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Asesinos de amores: ¿maldad cerebral?

¿Han oído hablar de los que matan a su pareja? Hablamos de eso, saben que quieren oír.

septiembre 24, 2014

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Eduardo Calixto
Doctor en neurofisiología cerebral
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¿Qué orillaría a alguien a matar a su propia pareja?

El amor pueden ser cosas esplendidas, pero puede estar inmerso de desesperanza, dolor y decepción. Matar por amor no es inusual.

• En el mundo, hay 1.07 homicidios de la pareja por cada 100 000 habitantes.

• De los casos de asesinatos de pareja, en sólo 6% la víctima es el hombre.

• 90% ya tenían antecedentes de violencia en el noviazgo.

• 78% de los varones asesinos indican que mataron a su esposa por amarla demasiado.

El patrón que domina esto son parejas posesivas, celosas patológicas, de enojos fáciles en el cual el asesinato es el clímax de una historia de violencia.

El asesinato es una consecuencia intencionada de agresiones. Previamente planificada llena de desesperación. Contrasta que la mayoría de las mujeres rechaza lo anterior. De acuerdo con F. Expósito (2011), son cuatro las justificaciones que argumentan las mujeres ante el maltrato:

1) Negación del daño.
2) Apelar a ideales (mantenimiento de la familia).

3) No separarse para no perjudicar a los hijos.

4) Atribuirse el fracaso en el papel de mujer, como esposa y madre.

Los varones asesinos perciben a su pareja como propia, es base de su control, masculinidad, del poder y el honor. La separación le hace sentir humillación, ilegitimidad y debilidad. Tienen historias de pareja de corta duración.

Perfil del asesino:
• Es cercano al psicópata: planea, puede negociar, entiende de reglas, miente, manipula y no tiene remordimientos.

• Se pueden integrar a la sociedad sin identificar sus intenciones. Egocéntricos con poca retroalimentación social en la empatía y los apegos.

• Se aburre fácilmente, sus metas son irreales y los detalles son de una personalidad irresponsable.

• Enamoran, prometen, son encantadores y gradualmente muestran sus tintes violentos y maltratadores. Intelectualmente está intacto.

El cerebro asesino:

• Algunos asesinos en serie, aquellos que tienen una larga serie de asesinatos cometidos, tienen antecedentes en común:
1) historias de maltrato infantil
2) abandono
3) incompatibilidad emocional con los padres o la familia
4) gradualmente moldean la conducta infantil intolerante, agresiva y generadora de violencia desde las primeras etapas (crueldad a los animales o historias de maltrato y abuso o agresiones sexuales, o actividad sexual promiscua; es decir historia de delincuencia juvenil)

Los asesinos tienen cambios en su cerebro:

• La actividad de la corteza prefrontal se reduce

• Llega menos oxígeno y glucosa

• La consecuencia es una disminución de la parte del cerebro inteligente y que disminuye las compulsiones, es decir, no hay frenos, ni sustrato social:

• No se tiene remordimientos de los actos y se convierten en individuos compulsivos, violentos e irreflexivos.

Además se asocia con un incremento en la función límbica, como la amígdala cerebral, lo cual es el marcador de su intolerancia, agresividad y pérdida del autocontrol.

Los asesinos de su cónyuge son comúnmente los más débiles de la pareja. Son dependientes y al mismo tiempo críticos de su relación. El asesinato viene de la fuente de debilidad y no de fuerza. Como un reclamo.

La curiosidad del cerebro…

• ¿Por qué guardamos un espacio en la memoria para quienes han cometido las peores atrocidades?

• ¿Empatía por asesinos?

• El cerebro de los hombres es más impulsivo, el de las mujeres más realista.

• El cerebro humano puede manifestar fascinación de saber los motivos de un asesinato. Algunas sociedades están más cerca del morbo que otras.

• Se ha identificado que algunas comunidades en las que el suicidio es más frecuente los asesinatos disminuyen y viceversa.

El placer que tiene el cerebro al saber detalles de asesinatos tiene una red neuronal que se comparte:

• El área tegmental ventral libera dopamina, se incrementa la noradrenalina. Se activa la amígdala cerebral y se estimulan los procesos de memoria del hipocampo.

• La amígdala cerebral genera tensión, miedo y enojo, ya sea en secuencia evolutiva o de retroalimentación al saber de los hechos, el hipocampo registra detalles, realiza analogías y es capaz de recordar los hechos por muchos años.

• La corteza prefrontal enfatiza la atención y obtiene el placer cuando se entera de la información esperada. Nos complace saber a través del giro del cíngulo el hecho de que el asesino reciba su castigo y nos solidarizamos con la víctima.

septiembre 24, 2014