Por Claudia Torre
Clear & SIMPLE Certified™ Professional Organizer
@organizARTE_Mx
paraorganizarte.com
Cuando las personas me preguntan a qué me dedico y les digo que paso todos los días organizando el caos de las casas de otras personas, no me lo creen. ¿Cómo puedes arreglar el desorden de desconocidos? Lo sé, es un poco raro entrar a casa de extraños y ayudarlos a hacer lo que mucha gente hace sin ningún problema: tener su casa organizada.
Pero si tengo tanto trabajo es porque no mucha gente puede con esa tarea y a veces simplemente necesitan un empujoncito. Es por eso que creamos esta sección: para ayudarles con tips sencillos que pueden hacer toda la diferencia entre una casa patas pa´arriba y una organizada.
Si alguna de las siguientes frases te hacen clic o de alguna forma te llega la pedrada, sigue leyendo, porque entonces sin duda esta sección es para ti y juntos podamos pasar ¡…del caos al orden!
• No sé por dónde empezar
• No tengo tiempo para arreglar mi casa porque llego rendida del trabajo
• Quiero que mi casa funcione y no esté todo amontonado
• Estoy deprimida: debería de saber cómo tener mi casa ordenada y no puedo
• No cabemos: tenemos demasiadas cosas, pero la verdad no las usamos
• No me gusta este objeto, pero cómo me voy a deshacer de él si me lo regaló mi tía…
• Me abruma mucho el tiradero y a mi esposo más
• Soy muy perfeccionista, y si no tengo tiempo de que quede perfecto: mejor no lo hago
• Empezó poco a poco, pero ahora ya me rebasó y ya no sé que hacer
• Compro cosas para organizar, pero no las sé usar bien y nada más guardo por guardar
• Quiero darle el ejemplo a mis hijos, pero por más que trato no veo cambio y mejor lo dejo y queda peor
Sé que esto sucede en muchas casas, porque es lo que me dicen cuando les pregunto lo que sienten al ver su casa desordenada. Así que si te sientes identificado, te caerán del cielo estos consejos salidos del horno de la experiencia en el campo de la organización profesional.
Estas son las reglas de oro para vivir en una casa práctica, funcional y ordenada
1. ROMA NO SE HIZO EN UN DÍA
Y tu desorden de años no se va a arreglar en un fin de semana. Así que respira profundo, y ábrete a la experiencia de que organizar tu casa en un proceso y si le echas ganas y te das a la tarea, lo vas a lograr…poco a poco. Es decir: parte el pastel en pedacitos. Si ves que te tienes que acabar el pastel en una sentada, con sólo verlo te vas a empachar; pero si lo partes y te comes un pedazo al día, verás que hasta disfrutarás comértelo poco a poco. Es lo mismo con la casa: divide tu casa en zonas (la recámara principal, el cuarto de los niños, la cocina, el garage, la bodeguita, el estudio, etc.) Ahora empieza zona por zona a dividir más zonas. Si vas a empezar por la cocina divide la alacena un día, las repisas otro día, el muebles de la vajilla otro día, y así. El propósito de todo esto es darte pequeñas tareas que puedas cumplir, porque si quieres ordenar tu cocina TODA en un día: no vas a acabar, te vas a frustrar y cuando apenas vayas empezando, y la cocina esté peor de como empezó, vas a querer salir corriendo. Entendido esta regla de oro, pasemos a la siguiente.
2. LAS COSAS ESTÁN EN TU CASA PARA SERVIRTE
Tú no tienes por qué estar en servicio de las cosas. Entre más cosas tenemos en la casa, más tarea tenemos de cuidarlas, mantenerlas en buen estado, limpiarlas, acomodarlas, lavarlas {ahhhhhhh} ¿Y luego te preguntas porqué no tienes tiempo? Porque desperdicias mucha energía en cosas que no te sirven. Recuerda estás sencillas palabras: solamente ten cosas que AMES, USES, NECESITES, NO PUEDES VIVIR SIN ELLAS y TE HACEN FELIZ.
3. ¡COMIENZA LA SEPARACIÓN!
Ya tienes elegida una zona, ya sabes que las cosas que tienes en tu casa son las que amas, usas, necesitas, no puedes vivir sin ellas y te hacen feliz. Pero ¿cómo sé cuáles son esas cosas? Muy buena pregunta. Toma una bolsa de plástico negra, una bolsa de plástico transparente y post-its de tu color favorito y haz lo siguiente: comienza sacando TODAS las cosas que hay en “la zona elegida” y una vez que tengas todo fuera, empieza a ver objeto por objeto. Si responden a las preguntas del punto número 2 las pones en un lado con un post-it que diga: SE QUEDA. Si son cosas que definitivamente ya dieron todo lo que tenían que dar, ponlas en la bolsa negra que se llame: BASURA. Y si hay cosas que todavía sirven, pero ya no te sirven a ti, están en buen estado y pueden hacer feliz a alguien más, ponlas en la bolsa transparente que diga: DONACIÓN.
4. ¡LIBÉRATE!
No sabes lo delicioso que se siente liberarte de cosas que tenías por años estancadas en tu casa, sin uso ni beneficio, que nada más estaban ocupando espacio valioso que podía ser usado por cosas mucho más importantes, pero que no podían entrar al tener un espacio invadido. Te invito a vivir la experiencia de dejar ir, de desapegarte, de darle valor a las personas, experiencias y momentos mágicos en lugar de ponerles tanto peso a objetos inanimados. Así que saca esa basura de la casa, recicla todo lo que sea posible, dona todo lo que está en la bolsa transparente y solamente deja en “la zona elegida” lo que se queda.
5. AHORA: DALE UN HOGAR A CADA COSA
Así como nosotros no andamos perdidos por la vida, sin rumbo, vagando de casa en casa, tus cosas también necesitan tener un lugar a donde pertenecen. Y tú y las demás personas que viven o trabajan en esa casa necesitan saber cual es y respetarlo. Así de sencillo: si cada cosa tiene un espacio, el desorden desaparece. Búscale uno a cada cosa que dejaste en SE QUEDA, y de paso, ponle su propia casita. Es decir: un contenedor. Si tienes los cubiertos en un cajón, ya les diste un hogar, pero se te van a estar revolviendo las cucharas con los tenedores y las cucharitas. En cambio, si les pones un contenedor especial para cubiertos, y los separas IGUALES CON IGUALES (cucharas con cucharas, tenedores con tenedores y cucharitas con cucharitas) seguro se conservan ordenados, eso es darles una pequeña casa.
Al seguir estos pasos en CADA ZONA DE TU CASA, sin importar el tiempo que te lleve, verás que no sólo tu espacios cambian. Tú también vas a ir cambiando. Te vas a sentir mucho más tranquila, en paz, liberada, enfocada, productiva y sobretodo llena de energía para poder invertirla en lo que importa realmente: hacer las cosas que te hacen feliz y compartir momentos con las personas que amas. ¿Qué no de eso se trata la vida?