Salgo muy poco pero cuando voy a alguna fiesta, coctel o cena, siempre regeso con una súper historia que contarles. Y esas historias nacen de cada uno de los que conozco. Les confieso sólo a ustedes que no soporto aburrirme y que me muero del terror cuando alguien me dice: «Déjame te cuento» y se arranca con un choro que parece que será larguísimo y que no tiene fin.
También les digo sólo a ustedes que ya encontré el secreto para que ese terror no se haga realidad. Me pongo a preguntar y preguntar y nunca, bueno, casi nunca, he encontrado a alguien aburrido.
Exhibit A. En un coctel conozco a un chavo muy serio, vestido muy preppy como les gusta a los contadores y los financieros. “¿Y tú qué haces?” “Soy actuario”. Sé de muchos que en cuanto alguien les dice eso salen espantados porque creen que les van a empezar a hablar de números y de las maravillas del excel. Pero si se animaran a hacer la siguiente pregunta podrían descubrir personas increíbles.
“¿Poooor?”, le pregunté. El cuate se quedó pensando un rato y terminó por contarme miles de historias buenísimas de lo que lo llevó a estudiar matemáticas aplicadas y de las ganancias de su profesión. Por ejemplo que a los dos meses de salir con su novia le mandó un correo con las cuentas de lo que había gastado cada quien en salidas hasta el momento. Con columnas de gastos e inversión, todo para reembolsarle lo que ella había invitado porque, ante todo, es un caballero.
Le brillaban tanto los ojos cuando hablaba de sus anécdotas que quise que me contara con su pasión ¿qué fregados hace un actuario? Y Carlos Vázquez me contó eso y también hizo los cálculos para saber qué probabilidades tiene México de pasar más allá del famoso quinto partido en el Mundial de Futbol.
Exhibit B. Voy a una boda en Querétaro y conozco a Gabriela González-Mariscal. Le pregunto: “¿Tú qué haces?” Contesta que se especializa en investigar el comportamiento maternal en mamíferos, en especial en las conejas. ¿Pooor? Y ya salieron más y más anécdotas, y me encontré con una historia súper interesante de cómo la naturaleza prepara a las madres y a los críos para saber qué hacer. Así voy por las reuniones cosechando amigos y casteando expertos.
¿Qué contestan ustedes cuando les preguntan qué hacen? La próxima vez échenle ganas a su contestación, nunca saben qué nuevo amigo encontrarán, qué nuevo contacto lograrán y hasta en una de esas ¡los están casteando! A veces la gente es mucho más interesante de lo que uno cree, sólo es cuestión de preguntar.
Ya ven, les digo que ese gen preguntón de los Debayle sí aporta.
