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Borrón y cuenta nueva: ¿Cómo recuperar la confianza en el estado democrático?

Cómo está el panorama en México. Cómo queda nuestro país con el fin de un gobierno y el inicio de otro.

julio 17, 2018

Max Kaiser
Director Anticorrupción del IMCO (Instituto Mexicano para la competitividad)
Es Asesor de Naciones Unidas en temas de combate a la corrupción y compras gubernamentales. Es miembro de la ACAD (Anti Corruption Academic Initiative) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Es autor del libro “El combate a la corrupción, la gran tarea pendiente en México”.
Tw: @imcomx
Tw: @MaxKaiser75

• Lo más interesante de la democracia es que no hay ganadores permanentes, ni derrotas eternas.
• Los triunfadores de hoy, lamentaban su derrota hace apenas unos años.
• Los derrotados de hoy, aplaudían al mismo tiempo su regreso al poder.

En una democracia, el derecho a gobernar se obtiene a través del voto. Y el voto, se gana con la confianza de la población.

• Los gobiernos democráticos generan confianza en la gente, y se mantienen en el poder, cuando hacen tres cosas:
1. Dan resultados
2. Rinden cuentas
3. Aplican consecuencias a quienes no dan resultados o violan la ley

• Cuando fallan en alguna de las tres, y un grupo diferente presenta una alternativa que genera mayor confianza, suele haber un cambio en el gobierno. A eso le llamamos alternancia.
• El gobierno que sale, falló en los tres aspectos, y por eso tendrá que entregar el poder el 1 de diciembre de este año. Porque perdió la confianza de la gente.
• Falló de manera dramática en temas tan importantes como la seguridad, el combate a la pobreza o la creación de condiciones que promovieran el desarrollo del país. Sin resultados, se pierde la confianza.
• Fue además un sexenio marcado por la frivolidad en el uso de los recursos públicos, la insensibilidad en su relación con la población, y la nula rendición de cuentas en el ejercicio del dinero que todos aportamos al gasto público. Falló en la rendición de cuentas, y perdió la confianza.
• Pero quizá el aspecto que marcará para siempre a este sexenio será el de la corrupción y la impunidad. Es difícil pensar en una sola semana, de estos últimos seis años, en la que no haya habido un escándalo de corrupción. Los mexicanos nos acostumbramos a iniciar el día, abrir los periódicos y encontrar el nuevo escándalo que se sumaba a los anteriores. Cada uno parecía superar a los demás en descaro, ambición y abuso.
• Y en el ocaso del sexenio, seguimos esperando la primera sentencia, en contra de algún involucrado notable, en cualquiera de los escándalos importantes de corrupción. Si no hay consecuencias por violar la ley, se pierde la confianza.
• Esta combinación generó un nivel de frustración, enojo y hartazgo sin precedentes. El partido del gobierno en turno fue rechazado en las urnas por más del 85% del electorado mexicano.
• Un candidato logró concentrar la confianza del 53% del electorado. En los tres debates, y en la mayoría de los templetes de la campaña, una frase se repetía sin cesar: “Acabar con la corrupción”. Esa era la promesa que se repetía como medida para mejorar la economía, la pobreza, la seguridad, la educación, la salud, etc.
• El candidato ganador expresaba, con una convicción casi abrumadora, la confianza total en su capacidad para acabar con este mal. Su promesa generó confianza, y por eso habrá una tercera alternancia en el poder.

• El domingo pasado, el candidato ganador de la elección presentó un programa de 50 puntos para combatir la corrupción. Se trata de 50 enunciados que esbozan un primer acercamiento a una nueva idea del ejercicio del poder.

