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2024-12-23 04:28:02

¿Estás atrapado entre lo que es y lo que dices que debería de ser?

Para los que se sienten atrapados en una relación y no saben qué es lo que los detiene, aquí les decimos qué onda con esto y cuándo salir corriendo.

octubre 19, 2021

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra

De una persona que nos ama uno espera muchas cosas, menos que nos cause un dolor o un daño de cualquier forma. Cuando esto sucede, ocurre una gran confusión, tristeza y a veces enojo reprimido, mismo que puede generar culpa por tener sentimientos negativos hacia alguien que decimos amar. Caer en esta trampa puede ser no solo doloroso, sino complicado encontrar la manera de salir de ahí.

La situación:
Estás en una relación afectiva con alguien.
Puede ser una pareja, un familiar o un amigo.
Esa persona te ha tratado mal.
Has sido el objeto de un sinfín de críticas, insultos, comentarios pasivo-agresivos, desaires, desprecio, indiferencia, negatividad, envidia y agresión de cualquier tipo.
Tú te has quejado ocasionalmente, pero vives en un continuo estado de confusión, shock y resentimiento porque dices que esa persona se supone que no debería tratarte así.
Esto te lleva a una parálisis en tomar acciones en esa relación, porque por un lado está el cariño que le tienes y el rol que esa persona tiene en tu vida y, por el otro, está todo lo que hace que te hace sentir mal y que, para acabarla de empeorar, ni siquiera reconoce como algo inadecuado o que lastima.
Si lo anterior te suena más o menos familiar, es posible que te encuentres atrapado en una relación de ambivalencia.
La ambivalencia es la presencia simultánea de emociones en conflicto; es un estado en donde tienes sentimientos encontrados sobre alguien o algo.
Quizá amas a la persona por quien es.
Pero no tanto por lo que hace; es decir, cómo te trata.

¿Por qué una persona trataría mal a quien dice amar?
Lo primero que salta a la mente es que esa persona realmente no quiere a la otra persona, de otro modo no la trataría mal.
Aunque esto puede ser así en algunas ocasiones, no es la única conclusión posible o incluso más probable.
Una persona podría quererte mucho y tratarte mal de acuerdo a:
Temas sin resolver de su infancia.
Algún problema de ansiedad.
Vivencias y problemas en relaciones pasadas no resueltos.
Algo que espera de ti y no ha clarificado.
Algo relacionado con personalidad o valores, etc.
Se puede perder mucho tiempo tratando de dilucidar si el amor que dice tener esa persona hacia ti es verdadero, entonces la cuestión central no es si esa persona te ama de verdad o cuánto la amas tú, sino si esa relación o forma de amar del otro te hace bien a ti como persona.

¿Por qué una persona se queda dónde la maltratan?
Hay dos elementos en conflicto dentro de ti.
Un razonamiento que te dice que esa persona debería o no debería ser de alguna manera por el tipo de rol o relación que guardan contigo.
Por ejemplo:
Mi mamá no debería decirme que no sirvo para nada, porque una mamá está para apoyar a sus hijos.
Mi pareja debería interesarse más por mis cosas si de verdad me amara como dice.
El otro elemento, el cariño que le tienes a esa persona por el vínculo que tienes con ella.
Entonces lo soportas porque razonas en torno a lo que se supone que es y cómo debería de comportarse, en lugar de a como se comporta en realidad y lo que eso te hace sentir.
Se forma una especie de fantasía de donde te relaciones con una botarga emocional en vez de con la persona que usa la botarga, que es quien realmente la hace actuar de la manera que lo hace.

