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2024-12-18 09:52:54
¿Qué pasa cuando das más en una relación de pareja?

¿Qué pasa cuando das más en una relación de pareja?

Para todos los que dan y dan y dan hasta el cansancio en una relación, les vamos a decir porque ser el que siempre da, sin recibir, puede destruir su relación.

junio 2, 2022

Aura Medina psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros: “¿Amor o codependencia?”, “Lo que ellos dicen de ellas”, el más reciente “Crea el espacio para el amor” nos revela lo que pasa cuando das más en una relación de pareja.
TW:@AuraMedinaW

Para que la relación de pareja prospere debe existir un equilibrio entre lo que aporta y lo que recibe cada uno. Pensar que cuanto más se da, más amor hay, es una creencia distorsionada. Si das m{as en una relación de pareja terminarás vacía y esto te afectará.

Te damos algunos consejos para que dejes de lado estas creencias y puedas tener una relación de pareja sana.

TRATAR AL OTRO COMO QUIERES QUE TE TRATE: ¿UN ERROR?

Algunas personas tienen dificultades para recibir, y entonces, a pesar de que el otro les dé mucho, todo cae en un agujero sin fondo.

Es una situación muy frustrante tanto para la persona que recibe pero no retiene y por lo tanto es como si no recibiera, como para el que da, porque este puede tener la sensación de que aquello que preparó con tanto amor el otro no lo considera valioso. La incapacidad para recibir puede ser vivida como un desprecio por la pareja.

SI DAS MÁS EN UNA RELACIÓN DE PAREJA PODRÍA SER DAÑINO

En la medida que podemos recibir, vamos acumulando pequeños gestos positivos a nuestro autoconcepto. Y sabemos que estamos recibiendo cuando eso nos toca el corazón, cuando podemos escuchar lo que la otra persona nos da y cuando podemos reconocer lo que experimentamos.

Probablemente te han dicho que hagas cosas buenas por la gente que quieres atraer. Tal vez incluso te han aconsejado comprar regalos, preparar cenas, pagar en las citas o realizar gestos lindos para ganar el afecto de tu pareja. Pero solo porque la táctica de dar es común no significa que siempre sea la más efectiva.

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ENTONCES, ¿CUÁL ES EL TRATO CON DAR Y RECIBIR?

Según la investigación, dar ciertamente tiene un efecto, EN EL DADOR. Aquellos que se preocupan, dan o ayudan de manera no solicitada se sienten más positivos, vivos y tienen una mayor autoestima El donante también se siente más comprometido con el receptor de su donación, esto puede deberse en parte al fenómeno del «fondo perdido», que resulta en «una mayor tendencia». Esencialmente, valoramos más las cosas cuando hemos invertido en ellas o trabajado para obtenerlas.

Los efectos de dar en el receptor, sin embargo, son mucho más mixtos. Por un lado, recibir un regalo puede generar sentimientos de gratitud en las parejas románticas. Por otro lado, recibir un regalo también puede generar sentimientos negativos de obligación y no conducir a la reciprocidad.

Además, en un contexto de citas, los regalos también pueden verse negativamente en términos de poder y control, sentimientos de «ser comprado», explotación, tratar de impresionar, culpa o tener motivos ocultos.
Si es «mejor dar o recibir» depende de a quién estés tratando de influenciar.

Si quieres sentirte bien, conectado con tu pareja y comprometido con ella, entonces, por todos los medios, da. Por otro lado, si quieres hacerla sentirse bien, conectada y comprometida contigo, entonces es mejor tomar.

Esto puede ser contradictorio, pero es razonable. Alguien que te da ha invertido, se ha comprometido y te ha dedicado recursos como receptor de su donación. Ha incurrido en «fondo perdido». Por lo tanto, puede estar más comprometido y apegado cuando da (y tú tomas), en lugar de cuando recibe de ti.

¿CÓMO PONER ESTO EN PRÁCTICA EN TU VIDA AMOROSA?

