Tenemos ganadores de las Calaveritas Debayle 2023 y no saben lo divertidas que están, así que aquí se las dejamos.
Los ganadores se llevan un monedero electrónico de 5 mil pesos en cualquier tienda Liverpool.
Los ganadores de Calaveritas Debayle
Daniel Hernández Becerril
Matamesta de la muerte. Yo quisiese, si se pudiese, Me permitiesen contar. Lo que iba a ser una triste historia, Y fue un alegre final.
La huesuda estaba un día, buscando a Martha Debayle. Iba más que decidida, a su programa quitarle. Antes de ir a la cabina, la buscó en el Lady Mangas, Pero sé escapó en seguida, a causa de una redada.
Después al Club Tropicana, fue a buscar a la chiquilla, Pero Debayle no estaba, andaba en la Lagunilla. Cuando al fin encontró a Martha, Dijo la muerte confiada, ¡Te juego en un Mátamesta, el reinado en tu programa!
Martha Debayle aceptó, sin miedo a perder la reta. Su buen gusto musical, le haría ganar la contienda. Ya llegando a la cabina, se desató el Mátamesta. La parca puso a Bad Bunny, creyó así ganar la gresca.
Martha dijo ya perdiste, ¡Con tu canción no me ganas!, te pondré algo de mis panas, a ¡Los amigos invisibles!”. La suerte ya estaba echada, el cuentahabiente votó. Martha se llevó las palmas, la muerte no refutó. Se despidieron con gracia, terminando la canción. Acordaron la revancha, la calaca dijo adiós.
La muerte huyó contentita, se llevó una gran lección. Su rola, aunque famosita, no era una buena canción. Saliendo de la estación, la alcanzó Rebecca Mangas. Le dio de consolación, calcetas para sus latas.
Así es la vida de bella, con su lluvia de emociones. Y antes de que se te acabe, disfruta buenas canciones. Aunque lindo o feo sea el día, tú debes sintonizarle. Siempre hallarás alegría, oyendo a Marta Debayle.
Ricardo Hernández Juárez
Ya pasaban de las 10 cuando a la cabina entraba, la muerte desconsolada que del panteón regresaba. Rebeca le dijo a Martha: -esta está muy desnutrida, casi flaca como tú, pero no tan bien vestida.
Fijamente le observaron que traía sandalias rotas, y Martha pidió a Rebeca que le escondiera sus botas. La huesuda explicó que llegó del más allá, para que en este Noviembre fuera portada de “Moi”. Martha muy sorprendida le dijo: ¡Oye mana! Si no tienes inconveniente, mejor te atiendo mañana.
La muerte les suplicó mejorar el «matamesta», que en el panteón preguntó, y hasta organizó una encuesta. Ya no ponen rolas buenas, aunque presumen sus gustos, cada cosa que pone Rebeca, nada más provoca sustos.
La muerte se fue a su panteón, ya la libraron las dos. Si la Debayle no quiere acompañarla, que ya se atienda esa tos.
Paulina Sánchez Vázquez
¡Hoy no puede haber programa! Es la jefa quien nos falta. Nadie sabe de la dama, ya valió la bella Martha.
“¡Yo la suplo en su ausencia!” grita Rebe, sin pensarlo.
“A mí me quiere más la audiencia; con ella difunta, nadie podrá dudarlo.” La Huesuda la llevó a pagar sus fechorías.
¡Qué desgracia le ocurrió a quien nos dio mil alegrías!
“¡El muerto al pozo!” insiste Rebe, contando ya a sus cuentahabientes. “Desde hoy 96.9 tendrá más escuchas recurrentes.”
¡Que alguien ayude a la estación de radio! Doña Osamenta caos ha causado. Mira a Rebe, querido Mario, que del micrófono ya se ha apropiado.
“Yo soy sólo del amor el rockstar, ¿cómo convenzo a la Pepenadora?