¿Cuál es el impacto que tiene la ambivalencia en una situación así?
Te frustra.
Haces muchos esfuerzos por que esa persona deje de lastimarte o por llevar la relación como la imaginaste, pero en realidad tienes muy pocos resultados favorables.
Genera resentimiento.
Con la otra persona por maltratar y contigo por aguantar.
Es como cuando te planteas que a lo mejor esa persona ni te quiere tanto (como se supone que debería de quererte), pero parece que tú te quieres menos por estar ahí sin hacer nada.
Te paraliza.
Aunque pocas veces o casi nunca has visto salir nada cariñoso o amistoso de esa persona, aún te aferras a tu fantasía.
Después de cada nueva herida, dejas pasar la oportunidad de ver la realidad; que el maltrato no es tolerable y que quien dice que te ama sí te puede maltratar.
Te quedas atascado, sin saber qué hacer.
Te puede generar culpa tóxica.
Como cuando te enojas o hasta sientes que odias a esa persona; especialmente cuando te acaba de tratar mal.
Esto genera en ti la sensación de ser “mala persona” por tener sentimientos negativos hacia quien dice amarte y, que muy probablemente, tú también amas.
Puedes sentirte mal hijo, mal padre, mal amigo, mala pareja, etc.
Te causa depresión.
Especialmente si llegas a la conclusión de que la persona realmente no te ama y empiezas a pensar que todo lo vivido fue pura mentira y manipulación.
Aunque no es imposible que eso sea verdad, la realidad es que muy frecuentemente te topas con personas que si bien tienen la capacidad de amar, muchas veces no saben amar.

¿Entonces la solución es acabar con esa relación y ya?
Pues no es tan sencillo, porque aún hay sentimientos amorosos hacia el otro o porque nadie se quiere quedar sin una mamá o un amigo a pesar de las circunstancias.
También, como ya lo habíamos dicho, te puedes quedar atascado en la culpa tóxica de ser tú el que ponga un alto a la persona que dice que te ama.
De poner fin a la relación ya ni hablamos, claro.
La idea es que, más allá del rol o relación, hagas conciencia cómo se comporta esa persona contigo y de ahí partir para decidir.
Tendrás algunos caminos posibles.
Quedarte y amar a la persona como es, no como se supone o esperas que sea
Y vé si así puedes seguirla amando y si esa relación te hace bien como persona.

¿Cómo saber si te hace bien?

Te permite ser tú.
Te permite crecer.
Te hace valorar esa relación desde el amor y no desde la ansiedad de perderla o la culpa de tener sentimientos negativos por lo que te ha hecho.
Aquí es clave que comprendas que una persona que te ama, ya sea un padre, un hijo, una pareja o un amigo, también te puede lastimar.
Quedarte, pero establecer nuevos límites dentro de esa relación.
En este caso es importante hacerle saber qué de sus acciones o actitudes te lastiman y pedirle nuevas formas de interacción. Es decir, establecer nuevos límites dentro de la relación.
Repensar tu permanencia dentro de esa relación.
Especialmente si la otra persona ya sabe con claridad, porque se lo has dicho, que lo que hace te lastima.
Replantear la relación no necesariamente implica romperla, sino a veces se hace necesario tomar distancia temporal o espacial de la persona.
Ahora que si es una persona con la que ya no tienes contacto o relación pero de la cuál no has podido desligarte emocionalmente.
Si sientes que aún estás atrapado en el resentimiento y enojo es comprensible; muy probablemente por las expectativas que te creaste.
Si crees que te es necesario, podrías buscar a esa persona para hacerle saber tu sentir, pero hay un riesgo; esa persona puede ser igual, peor o mejor que cuando ocurrió aquello que te lastimó.
Si es igual o peor, seguramente esperar una respuesta distinta no es muy prudente y puedes salir más lastimado.
Especialmente si esa persona tiene una personalidad o valores muy distintos a los tuyos.
Pero si la persona ha madurado y hecho conciencia de muchas cosas y errores personales, es probable que los admita y te pida perdón, lo cual no significa que la relación vaya o tenga que restablecerse.
Quizá el mejor camino sea trabajar esto por tu cuenta.
Muchas personas que se quedan atrapadas acá es porque dicen que están buscando justicia, cuando en realidad quieren venganza.
Lejos de preocuparse y ocuparse de sí mismas, estas personas están muy ocupadas y preocupadas en pensar cómo hacer pagar a quien les ha lastimado; sin embargo, a veces “cobrársela” sale más caro que la deuda original.

¿Qué hacer entonces?
Lo primero es siempre ponerte a salvo de la conducta que lastima.
Después hacerle saber a la persona que te ha lastimado cómo te sientes, si es que es de tu interés mantener la relación.
Finalmente, si la persona cobra conciencia, o si la persona ya no está en tu vida por cualquier razón, considerar perdonar es una buena vía para liberarte de viejas deudas que no te permiten encontrar una genuina paz interior.
Al final las cosas no son como tú esperas, pero al final así son.

 

octubre 19, 2021