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El cerebro egoísta: ¿por qué el cerebro cree tener siempre la razón?

Les vamos a decir por qué el cerebro siempre cree tener la razón. Qué pasa en nuestro cerebro cuando estamos en una discusión

octubre 26, 2020

Eduardo Calixto
Neurofisiólogo, Médico cirujano con Maestría y Doctorado en neurociencias por la UNAM. Post Doctorado en Fisiología Cerebral en la Universidad de Pittsburgh, PA, EUA.
TW: @ecalixto

El cerebro discute, reñimos ante lo que se opone a la lógica que en ese momento se tiene y a la oposición del elemento básico que busca todo cerebro humano: tener la razón.

Nadie es malo dentro del argumento de su propia película. La discusión puede ser proactiva o reactiva. Emana de las partes menos inteligentes del cerebro y atrapa a respuestas inmediatas que no necesariamente son las mejores analizadas.

¿Por qué discutimos?
Comúnmente el cerebro quiere ganar una discusión para evitar culpa o vergüenza. Reaccionamos a lo más habitual, engañoso y ofensivo, lo cual depende de nuestra interpretación cultural, de aspectos psicológicos y de la subjetividad del momento.

3 aspectos son necesarios para considerar el proceso egoísta del cerebro, depende de nuestros niveles neuroquímicos (75% es interpretación), del aprendizaje previo, del horario, de la presencia de terceros, incluso de la época del año y de satisfactores inmediatos. Es decir, somos egoístas debido a:
Razones biológicas: neuroquímica y anatomía.
Razones sociales: los patrones de la cultura y copiados de nuestro entorno.
Procesos psicológicos: como aprendimos entre los 7 a 14 años los argumentos de nuestras discusiones que eventualmente se van modificando para ser egoístas siempre.

Aspecto biológico del egoísmo
El cerebro humano discute con más vehemencia y menos recursos en las primeras etapas de su vida (infancia y adolescencia); gradualmente, puede discutir menos y tolerar más.
Los recuerdos en la gran mayoría los vamos modificando a lo largo de la vida, editamos cada experiencia de nuestra vida. Nuestros recuerdos no son “videos”, cuando pensamos en ellos, los vamos modificando nuestra conveniencia.

Entre más noradrenalina y dopamina tiene un cerebro ES MÁS EGOÍSTA, menos solidario. La neuroquímica de las emociones extremas están fuera de entender o adaptarse a los demás, somos egoístas en la medida que consideramos que nadie nos ayudó o apoyo. Menos oxitocina nos hace menos agradecidos y empáticos.

El cerebro humano gasta más energía cuando piensa más en sí mismo que cuando analiza las actividades y cualidades de otros. Las neuronas de la corteza prefrontal, se niegan a otorgar la razón a los demás, cuando más dopamina se tiene. Ante una sensación de culpa o error, se inicia la activación de redes neuronales capaces activar dolor moral, sensación de culpa o vergüenza, lo cual, se valora con mayor rapidez.

Aspectos sociales y psicológicos del egoísmo
Lo propio vale más, aun y pesar de que el cerebro se dé cuenta de lo efímero de su valoración.

Psicológicamente COPIAMOS LO QUE SUCEDE ENTRE LOS 7 A 14 AÑOS DE EDAD, y mantenemos esas ganancias y proyecciones como marco para toma de decisiones. El egoísmo se aprende entre esta edad, dado que es el periodo crítico de conexión entre la amígdala cerebral, el hipocampo con el giro del cíngulo y la certeza prefrontal.

Discutimos con más fuerza de lo que creemos conocer, lo que la experiencia nos otorgó, lo que nos genera más dolor o proporciona más vergüenza. Las personas proyectan sus deficiencias, sus culpas en los demás, este aprendizaje es gradualmente modificado con la experiencia, pero en lo general se queda en conexiones neuronales de la memoria que ante detonantes se expresan.

El lado oscuro de la auto afirmación moral es que proporciona un disfraz para descartar casi cualquier punto de vista con el que no estemos de acuerdo.

Cambiar una opinión arraigada en el sistema lógico y moral neuronal resulta sumamente difícil. El cerebro egoísta no experimenta cambios de límites.

El juicio humano en la mayoría de las decisiones está en la búsqueda de demostrar la sensación de superioridad moral: la tendencia a creer que uno es más moral que los demás, auto halago, valoramos nuestra conducta como más moral o superior que otros, un auto-engrandecimiento moral, el cual es más evidente en problemas sociales o estrés poblacional.

octubre 26, 2020