Aura Medina
Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?”, “Lo que ellos dicen de ellas”, el más reciente “Crea el espacio para el amor”.
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¿De qué va el libro?
Es una guía para entender y atender la herida materna, este pensamiento de ser “menos” que has internalizado y que además, evites pasarlo a tus hijas.
En el libro Aura ayuda a dejar de tolerar el trato abusivo, parar de competir compulsivamente con otras mujeres, abandonar comportamientos tóxicos como el autosabotaje, la rigidez y el control absurdo.
¿Qué es la herida materna?
La experiencia de ser mujer, que hemos pasado de generación a generación.
Son TODOS los mecanismos de defensa que aprendimos para lidiar con el dolor de las mujeres de nuestras líneas generacionales.
Nuestros condicionamientos, nuestras ideas, creencias, conductas.
¿Qué nos hiere?
Comparación: nunca sentirnos suficientes.
Vergüenza: La sensación constante de que algo está mal en nosotras
Minimizarnos: sentir que tenemos que hacernos pequeñas para ser amadas.
Culpa: Sensación persistente de culpa por querer más que lo que nuestras madres, abuelas tuvieron.
¿Cómo es esa herida en nuestra vida adulta?
No ser tú en su totalidad para no lastimar a otros.
Tener una alta tolerancia al trato abusivo de los demás.
Cuidar emocionalmente a los demás.
Competir compulsivamente contra otras mujeres.
Auto Sabotaje.
Ser muy rígida y dominante.
Condiciones tales como desórdenes alimenticios, depresión y adicciones.
TIPOS DE MADRES Y HUELLAS
La madre negligente
Son las que ignoran o no se ocupan de sus hijas, no les dan orientación, apoyo emocional ni empatía.
Constantemente, descartan y niegan sus emociones.
HERIDA: Si te crio una madre negligente, el mensaje que te transmitía, una y otra vez, es que eras INVISIBLE y creces con una profunda herida de abandono.
La madre controladora
Son las que necesitan tener el control de la vida de sus hijos en todo momento, saber lo que hacen e incluso saber lo que piensan, aunque sean mayores y ya no vivan con ellas.
Son sobreprotectoras y manipuladoras y metomentodo. Quieren que sus hijos hagan siempre lo que ellas quieren. Piensan que tienen derecho a intervenir en sus vidas aunque ellos vivan fuera del hogar.
Si el hijo está ya casado, la actitud de este tipo de madres suele ser nefasta para el matrimonio. Intentan que el hijo haga lo que ellas quieren sin contar con la nuera y sin respeto ninguno por los planes familiares.
HERIDA: Si fuiste criado por una madre así, te puede costar ser independiente, desenvolverte socialmente. Hay inseguridad y falta de confianza en ti mismo, incluso hay incapacidad para tomar decisiones y resolver problemas.
La madre psicosomática
Es la que usa a las enfermedades, los achaques y los dolores para manipular a los demás, para salirse con la suya y para centrar la atención en ella.
Es el “método del control por enfermedad” y es muy eficaz.
Si la hija no responde, parece mala y se siente como una fracasada que no puede ser amable con su madre.
Algunas hijas aprenden que si ellas mismas se ponen enfermas consiguen atraer algo de atención por parte de sus madres psicosomáticas porque la enfermedad les proporciona un vínculo común.
HERIDA: Si te tocó una mamá así puedes haber crecido con un sentimiento constante de culpa, ansiedad, baja autoestima.
La madre perfeccionista
Para este tipo de madre, lo que logres en la vida es de primordial importancia. El éxito depende de lo que haces, no de quién eres. Espera que actuarás al máximo nivel posible.
Esta madre está muy orgullosa de las buenas notas de sus hijos, de su victoria en los torneos, de que los admitan en la universidad adecuada y de que se gradúen con los títulos pertinentes.
Pero si no llegas a ser lo que tu madre orientada al éxito cree que deberías ser, se siente profundamente avergonzada y puede que reaccione con un ataque desenfrenado de furia y rabia.
HERIDA: Creces pensando que todo debe ser perfecto, que los errores son inadmisibles. Hay miedo a equivocarse y a ser juzgados o criticados. No creces pensando que hay que aprender de los errores, sino que el error es un total fracaso.
La madre figura pública y escandalosa
Ésta es la madre sobre la que se hacen películas. Es adorada por las masas, pero secretamente temida por quienes viven con ella y por sus hijos
Algunos la adoran, pero tú desprecias la máscara que representa para el mundo.
Ver cómo el mundo reacciona ante ella te confunde. Ves que no te ofrece a ti, su hija, la misma calidez y carisma que les ofrece a otros, a los amigos, colegas, familia, incluso a los desconocidos.
Con mucha frecuencia, estas madres llevan una vida de ensueño y quieren que sus hijas encajen en su mundo social y se adapten a su molde.
HERIDA: Vergüenza y humillación
La madre secretamente malvada
La madre que es malvada en secreto no quiere que los demás sepan que maltrata a sus hijos. Por lo general, tiene un yo público y un yo privado totalmente diferentes.
Son bondadosas, cariñosas y atentas en público, pero maltratadoras y crueles en casa.
Esta madre es capaz de anunciar en público: “Estoy muy orgullosa de mi hija. ¿Verdad que es preciosa?”, y luego, en casa, decir: “Te urge perder peso”.
HERIDA: Miedo y shock
El precio de no ser consciente y trabajar con la Herida de la Madre puede implicar:
Una sensación vaga y persistente de “hay algo mal conmigo”.
No vivir tu potencial por miedo al fracaso o a la desaprobación.
Tener límites débiles y un sentido poco claro de quién eres.
No sentirte capaz ni merecedora de crear esa vida que anhelas.
No sentirte segura para tomar tu espacio y hablar tu verdad.
Acomodar tu vida para no “hacer olas”.
Auto sabotearte cuando te acercas al resultado deseado.
Inconscientemente vivir esperando el permiso o la aprobación de mamá para reclamar tu propia vida.