Di que sí a los regalos y favores: Muchas personas rechazan regalos y favores, mientras que al mismo tiempo se esfuerzan para impresionar a su pareja. Ellos esperan que su altruismo (dar todo, sin recibir) resultará en gratitud, atracción y amor. En cambio, a veces encuentran que sus parejas no invierten ni se comprometen. No seas mártir. Deja que tu cita o pareja te dé, haga cosas por ti, e invierta en la relación también.

Dar y luego recibir: Cuando hagas un favor, no tengas miedo de pedir un favor a cambio. Cuando das, eso genera reciprocidad y gratitud en los demás, pero solo cuando permites que el favor sea devuelto. De lo contrario, puede degenerar en obligación y negatividad. Nadie quiere «deberle» a otra persona. Por lo tanto, cuando haces algo bueno, permite que tu pareja corresponda.

Da cuando recibas: Dar cuando tu cita o pareja se lo gane. Cuando haga algo bueno por ti o te de un regalo, asegúrate de corresponder. Esto muestra tu gratitud y aprecio. También aumenta su satisfacción con la relación y hace que sea más probable que den, compartan y te cuiden en el futuro.

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¿DAS MÁS DE LO QUE RECIBES?

Cada persona tenemos un papel a la hora de dar y de recibir. Conocerlo bien es clave para el éxito y las buenas relaciones

En su libro Dar y recibir, Adam Grant, profesor de la escuela de negocios Wharton School, en Estados Unidos, estudia este aspecto fundamental del intercambio entre seres humanos y revela unos resultados sorprendentes. Él, clasifica a las personas en función de cómo se relacionan con su entorno.

Donantes. Son aquellos que dan, en muchos casos para obtener su cariño y aprecio.

Receptores. Son los que reciben los favores del resto, ya se trate de gestos, dinero, regalo, cariño o de tiempo, y lo hacen en una cantidad notablemente superior a lo que devuelven.

Equilibradores. Buscan una armonía entre lo que aportan y lo que obtienen, y están atentos a las interacciones según este criterio. No es la tipología más común.

Falsos donantes. Bajo una máscara de generosidad, su estrategia es dar uno y quitar diez. Suponen una amenaza mayor que los donantes porque actúan de manera encubierta.

Un primer paso para darse cuenta de cómo son nuestras relaciones con los otros sería identificar nuestro papel entre estos cuatro grupos y, tomar conciencia de qué tipo de personas nos rodean.

SANA TU ADICCIÓN A DAR

El primer paso para sanar la adicción a dar es asumir que se está desempeñando ese papel sin ver compensación alguna. Hay una serie de medidas que se pueden tomar.

Saber qué nos impulsa a dar y ceder. ¿Por qué entregamos lo mejor que tenemos a todo el mundo constantemente? Detectar a los vampiros. Si hay receptores en el entorno que no paran de exigir, hay que saber apartarse de ellos a tiempo y frecuentar otro tipo de compañías.

Esperar la ayuda. Aunque sorprenda, la inmensa mayoría de las donaciones se llevan a cabo a propuesta del donante, que ofrece su dinero, su tiempo o sus contactos para ser útil. Si ayudamos solo a quien lo pide expresamente, habremos eliminado ya hasta un 90% de nuestro dar.

Dar a quien lo merece y necesita. El último paso en este proceso curativo sería elegir bien a quién damos. La primera pregunta que debemos plantearnos es si nuestra relación con el receptor justifica la donación.

De lo que se trata, al final, es de establecer relaciones justas con los demás y con uno mismo, y de que cada persona asuma sus responsabilidades. Llegados a este punto, ya no hablaremos de dar y recibir, sino de compartir la vida con toda su riqueza.

ALGO A TENER EN CUENTA…

No es una licencia para ser egocéntrico o tacaño (eso también arruinará una cita). Más bien, es un recordatorio de mantener un poco de intercambio igualitario y dejar que tu cita invierta en el proceso también.

En última instancia, está bien darle a los demás el regalo de sentirse bien (al dejar que te den). Después de todo, tú también mereces la inversión.

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