¿A cuántos de ustedes les mintieron cuando eran niños? ¿cuál fue la mentira que más les dolió? Y ahora que son padres ¿cómo decirle la verdad a los hijos? Julia Borbolla, les explica todo.
Aunque hay temas difíciles que nos cuesta trabajo hablar con los críos, lo mejor siempre será decirles la verdad, porque créanme que ellos entienden perfecto lo que está pasando.
La verdad y los hijos
Primero tenemos que entender que no hay que subestimar a los hijos, son inteligentes y entienden lo que está pasando a su alrededor y si les mentimos podemos empeorar la situación y es que cuando un niño no tiene una explicación concreta, la construye a partir de su fantasía de imaginación, y generalmente esa ‘explicación’ es peor.
Antes de los 6 años los niños tienen dificultad para distinguir verdad y fantasía, esto favorece que construyan conclusiones que los hacen sufrir. Un niño se imagina la muerte como si fuera halloween y piensan que el abuelo muerto es una calaca o un zombie ensangrentado. Sus deducciones suelen ser fatalistas porque su pensamiento está contaminado de miedo.
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¿Cuáles son los tipos de pensamiento infantil?
Como sabemos, los niños no han tenido tanto tiempo para desarrollar su visión del mundo y esto puede crear diferentes formas de percibirlo y entender lo que los adultos les dicen, como:
Animismo: concederle vida a lo inanimado, tal cual como en una película de Disney. Por ejemplo “la mesa se puso triste porque hoy no comimos en casa” o «Mala mesa, ¿por qué le pegaste a mi niño».
Pensamiento miedo. Cuando por coraje el niño piensa: “¡Qué fea mi mamá, que se muera”, y creen que por pensarlo puede pasar. Si sus hijos están extra cariñosos un día, puede que sea por esta razón, entendieron que su mamá no se murió.
Pensamiento deseo. Si lo deseo tanto puede aparecer o suceder. Como en las películas donde los papás divorciados regresan sólo porque los hijos lo desean.
Lógica incipiente. Generalizan lo que pasa por una sola situación, por ejemplo: «Cuando llueve las mamás se enojan o todos los de bata blanca ponen vacunas»
Acentuación de sentimientos. Lloran y/o ríen libremente ante cualquier situación.
Percepción global o difusa. Asumen que lo que les pasa a ellos, le pasa a todo mundo por ejemplo: Todas las mujeres son mamás o si los papás pelean, se van a divorciar.
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Consejos para hablar de temas difíciles con los niños
Ahora que ya saben la forma en la que sus críos perciben el mundo, es momento de entender cómo abordar los temas difíciles y que estos no los confundan.
Es mejor decir la verdad con delicadeza que dejar que los niños se lo imaginen.
La muerte es un tema tabú, pero los niños deberán vivir un duelo como todas las personas, y para ello necesitan la verdad.
Cuando alguien está en la cárcel, también es un tema difícil. Lo que podemos decir es que la persona está arreglando un problema que surgió de algo que hizo, y no puede salir hasta que todo se aclare.
El suicidio es otro tema que no queremos explicar a los niños, pero eventualmente se van a enterar más adelante y se sentirán engañados. Podemos explicarles que hay personas que se sienten tan mal que no piensan y actúan en contra de sí mismos.
Las mentiras “blancas” que les decimos en Navidad o cuando se les cae un diente pueden desilusionarlos cuando se enteran, pero finalmente fueron para algo que los hacía felices.
Los pleitos entre papá y mamá afectan mucho a los niños y negar que esto ocurre empeora sus pensamientos. Los pequeños no dimensionan si el pleito es de convivencia o un serio conflicto que anuncia un divorcio. Acepta ante tus hijos que las personas que conviven a veces no están de acuerdo, pero después se reconcilian como ellos con sus amigos.
La adopción explicada a muy temprana edad se asumirá como algo normal y un gran privilegio en contraste con ocultarlo y que salga a la luz cuando son mayores.
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Señales que deben de tomar en cuenta sobre las mentiras y los hijos
Las señales que debemos tomar en cuenta para saber si los niños están preocupados son: que tengan pesadillas frecuentes, que se coman las uñas o muerdan lápices o ropa, que están muy irritables o lloren por cualquier cosa.
Procura dosificar la información que tus hijos reciben. Las noticias de crímenes o desastres naturales pueden echar a andar pensamientos fatalistas de los que no te vas a enterar y que generan síntomas de ansiedad.
No guardes un secreto que más adelante saldrá a la luz. Es preferible manejarlo a tiempo que vivir las dolorosas consecuencias de sentirse engañados o traicionados.
Especialista: Julia Borbolla. Psicóloga con 40 años de experiencia, imparte talleres para padres de familia y corporativos, Fundadora de la Clínica Grupo Julia Borbolla Psicología Integral, especializada en niños, niñas y adolescentes.
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