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Shock: La forma congelada del miedo

Es ese trauma por algo que vivimos en el pasado, que hoy todavía nos tiene aterrados y que muchas veces no sabemos ni por qué. ¿Saben cómo manejarlo?

septiembre 11, 2017

Aura Medina De Wit
Psicoterapeuta, instructora de meditación y autora de los libros
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La forma congelada del miedo
• Entender acerca del shock, ayuda a darte cuenta de cómo adentro de ti hay una profunda grieta, separación entre esa parte que es altamente funcional, intensa, enfocada, energética y competente y otra parte que está como congelada, paralizada, ida y colapsada.
• Y estas dos partes normalmente no tienen una buena relación entre sí.
La parte energética, movida es sumamente impaciente y enjuiciadora con la parte congelada y aterrada.
• La parte congelada no confía en el impulso de la parte fuerte.
• Antes de saber que llevamos este shock, o miedo congelado en nuestro sistema nervioso, pensamos que hay algo muy defectuoso con nosotros.
• Que somos cobardes.
• Incapaces de asumir el poder en situaciones difíciles o abrumadoras.
• Nos sentimos incapaces de manejar la presión, y de enfrentar con personas que estén enojadas con nosotros.
• El Shock es más común de lo que pensamos, y nos pega de formas tan profundas que afecta nuestra psicología, la forma en que nuestro cuerpo reacciona al exterior, nuestros pensamientos.

SÍNTOMAS DEL SHOCK
• Cuando estamos en shock, no podemos pensar, no podemos sentir, no nos podemos mover y no podemos hablar. Cuando surge, la mayoría quisiera ser capaz de funcionar normalmente, pero el shock es más poderoso que nuestra voluntad de no sufrirlo. Y entre más nos presionamos o juzgamos, más entramos en shock.

¿Ustedes saben cómo llenar vacíos y necesidades? Escuchen

Los síntomas son diferentes para cada quien, pero hay una lista de síntomas comunes:
• confusión
• mente vaga
• inhabilidad para recordar
• pulso rápido
• sudor
• la sensación de ir en círculos
• parálisis
• inhabilidad de hablar
• rigidez en el pecho
• dificultad de respirar
• sudor frío
• palas sudorosas
ataques de pánico, o fobias.

ORIGEN DEL SHOCK
• Para entender el shock hoy, necesitamos ponernos en los zapatos de un niño totalmente inocente, receptivo, abierto, y confiado, tal como éramos cuando llegamos a este mundo y desde esa visión, ver el mundo extraño y poco familiar.
• Es ese estado de apertura pura que nos encontramos con el mundo. Recogemos todas las vibraciones de nuestro entorno.
• Lo que haya estado allí: tensiones de la madre, la ira reprimida o expresada de nuestro padre. O quizá nuestros padres peleando y gritándose uno al otro. Pueden ser cosas más graves, abuso sexual o físico. En este estado tan puro, podemos percibir la más pequeña negatividad en nuestro ambiente.
• Esto puede empezar con el nacimiento, imagina salir de la matriz para entrar a un cuarto con luces brillantes y un doctor dándonos una nalgada. En este estado de inocencia no tenemos la habilidad de comprender o incorporar esta energía tan tosca.
• No es tan importante ni es siempre posible saber porque entramos en shock. Lo que importa es validar la experiencia y reconocer que no está basada en una deficiencia.
• Algo de la energía del presente- ira, presión, rechazos, dispara la reacción interna basada en una experiencia mucho más temprana con un tipo similar de energía.

Salgan de la caja y dejen atrás miedos e inseguridades

DISPARADORES DEL SHOCK
Existen muchos tipos de posibles fuentes de shock y seguro cada uno de nosotros ha experimentado cualquier número de ellos. Hoy, en nuestra vida, cuando somos confrontados con alguno de ellos, con el mismo tipo de energía que produjo nuestro estado original de shock, estamos re experimentando el shock. Estos son algunos los disparadores:
• Violencia abierta o cubierta
• Presión y expectativas
Rechazos, pérdidas profundas o abandono
• Juicios o criticas
• Mensajes dobles
• Conducta irracional, impredecible o histérica

En el día a día, encontramos muchas cosas que nos activan este miedo congelado
• Estamos por tener una junta importante y morimos de miedo de los resultados.
• Haremos una presentación y tenemos miedo de no hacer un buen trabajo.
• Vamos a una fiesta aterrados de dar una buena impresión o no saber qué hacer o como relacionarnos con los demás.
• Vamos a vernos con alguien que nos atrae y tenemos miedo de no gustarle.
• Miedo de no ser un buen amante, no saber que hacer durante relaciones sexuales.
• Cuando vamos a tener un examen importante o competir en algún deporte y nos da miedo perder, fallar.
• Terror de acercarnos a alguien por miedo a ser juzgados, rechazados, abusados o aplastados.
• Cuando estamos en una relación vivimos con miedo de perder a esa persona.
• Miedos de no tener suficiente dinero para vivir cómodamente.
• Puede que tengamos temores acerca de estar enfermos, o constantes preocupaciones nocturnas acerca de aspectos inciertos de nuestras vidas.
• Miedo a de expresar nuestra verdad a otros y mejor escondernos adentro.