A menos que quiera que la convierta en porn star, ni cómo ayudar a nuestra presentadora».
“!Qué se haga accountable la señora!” exclama Rebe desde la cabina. “A todo mundo le llega su hora; y hoy cerró ya su cortina.”
“!Ocupo que aguarden todos!”, clama una voz bien conocida. Es la Debayle ante nuestros ojos, ¡Qué sorpresa! ¡Está con vida!
Le dice Rebe que sus colegas creyeron que era verdad la broma“Fue a ver a Adele allá a Las Vegas, Martha no estaba con La Chupona. She’s in da house! Lo celebramos y la guasa a Rebe le perdonamos.
Regresa al aire la que bien amamos, el micro al fin está en sus manos.
Los finalistas…
Yutzil Yamile López Rodríguez
En el micrófono como una estrella, Martha Debayle ¡es toda una huella! Su voz resuena cual película de autor, con sabiduría brilla con gran ardor.
En su estudio como en un set de cine, nos regala historias, sin ningún desdén. Con su estilo único y gran talento, en la radio es todo un evento.
Martha, la directora de la charla y el debate, nos lleva por tramas de amor y conflicto, cada programa, un nuevo proyecto, su presencia en la radio es un acto perfecto.
Con guión bien hilvanado, cada palabra es arte en su programa, el tiempo es un compás de parte.
Los oyentes, como actores en la trama, encuentran en sus palabras una melodía que aclaman.
En la frecuencia su voz es como un film en color, cada emisión, un nuevo rol en su labor. Desde comedia hasta drama, lo hace con pasión. En cada entrega, nos roba el corazón.
Así, en la onda, su legado persiste, Martha Debayle, en la memoria existe. Como una película que nunca se olvida, su arte en la radio siempre será bienvenida.
Laura Lorena Culebro Martínez
Se los ha llevado al baile, ya descansan bajo tierra. Ha muerto Martha Debayle, y se ha llevado a Mario Guerra. Ahora vive en el panteón, murió con su fortaleza, Ahora, ¿quién nos dará información del hogar, moda y belleza?
La muerte no hace desaire, se pasea por este rumbo. Rebeca Mangas al aire, no volverá en BBMUNDO. Una noticia destaca, informan en este día, que se llevó la calaca, a Kudish Ana María.
Quien no «cree en lo que hace», ni «confía en los demás”, ya tiene ganado el pase, muy cerca de la muerte está.
Catrina eres flaca y lista, te llevas curas y frailes, y a todos los de la revista, que edita Martha Debayle. Y sin decirles «ya voy», sin que la esperaran tanto, los de la Revista Moi, moran en el campo santo.
Se ha llevado al más allá, les ha cambiado su suerte, a los de MMK, pronto encontraron la muerte.
Se escondió con disimulo, pensó que ya estaba a solas, La flaca cargó con RULO, ¿ahora quién pondrá las rolas? Calaca que sin criterio, que no respetas a mi gente, hoy yace en el cementerio, hasta un pobre cuentahabiente.
En la sombra de un guamúchil, de mi fin llegó la hora, pongan flor de cempasúchil y encendida una veladora, Mi deseo ten presente, mi calaquita serena, llévate a la tóxica gente, dejando aquí a la GENTE buena.
Claudia Partido
Estaba un día la Catrina revisando sus pendientes. cuando helada se dio cuenta que por fin iría a verle… Sintió un poco de pena llevarse a tan gran personaje, aunque luego sintió angustia por ver qué ropas montarse.
Desechó sus gorras de beis y sacó su lente oscuro, no podría verse mal ni flaquear ante el asunto. Se fue por Martha Debayle con outfit de última moda, cuero negro y plataformas como hace la conductora.
Llegando se topa con Rulo que anuncia que están al aire, sin saber que están apunto de perder a la Debayle.
Por fin se encuentra con Martha y saca sus artimañas, le pone música mala y le quita la funda a las latas. Martha trata de defenderse con sus hits de los 90, le ofrece sus productos y hasta una cosmetiquera.
