llega.
Y recuerda ¡No todas las madrasteas son como las pintan!