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2024-12-18 21:09:50

¿Todo está permitido en las guerras?

Por lo que alcanzamos a ver de los conflictos armados parecería que todo está permitido.

abril 16, 2015

Jacobo-DayanPor Jacobo Dayán
@dayan_jacobo

Las imágenes e historias de horror abundan en noticieros, periódicos, revistas, redes sociales y hasta en películas. Es impensable una película de guerra hollywoodense sin bombardeos indiscriminados, armamento sofisticado y destrucción, no importa si se trata de una ciudad poblada o el tipo de armamento utilizado.

¿Será que en la guerra se vale todo? ¿Se puede atacar lo que sea? ¿Se puede usar cualquier tipo de armamento? ¿Son válidas justificaciones como: ellos iniciaron, nos tenemos que defender, son una amenaza, sabiendo que somos más fuertes no debieron atacarnos, se esconden entre población civil, son daños colaterales?

La respuesta es NO. El Derecho internacional humanitario contiene un conjunto de normas que busca limitar los efectos de los conflictos armados. Aunque los orígenes de las normas o ética de la guerra son muy antiguos, nuestra legislación tiene su origen a mediados del siglo XIX.

Reconociendo que la guerra es una constante en nuestra historia y que incluso en ocasiones es necesaria, se busca, por razones humanitarias, proteger a las personas que no participan en la guerra y a los bienes esenciales para mantener condiciones de vida digna y también se limitan los medios y métodos de hacer la guerra.

Los principios humanitarios generales son 4:
• Distinción: Se debe distinguir en todo momento entre población civil y combatientes, y entre bienes de carácter civil y objetivos militares.
• Humanidad: Los ataques deben tender a debilitar a los grupos enfrentados y no deben tener como fin el sufrimiento de los individuos, sean civiles o militares.
• Proporcionalidad: Está prohibido atacar cuando sea previsible que se cause incidentalmente muertos y heridos entre la población civil o daños a bienes de carácter civil excesivos en relación con la ventaja militar.
• Necesidad militar: Solo deben realizarse acciones que sean indispensables para asegurar los fines de la guerra.

Mucho se puede discutir pero estos principios marcan un mínimo de civilidad en la locura de la guerra. ¿Se cumplen?

Entre las personas protegidas por estas normas se encuentran: población civil; heridos, enfermos y náufragos que ya no combaten; prisioneros de guerra; protección especial se da a mujeres, niños, refugiados, periodistas y personal sanitario y religioso. Está prohibido usar métodos y medios que causen daños superfluos, sufrimientos innecesarios o efectos indiscriminados a la población civil ni hacer padecer hambre y violencia sexual como métodos de guerra.

Los bienes protegidos son: infraestructura básica para asegurar la subsistencia de la población; instalaciones sanitarias y religiosas; bienes culturales o civiles.

Se prohíbe totalmente la utilización de veneno y armas envenenadas; gases asfixiantes, tóxicos o similares; balas que se ensanchan o aplastan fácilmente en el cuerpo humano. Y parcialmente las minas antipersonal, municiones en racimo, armas incendiarias, armas laser.

Dentro de la protección a personas o bienes, queda prohibido, entre muchas otras cosas, el homicidio intencional; la tortura o tratos inhumanos; los experimentos biológicos; causar deliberadamente grandes sufrimientos; la destrucción y apropiación de bienes no justificadas por necesidades militares y efectuadas a gran escala, ilícita y arbitrariamente.

La lista de pormenores y detalles es enorme. Más cuando la tecnología de guerra se sofistica y las formas de enfrentamiento cambian constantemente. Cada vez tenemos más conflictos en zonas civiles y densamente pobladas.

Hasta en la guerra, o más bien empezando por ella, debemos construir y respetar un marco de mínimos necesarios, de civilidad y cordura. No todo está permitido, ni en la guerra. La barbarie no se resuelve con más barbarie. El reto es hacer justicia cuando estas normas no se cumplan, rara vez se llega a ello.

abril 16, 2015