¿Qué hacer sobre las emociones de los hijos?

Para todos los que no saben qué hacer con las emociones de los hijos, viene Marcela Escalera a explicarnos cómo ayudarlos.

¿Cuántos de ustedes saben cómo manejar las emociones de sus hijos? ¿Sabías que reconocerlas y nombrarlas los ayudará a tener un mejor control emocional? Hoy invité a Marcela Escalera que viene a explicarnos cómo podemos ayudar a nuestros hijos a gestionar sus emociones y que no se vuelvan un huracán en casa.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones del cuerpo ante estímulos de nuestro entorno o que surgen de nosotros mismos. La palabra “e-moción” significa “movimiento hacia”. Sirven para movernos a reaccionar.

No hay emociones ‘malas’, están a nuestro servicio, nos cuidan y cuidan nuestras relaciones, y el vínculo con los demás.

Ejemplos: Si atraviesas la calle y un coche toca el claxon, eres movido a la precaución por una emoción que se llama alarma. Si algo no funciona como quisieras te enojas, lo arreglas o incluso agredes por una emoción que es la frustración.

¿Cuál es el problema con las emociones?

Son poco civilizadas, irracionales, nos “suceden” y no las controlamos. El dilema es que muchas veces lo que expresamos o hacemos movidos por lo que sentimos hiere o aleja a quienes están cerca de nosotros.

¿Qué pasa con las emociones de nuestros hijos?

Nuestros hijos son movidos por las mismas emociones que nosotros. Pero la capacidad para regularlas y reflexionar acerca de ellas se va dando a medida que maduramos. Mientras más inmaduro (no importa su edad) sea un hijo, más impulsivo será al expresar lo que siente. Esto puede ser muy poco civilizado o lastimar a otros.

Es en esta etapa, cuando tratamos de que “se controlen” y “se regulen”, pero muchas veces es como pararse ante un tren que viene a toda velocidad. Las emociones los mueven y no las controlan, aunque se los “digamos” o “exijamos” que se “calmen”.

¿Qué hacer con las emociones de nuestros hijos? ¿Cómo podemos ayudarlos?

Tips para entenderlos mejor: No se trata de reprimirlas, sino de buscar la mejor manera de ayudarlos a que puedan salir y ser expresadas: golpear un cojín, escribir, bailar, gritar, etc.

Ayudarlos a identificarlas y nombrarlas para que se conviertan en sentimientos. Nombrar lo que siente mi hijo y ayudarlo a reconocerlo. “Estoy enojado, feliz, me siento inseguro, tengo miedo…”.

Tú no le digas lo que siente, trata de reflejar su emoción: “Quisieras que fuera diferente”, “no funcionó para ti”, “escucho que te sientes de esta manera…”. Ya que lo reconoce y nombra, podrán mezclarse y “templarse”, y se volverán más civilizadas. Si no eres tú quien puede hacerlo, busca espacios en que los puedan expresar: desde el deporte, el arte, hasta una terapia.

No tomes personal sus explosiones. Tú eres el adulto. Recuerda que aprenden de ti: ¿tú cómo expresas tus emociones? Pon límites y da guiones de cómo expresarlas cuando no estén exaltados (ni tú, ni ellos).

Se trata de ayudarlos a sacar las emociones de manera civilizada y ayudarlos a relacionarse con estas para que puedan regularlas.

Papás, ojo con esto: Difícilmente un niño menor a 5-7 años podrán templarse. Si tienes un hijo inmaduro, no importa su edad, difícilmente se controlará. Porque todos crecemos pero no todos maduramos. Esto es cuestión de madurez, no de edad.

Si tu hijo(a) es adolescente o adulto joven, sus reacciones emocionales pueden ser muy hirientes por lo que habla acerca de lo que siente cuando la intensidad emocional sea baja, no en el momento de la crisis o el huracán y cuentahabientes, recuerden que no importa la edad de su hijo, ustedes son los adultos. Si no es posible relacionarte con ellos porque explotan emocionalmente, busca ayuda profesional para ellos y para ti y no olvides que para poder lidiar con las emociones de tus hijos, necesitan mover, reconocer y estar muy conscientes de las emociones que tus hijos MUEVEN EN TI.

Fuente: Marcela Escalera. Psicóloga clínica con Master en Educación, Directora desde 2009 del Instituto Neufeld Español.