En México, se calcula que 1.5% de la población tiene el virus de la hepatitis C, es decir unas 815 mil personas. Se trata de una enfermedad asintomática que sólo se ve cuando ya causó graves daños en el hígado que terminan en cirrosis o en cáncer. Ése es el mayor problema para atacar este enfermedad, en la que hoy se pone atención en el Día Mundial contra la Hepatitis.
De acuerdo con la organización Mundial de la salud, la tercera parte de la población mundial está infectada con algún virus de hepatitis.
¿Qué es la hepatitis?
Es la inflamación del hígado que puede evolucionar a una fibrosis, cirrosis o cáncer . Los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de la enfermedad, aunque también pueden deberse a otras infecciones, sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o determinadas drogas).
Tipos de hepatitis
Los científicos han identificado cinco virus que provocan hepatitis y los han clasificado por las letras A, B, C, D y E.
Hepatitis A. El virus está presente en las heces de las personas infectadas y casi siempre se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. Se puede transmitir también por ciertas prácticas sexuales. En muchos casos la infección es leve, y la mayoría de las personas se recuperan por completo y adquieren inmunidad contra infecciones futuras por este virus. Se cuenta con vacunas seguras para prevenir la infección de hepatitis A
Hepatitis B. Se transmite a través de la sangre, el semen y otros líquidos corporales infecciosos. En México, unas 242 mil personas están infectadas con el virus. Otras formas de contagio son de madre a hijo cuando el parto es natural, transfusiones de sangre, compartir jeringas contaminadas. Existe una vacuna segura y eficaz para prevenir esta infección.
Hepatitis C. Se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo cual puede suceder mediante transfusiones de sangre y derivados contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. La transmisión sexual también es posible, pero mucho menos común. No hay vacuna.
Ambos virus (B y C) pueden generar síntomas que se confunden con otras enfermedades, por lo que las personas con alguno de ellos tienen más probabilidad de desarrollar hepatitis crónica y con ello, cirrosis y cáncer.
Hepatitis D. Las infecciones por este virus, solo ocurren en las personas infectadas con el virus de la hepatitis B; la infección simultánea por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un mal desenlace.
Hepatitis E. Es una causa común de brotes epidémicos en zonas en desarrollo, debido a que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. Existen vacunas eficaces pero no tienen una buena distribución, por lo que la enfermedad se sigue propagando.
Síntomas
Aunque en el caso de la hepatitis C es complicado hablar de síntomas, existen ciertas señales que pueden indicar que una persona tiene hepatitis. Muchas de las enfermedades causadas por virus se comportan de forma similar, con un cuadro parecido al de una gripa:
• Malestar general, cansancio y falta de concentración
• Fiebre de hasta 39ºC
• Dolor muscular y articular
• Dolor de cabeza
• Síntomas digestivos, falta de apetito, náuseas, vómitos y diarreas