No parece terminar la contienda entre las dos, hasta poder acordar un trato que les gustó. Se llevan a Martha Debayle de DJ al más allá y dejan a Rebeca Mangas con grabados desde acá. Así quedan los dos mundos con lo mejor de ambas partes, especialistas en uno y el Club Tropicana Debayle.
Carmela Pineda Ríos
Llegando viene la muerte, buscando almas pal’ panteón, Afilándose los dientes, a todos se lleva sin compasión.
En la W están inquietos, muertos de frío Pues la calaca estaba los pasillos, checando a quién se llevaba. Rebeca en cabina se escondió, para engañar a la muerte, pero cuenta no se dio, que ya la esperaba impaciente.
La calaca enojada, sin tener consideración, se llevó a la pobre Mangas, directito pa’l panteón. Al pasar por el pasillo, a Mario Guerra observó, y al mirarlo tan sencillo, del rock star se enamoró.
El pobre Mario ya murió, sus fans le fueron a llorar. La catrina se lo apropio, y al programa ya no va a llegar. Tere Diaz llegó a la cabina, caminando con encanto, Pero se la llevó la catrina, derechito al camposanto.
Debayle llegó sonriendo, preparando los buenos consejos, Pero no se daba cuenta, que la muerte la veía desde lejos. Martha a la muerte retó, yo aquí me quedo flaca, pero aunque se envalentonó, se la llevó la calaca.
Ahora Martha y su equipo ya no tienen otra opción, que entretener a la parca y a los muertos del panteón.
Mónica Itzel Galindo Salgado
Es la noche de muertos, y hay ofrenda en la estación, ir refinando los versos y cuidar la entonación. El color del cempasúchil ya va llenando los campos, y velas de dulce guamúchil que guiarán a nuestros santos. Con café y pan de muerto de almuerzo está Martha en cabina, revisando un verso tras verso dedicado a la catrina.
«La instrucción fue muy clara!» – exclamó en un grito la Mangas, «Que la prosa no fuera rara… y Que’al chile, le echaran ganas!!» La noche pasaron en vela, no será la última vez, su programa vale la pena, y debe estar listo a las diez. Martha desborda energía, con su outfit fashionista Lista pa’dar alegrías a las calaveritas finalistas.
Paulina Sánchez Vázquez
¡Hoy no puede haber programa! Es la jefa quien nos falta. Nadie sabe de la dama, ya valió la bella Martha. “¡Yo la suplo en su ausencia!” grita Rebe, sin pensarlo.
“A mí me quiere más la audiencia; con ella difunta, nadie podrá dudarlo.” La Huesuda la llevó a pagar sus fechorías. ¡Qué desgracia le ocurrió a quien nos dio mil alegrías!
“¡El muerto al pozo!” insiste Rebe, contando ya a sus cuentahabientes. “Desde hoy 96.9 tendrá más escuchas recurrentes.”
¡Que alguien ayude a la estación de radio! Doña Osamenta caos ha causado. Mira a Rebe, querido Mario, que del micrófono ya se ha apropiado.
“Yo soy sólo del amor el rockstar, ¿cómo convenzo a la Pepenadora? A menos que quiera que la convierta en porn star, ni cómo ayudar a nuestra presentadora».
“!Qué se haga accountable la señora!” exclama Rebe desde la cabina. “A todo mundo le llega su hora; y hoy cerró ya su cortina.” “!Ocupo que aguarden todos!”, clama una voz bien conocida. Es la Debayle ante nuestros ojos, ¡Qué sorpresa! ¡Está con vida!
Le dice Rebe que sus colegas creyeron que era verdad la broma “Fue a ver a Adele allá a Las Vegas, Martha no estaba con La Chupona. She’s in da house! Lo celebramos y la guasa a Rebe le perdonamos. Regresa al aire la que bien amamos, el micro al fin está en sus manos.