¿Los alucinógenos contra la ansiedad realmente funcionan? Pues Pablo León les va a explicar qué onda con esto.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis, el 82% de pacientes con ansiedad y depresión considera que los psicodélicos o alucinógenos (hongos, ayahuasca y LSD) pueden ser útiles para el tratamiento de trastornos mentales.
Pablo León, psiquiatra y neuropsiquiatra, les va a explicar si esto tiene evidencia científica o es una moda que nos pone en riesgo.
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¿Cómo surgió la moda de los alucinógenos y la ansiedad?
En Netflix está el documental ‘How to Change Your Mind’ del escritor Michael Pollan, donde se explica el uso de LSD, la psilocibina (hongos), el MDMA y la mescalina (peyote).
En este documental, se muestra cómo estas sustancias se han usado de forma médica para tratar a enfermos terminales en casos de cáncer y para tratar adicciones. También en casos de los pacientes quieren tener una acercamiento más espiritual con el cosmos y el mundo que los rodea.
Se basa en el libro de Michael Pollan: How to Change Your Mind: What the New Science of Psychedelics Teaches Us About Consciousness, Dying, Addiction, Depression, and Transcendence que salió en 2018.
De acuerdo con una encuesta realizada por la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis, el 44% de los psicoterapeutas mexicanos han utilizado psicodélicos en su práctica clínica. Igualmente, el 82% de los encuestados considera que los psicodélicos pueden ser útiles para el tratamiento de trastornos mentales.
Según datos del gobierno, en México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión. De acuerdo con la World Health Organization, a escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión.
Según la Universidad de California en Davis, 1 de cada 5 personas padecerá una enfermedad neuropsiquiátrica en algún momento de su vida, lo que equivale a 1000 millones de personas en todo el mundo.
De acuerdo con el New York Times, se calcula que en Estados Unidos 8,9 millones de adultos toman antidepresivos para tratar trastornos depresivos graves, pero a alrededor del 30% no les funcionan.
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¿Por qué las personas buscan «tratamientos alternativos» para atender su salud mental?
Las personas se encuentran en una búsqueda de soluciones «rápidas o mágicas», y entre ellas, actualmente ha aumentado el interés por las sustancias psicodélicas, también conocidas como alucinógenos. En los últimos años se ha visto un incremento muy importante en los problemas de salud mental. Esto se atribuye a distintos factores:
- Factores sociales: Cuestiones como el aislamiento social, la soledad, la discriminación y la estigmatización y el racismo.
- Desafíos económicos: Las desventajas sociales, la pobreza, las deudas, el desempleo y las malas condiciones de vivienda.
- Experiencias personales: Las experiencias traumáticas, como los malos tratos en la infancia, el abandono, el duelo o los traumas significativos en la edad adulta.
- Salud física: Padecer una enfermedad física prolongada y consumir sustancias puede afectar al estado mental.
- Factores de estrés ambiental: El estrés grave o prolongado, la violencia doméstica y el acoso escolar.
- Factores biológicos: La genética y la química del cerebro pueden hacer que algunos individuos sean más susceptibles a los problemas de salud mental, aunque los mecanismos exactos no se conocen del todo.
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¿Qué son las sustancias psicodélicas?
Son un grupo de compuestos químicos que tienen la capacidad de inducir alteraciones significativas en la percepción, el pensamiento y la conciencia.
Provocan experiencias sensoriales y mentales intensas que incluyen alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, así como cambios en la percepción del tiempo, el espacio y el sentido de identidad. Las principales agencias regulatorias de medicamentos, a nivel mundial, no reconocen un uso médico para la mayoría de estas sustancias.
Históricamente, las sustancias psicodélicas han sido utilizadas en diversas culturas indígenas con propósitos ceremoniales, religiosos o curativos.
Por ejemplo: La psilocibina, denominada «teonanacatl» o «carne de Dios» por los aztecas, que la utilizaban en sus rituales espirituales. Más recientemente, han atraído la atención del público general por su potencial terapéutico en el tratamiento de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
Sin embargo, también tienen un potencial de abuso y pueden causar efectos adversos, especialmente cuando se usan sin supervisión, en entornos inadecuados, sin estar informados sobre los efectos adversos y las escasas pruebas de los beneficios. Algunas de las más comunes son:
Psilocibina – Hongos
¿Cómo funciona? Dada la similitud entre las estructuras químicas de la psilocina y la serotonina,
un neurotransmisor implicado en varias funciones mentales y la regulación del estado de ánimo.
