¿Cuántos de ustedes no quisieran expresarse mejor al hablar? y ¿cuántos de ustedes no se han sentido incómodos en reuniones porque no lo hacen bien? Álvaro Gordoa, Rector del Colegio de Imagen Pública, les va a dar unos tips para que lo hagan espectacularmente.
Texto por Álvaro Gordoa.
No es lo mismo hablar por hablar y ser un buen conversador que hablarle a alguien y hablar con alguien, eh ahí el arte de expresarse mejor al hablar.
Saber cómo conversar bien es clave para mejorar tus relaciones interpersonales y hacer que cada reunión sea más efectiva y agradable.
La diferencia entre simplemente hablar y ser un buen conversador es considerable. Nadie disfruta de una conversación en la que solo uno de los participantes monopoliza el diálogo.
Lo que realmente enriquece una conversación es cuando todos tienen la oportunidad de intercambiar ideas de manera equilibrada y significativa.
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Ser un buen conversador no significa acaparar la atención ni hablar sin parar, sino más bien saber cuándo intervenir, ofrecer comentarios valiosos y permitir que los demás también expresen sus opiniones.
El objetivo es hacer que todos se sientan escuchados y valorados, creando un ambiente en el que el diálogo sea productivo y satisfactorio para todos.
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Saber escuchar: que tus participaciones sean puntuales y puedas jugar como moderador, hacer sentir a los demás como conversadores principales. Es como ser experto en tenis, hay que darle juego a la otra persona y jugar a su nivel.
Haz preguntas inquisitivas: escucha la conversación, obtén información y de eso haz preguntas. Por ejemplo: escuché que te gusta correr, yo estaba pensando en hacer una carrera. ¿Qué me recomiendas? Si sienten que te aconsejan, sienten que le están aportando a la plática y les inflas el ego.
Información es poder: llegar a una junta bien informado es fundamental. Estar preparado te permite contribuir de manera más relevante y demuestra que valoras el tiempo de todos. Lee mucho de cultura general acerca de todos los temas. Martha Debayle dice que “El que tiene plata platica, el que no la tiene escucha”, es decir la información te da poder sobre la conversación.
Respeta las opiniones de los demás: también da la tuya sin pensar que es la más importante y fundamental. Es insoportable platicar con un sabelotodo. Da tu opinión con humildad cuidando no hacer sentir como estúpido a la otra persona.
No interrumpas: el que siempre lleva el agua a su molino y siempre tiene uno más que tú. Escucha y ya después aportas. Evita interrumpir a los demás mientras hablan. Deja que cada persona termine sus ideas antes de ofrecer tus comentarios. Ser paciente y escuchar bien te permitirá hacer aportaciones más relevantes y mostrar que realmente valoras lo que los demás tienen que decir.
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Especialista: Álvaro Gordoa. Consultor en Imagen Pública, rector del Colegio de Imagen Pública. Autor de los libros Imagen Cool, El Método H.A.B.L.A y La Biblia Godínez.
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