LOS EFECTOS DEL SHOCK
El shock o trauma afectan nuestros centros de energía y causar confusión en esa área de nuestra vida. Por ejemplo, podemos tener un Shock Sexual – Afecta profundamente nuestra habilidad de sentir y abrir nuestra sexualidad.
• Los traumas de la infancia, particularmente el abuso sexual, están frecuentemente escondidos en nuestro inconsciente y pueden llenarnos de un miedo tremendo cada vez que somos confrontados con una situación sexual.
• Pueden causar problemas relacionados con el orgasmo, penetración, ansiedad de desempeño, eyaculación precoz e impotencia, etc.
• Miedo de sobre viviencia. Pensamientos obsesivos y constricción en nuestras conductas.
• Trauma de abandono. El miedo al rechazo o al abandono que nace de experiencias muy tempranas de abandono físico o emocional puede dificultarnos el abrirnos emocionalmente, el sentir las emociones o compartirnos con otros.
• Trauma del plexo solar. Este es un shock para nuestra habilidad de sentir y expresar enojo y asertividad. Puede crearse a partir de violencia abierta o cubierta experimentada en nuestros primeros años. Este tipo de trauma hace muy difícil ser asertivos, expresarnos, y establecer límites.
• Shock del corazón. Nos vuelve excesivamente serios y responsables. Es aterrador permitirnos ser juguetones y puede que incluso hayamos olvidado como gozar y jugar.
• Trauma de la garganta. Dificultad en expresar nuestra creatividad y articular. Como si literalmente trajéramos un nudo en la garganta, algo atorado allí. Quizá de niños no fuimos apoyados, fuimos criticados, humillados o rebajados cuando intentamos expresarnos y ahora, cuando nos enfrentamos a la necesidad de expresarnos, entramos en shock.

¿Por qué nos da miedo? No van a dar crédito de las razones

EL REGALO DE COMPASIÓN HACIA NOSOTROS
• No hay forma de convencernos de salirnos del shock una vez que este ha sido detonado, Muchos de nosotros hemos experimentado la frustración de ver nuestro desempeño deteriorarse, ver cómo nos saboteamos y no poder hacer nada al respecto.
• Si intentamos lograr algo y entramos en shock, todo lo que pasa después va de mal a peor. La menor presión de nosotros o del exterior puede llevarnos más profundamente en un profundo shock.
• Lo único que podemos hacer es reconocer que estamos en shock y ser sensibles a lo que pasa en nosotros. Necesitas saber cómo se siente en tu cuerpo y darte cuenta de que ese sentimiento o sensación es shock. Cuando llega, lo único que puedes hacer es detenerte, sentirlo, aceptarlo, observar que lo detonó. Respirar suavemente, darte tiempo, salir a caminar, retirarte de lo que lo haya causado.

Cuando estemos experimentando este miedo, shock , sin importar lo fuerte, intenso que sea, hemos encontrado que lo que más nos ayuda es quedarnos con él de la siguiente manera:
• Reconocer que estás en shock, reconoce tu miedo. A esto lo llamamos “enmarcar”, y nos permite saber que estamos teniendo una experiencia de miedo en este momento.
• Toma varias respiraciones profundas y quizá coloca tu mano en tu pecho, para calmar un poco la sensación molesta.
• Ahora tómate unos momentos para rastrear las sensaciones de miedo o shock en tu cuerpo, y nota como afecta tu respiración, la tensión muscular, boca seca, y la temperatura de tus extremidades. Quizá te encuentres con un poco de adormecimiento, entumecimiento en algún lado, falta de sensación, congelamiento, o te des cuenta como se nubla la mente, como entra una sensación de desconexión con la realidad.
• Podemos notar pensamientos que llegan con el miedo, tales como: “Estoy aterrad@, no la voy a hacer”, “me van a despedir”, “ya no me quiere”. Al irlos notando, puedes decirte a ti mismo: “estos son pensamientos del miedo. Escojo no ponerles atención”.
• Si seguimos sintiéndonos activados, agitados, podemos enfocarnos activamente en nuestra respiración, practicando ejercicios de respiración profunda.
• Necesitamos paciencia, estos procesos toman tiempo.

ENTIENDE TU SHOCK
Para trabajar tu shock, enfócate en dos cosas.
Shock en tu vida hoy
• ¿Cómo afecta tu vida hoy y cuáles son tus síntomas de shock?
• ¿Qué detona tu shock?
• ¿Qué juicios surgen acerca de ti estando en shock?
• ¿Cómo lo compensas?
• Sugerimos como ejercicio, hacer una lista de tus propios síntomas de shock y descubrir cuáles son tus detonadores.

Haz una lista de actividades, personas y cosas que te ayudan a calmarte.

septiembre 11, 2017