La psilocibina actúa principalmente a través de los receptores 5HT (serotonina). Se ha planteado la hipótesis de que la capacidad de la psilocibina para inducir estados alterados de conciencia se debe a que afecta al procesamiento y la integración de la información en la «red neuronal por defecto (default mode network)».
¿Qué efecto provoca? Según los usuarios que han participado en los ensayos, puede inducir euforia y una mayor conciencia de partes de su entorno. Por ejemplo: puede parecer que los objetos sólidos inspiran y espiran. El efecto puede durar más de seis horas.
Riesgos: La psilocibina puede provocar alucinaciones angustiosas o sentimientos de pánico y ansiedad en algunas personas, especialmente en dosis altas. Fuera de un ensayo de investigación, no se pueden garantizar las normas de seguridad.
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LSD
La dietilamida del ácido lisérgico (LSD) es un producto semisintético del ácido lisérgico, una sustancia natural procedente del hongo parásito del centeno Claviceps purpurea. Fue sintetizado en 1938. Se consume ilegalmente en todo el mundo.
La Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (National Survey on Drug Use and Health) ha informado, por ejemplo, que la LSD es una de las principales drogas de abuso en cada encuesta anual desde la década de 1970. Se han realizado pocas investigaciones clínicas legales con LSD desde la década de 1970.
¿Cómo funciona? El LSD actúa como un activador de varios subtipos de receptores de serotonina, ubicados en distintas zonas del cerebro.
¿Qué efecto provoca? Los consumidores de LSD han declarado sentirse felices durante el viaje, ser capaces de ver sonidos y tener experiencias místicas, así como una sensación de cercanía con los demás.
¿Cuáles son los riesgos? Se pueden experimentar traumas psicológicos duraderos causados por un «mal viaje», especialmente cuando se toman dosis más altas o se consume LSD con frecuencia.
En un estudio con ratas, el LSD hizo que los roedores mostraran signos de enfermedad psiquiátrica, como agresividad y falta de aseo. Al igual que las microdosis de psilocibina, también pueden sobrecargar el corazón al hacer trabajar en exceso a las neuronas que rodean el órgano.
DMT
La Dimetiltriptamina, es una sustancia psicodélica que se encuentra en toda la naturaleza.
Es el principal principio activo de la Ayahuasca, sustancia que se prepara con dos plantas: Banisteriopsis caapi y Psychotria viridis.
El DMT también es conocido como ‘la molécula de dios’, y el cuerpo humano la produce naturalmente en dos momentos: cuando naces y momentos antes de morir.
¿Cómo funciona? Se ha demostrado que la DMT interactúa con una variedad de receptores. Aunque los efectos conductuales subjetivos de la DMT parecen actuar principalmente a través de receptores 5-HT2A, la interacción de otros receptores, como otros receptores serotoninérgicos y glutaminérgicos, también puede desempeñar un papel sinérgico.
También se ha implicado a otra familia de receptores: el receptor sigma-1. Una de las posibles funciones del receptor sigma-1 parece ser una mayor producción de proteínas antiestrés y antioxidantes, con la activación de sigma-1 mitigando los posibles daños causados por la hipoxia o el estrés oxidativo.
¿Qué efecto provoca? Los efectos son similares a los de la mescalina y el LSD, incluyendo ilusiones visuales y alucinaciones, distorsión de la imagen corporal, alteraciones del habla, cambios de humor y euforia o ansiedad (dependiendo del contexto y el entorno).
¿Cuáles son los riesgos? Aumento del ritmo cardíaco y de la tensión arterial, lo que puede ser peligroso si ya se padece una enfermedad cardíaca o hipertensión. También puede provocar convulsiones y pérdida de coordinación muscular. En sobredosis, también se ha relacionado con el coma y el paro respiratorio.
¿Deberían de usar alucinógenos contra la ansiedad?
Las sustancias psicodélicas no son sustancias simples. Más tiempo e investigación proporcionarán respuestas sobre sus efectos en el cerebro y si es posible utilizarlas para tratamientos médicos. Por ahora, las pruebas respaldan los tratamientos psicodélicos solo en casos en los que otras formas de tratamiento no han funcionado.
Especialista: Pablo León. Cirujano especialista en psiquiatría y neuropsiquiatría. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y jefe del laboratorio de psiquiatría experimental del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
TW: @psiquiatrialrs // IG: @psiquiatrialrs // Web: www.psiquiatrialrs.com // T. 55 1545 4240
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