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2024-11-17 11:38:34

¿Por qué al cerebro le cuesta cumplir objetivos en tiempos difíciles?

Para todos aquellos que se han sentido más lentos, dispersos, que tienen más errores en la chamba, que se les olvidan las cosas o se les pasan detalles importantes.

enero 4, 2021

Eduardo Calixto, neurofisiólogo, Médico cirujano con Maestría y Doctorado en neurociencias por
la UNAM. Post Doctorado en Fisiología Cerebral en la Universidad de Pittsburgh, PA, EUA.
TW: @ecalixto

¿Por qué nos alejamos de los objetivos?
El miedo y el estrés sostenido disminuyen la atención
La emoción reduce la objetividad
Se contagia con mayor facilidad el desconcierto

Las redes neuronales de los centros de atención (hipocampo e hipotálamo) e interpretación de información (giro del cíngulo y amígdala cerebral) se sobre activan, reduciendo capacidad de filtro, adelantando resultados y proporcionando sesgos negativos a las deducciones.

Un cerebro tranquilo controla la emoción, redacta mejor, no interpreta, realiza mejores preguntas; lejos de un miedo latente, la angustia repetitiva o la ansiedad.
El cerebro en un estado de serenidad proyecta mejor sus resultados o el análisis pronosticado, ya que la actividad de la corteza prefrontal se focaliza en los detalles, tan importantes en la solución de problemas.

¿Qué sucede en nuestro cerebro en tiempos difíciles?
En condiciones de una presión social constante, tensión emocional, tristeza o durante el enojo: los procesos neuronales, que atienden estímulos, disminuyen significativamente, interpretando y pretendiendo ver solo lo que se desea atender.
Son nuestras preocupaciones y las ideas obsesivas, las que nos llevan a un análisis sin soluciones reales o nos regresan al sitio de inicio, pero con el optimismo derrotado y cansados del pensamiento monotemático.

El miedo y el estrés son respuestas del sistema nervioso central ante un problema que no se conoce y demanda solución para adaptarlo.
Los problemas surgen, cuando ambos se prolongan por más de 3 horas.

La fisiología de nuestro cuerpo adapta la liberación de hormonas que sobre activan la función de varios órganos:
La adrenalina agudiza el pensamiento, acelera el corazón, incrementa la frecuencia respiratoria, incrementa la perdida de líquidos y disminuye la motilidad intestinal.
El cortisol favorece el aumento de los niveles de glucosa por activación directa de degradación de proteínas, generando un estado de alerta sostenido, no podemos dormir, la mayoría de los estímulos se convierten en factores amenazantes, interpretamos con sesgos, nos irritamos de más y el descanso disminuye.
Los niveles altos de vasopresina que inician a generarse, nos cambian la manera de interaccionas con los demás.
Los niveles de oxitocina disminuyen, generando sensación de vulnerabilidad, en proporción con una reducción de serotonina nos cambia el estado de ánimo tendiente a la melancolía y gradualmente produce obsesión.

El miedo y un largo confinamiento en casa o en lugar no común para nuestro cerebro cambian gradualmente la percepción e interpretación de las cosas de la vida cotidiana. Lo habitual es que empieza a disminuir el interés, las neuronas se desensibilizan más rápido a la información.

El cerebro siempre desea repetir los motivos de su felicidad, recuerda momentos, no días, por ello quiere ir al teatro, estar en un concierto cantando y brincando, repetir la escena de las risas en un ambiente relajado, de la comida deliciosa o de estar sentado frente al mar.

En especial, cuando se le da la orden contraria a realizar lo que más le gusta, le genera más deseo de tenerlo o repetirlo.
Sentirnos aislados, genera una reacción semejante a cuando no comemos por largos periodos o hemos realizado un ayuno prolongado
El cerebro tiene ayuno social y busca revertirlo inmediatamente, al precio que sea.
Estudios de resonancia magnética indican una gran actividad del sistema límbico, en especial del giro del cíngulo y el área tegmental ventral en personas que tienen aislamiento social prolongado.

Mucho miedo y preocupación, da como resultado que las redes neuronales en situaciones de estrés, los problemas nos abrumen y nos obsesionen.

Procrastinamos con mayor facilidad, incluso las personas emotivas lo hacen con mayor frecuencia, es más fácil perder la disciplina, los objetivos se atenúan en su cumplimiento y los detalles pierden importancia.

Al poner énfasis en esa pérdida de atención o alejarse del perfeccionamiento, se inicia otro problema estresante, lo cual genera molestia y auto denigración o lesión de la autoestima, todo parece empeorar.

Entonces, ¿qué hacer en esta etapa histórica de confinamiento?

Valora lo positivo ¿Tienes salud? ¿tienes nuevas oportunidades? ¿con quién realmente cuentas? Esto ayuda al cerebro a liberar dopamina, que es la base de la motivación.
Otorga la importancia y jerarquía de cada uno de tus problemas. No todas son iguales, tienen la subjetividad y por qué no… la contradicción humana.
Concede orden al cerebro, es fundamental para disminuir los detonantes de la ansiedad y el miedo, este procesa reduce el cortisol significativamente.
Aprender 2 a 3 cosas al mes, esto otorga más conexiones neuronales en el hipocampo y la corteza prefrontal.
Hacer ejercicio motiva a cumplir objetivos, garantiza con ellos más endorfina y dopamina.
Indicar qué es lo real y verdaderamente importante para ti, otorgarte mayor importancia a ti, no a los resultados, más dopamina y oxitocina.
Tienes un cerebro de 4 mil años de evolución, el mejor cerebro con más conexiones neuronales de todas las especies, el que nunca deja de producir nuevas neuronas, el que ha resuelto muchos problemas: recuerda ningún problema puede ser más grande que lo que tu cerebro ha resuelto hasta hoy. Esto es un reto que vamos a superar.
Enséñate con límites sanos, sana disciplina y compromiso. Otórgale a tu corteza prefrontal orden y control para regresar a cumplir objetivos, a disfrutar gradualmente de avances y mejor toma de decisiones.

enero 4, 2021