• En la tabla anexa analizamos las 50 propuestas, y encontramos lo siguiente (algunas propuestas suman varias de las clasificaciones):
24 propuestas son de austeridad
6 son de eficiencia
9 de mejora de procesos
8 son de prevención de corrupción
6 se pueden clasificar como propuestas de fin a la impunidad
13 de ellas son medidas que ya existen, aunque quizá no han sido aplicadas debidamente

• En general se trata de medidas que pueden recuperar la confianza de la población, porque eliminan la idea de que el gobierno, y quienes lo integran, utilizan mal nuestros recursos
• Sin embargo, sólo 8 de las 50 propuestas tienen que ver con prevención de la corrupción, y sólo 6 con el fin a la impunidad.
• La austeridad y la eficiencia son medidas deseables y necesarias, pero prácticamente ninguna de estas medidas tendría impacto sobre las condiciones que generan oportunidades o riesgos de corrupción.
• Se entiende que apenas es un primer esbozo de la política anticorrupción del próximo gobierno, y no un programa final sobre el tema. Precisamente por eso van 20 preocupaciones, que espero generen la base para un diálogo constructivo:

1. No existe mención alguna al Sistema Nacional Anticorrupción, y las medidas que el próximo gobierno tomará para concluir su creación e implementación
2. No hay un compromiso claro de respetar la autonomía y facultades de las diferentes autoridades fiscalizadoras, investigadoras y sancionadoras, creadas por la Constitución y las leyes
3. No se hace mención alguna al compromiso de investigar y sancionar los casos de corrupción que todos conocemos ya, hasta sus últimas consecuencias
4. No hay tampoco un compromiso claro de investigar, identificar y sancionar casos de corrupción del gobierno saliente
5. A pesar de que prácticamente todos los escándalos de corrupción recientes han tenido que ver con el sistema de contrataciones públicas, sólo hay dos menciones muy generales a éste sistema, y medidas muy escuetas para mejorarlo
6. No se habla del papel esencial que tendrá la Secretaría de la Función Pública, como la autoridad de control interno del gobierno, ni las medidas para asegurar su autonomía
7. No se hace mención alguna al servicio profesional de carrera y a la necesidad de generación de capacidades en los servidores públicos
8. No se hace referencia alguna a la necesidad de consolidar la colaboración y coordinación con los sistemas locales anticorrupción
9. No se menciona el uso de nuevas tecnologías para mejorar el control y la vigilancia de los recursos públicos
10. No hay un compromiso de generar puentes con la sociedad civil para colaborar en la vigilancia y rendición de cuentas del Estado
11. No se menciona el financiamiento de la política electoral, que es el origen de la mayoría de los casos de corrupción más importantes
12. No se hace mención de la necesidad de coordinarse y colaborar con gobiernos y autoridades extranjeras, para identificar e investigar casos de corrupción, en proceso y nuevos
13. No se hace referencia alguna a la consolidación del sistema penal acusatorio, que es clave en la lucha anticorrupción
14. Se omite cualquier referencia al nuevo capítulo anticorrupción, que ya se encuentra reservado en la negociación del nuevo tratado de libre comercio de américa del norte
15. Y se omite la necesidad de establecer capítulos como este en los demás tratados de libre comercio que tenemos firmados y ratificados con otros países
16. No se hace referencia a la eliminación del dinero en efectivo en el gasto del gobierno, que genera enormes riesgos de corrupción
17. No hay referencias a procesos de control de confianza para servidores públicos de áreas estratégicas y de alto riesgo de corrupción
18. No parece haber medidas para atender la corrupción de ventanilla, que se da todos los días en los diferentes procesos de atención al público, y que quizá se la que más le duele a la población
19. No se hace referencia a la recuperación de activos, bienes o dinero obtenidos por vía de la corrupción, y la utilización que se les daría
20. No hay ni una referencia a la corrupción desde el sector privado, y la importancia que tiene una nueva cultura de integridad de las empresas, y el impulso que esta cultura debe tener desde el gobierno

• El gobierno entrante tiene un enorme reto y una enorme oportunidad. Cuenta con el bono democrático más grande de la historia, y con pocos obstáculos en el ejercicio del poder (mayoría en el Congreso nacional, y en 19 Congresos locales). Y eso le da la oportunidad de hacer los cambios de fondo que se piden desde distintos frentes de la sociedad.
• Pero justo esa característica es su mayor reto. Porque no hay pretextos que valgan. Su triunfo se debe a la confianza que generó la promesa de acabar con la corrupción, y la población espera resultados concretos.
• La expectativa de la población es enorme, así como su esperanza de ver que el poder le sirve a la gente, y no se sirve de la gente. Si cumple, se mantendrá la confianza. Si no cumple, alguien más la obtendrá en seis años.

julio 17, 2018