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El origen de Día de muertos

Nuestra tradición es una mezcla de herencias: tenemos tanto prehispánicas, como Celtas y por supuesto católicas. Pero cuál es cuál y por qué.

octubre 26, 2020

Elisa Queijeiro
Maestra humanista.
TW:@elisaqueijeiro
equltura.com
eventos@elisa.mx

Como sabemos nuestra tradición del día de muertos es una mezcla de herencias: tenemos tanto prehispánicas de más de 1800 años AC, como Celtas y por supuesto católicas del 19, modificadas en el en el 18 y que nos llegaron con la Conquista en 1521. Pero cuál es cuál y por qué

IR A LOS PANTEONES tiene su origen en el siglo XIV después de la Peste Bubónica: por primera vez los muertos se entierran fuera de las iglesias en los “campos santos”; quedaban lejos y la Iglesia decreto el Día de Los Santos Difuntos porque había muerto muchísima gente y para que se peregrinara a los panteones que habían quedado lejos de las ciudades.
La gente llegaba exhausta y hambrienta, por eso después de limpiar la tumba; sacaban la comida y hacían un ·”día de campo” antes de regresar.

LOS CATÓLICOS PONÍAN UN ALTAR entre el día 31 de octubre y el 1o de noviembre porque era el día de Todos Los Santos: se iba a la iglesia a adorar las reliquias la noche del 31 de Octubre y se regresaba a la casa a colocar al Santo de su Devoción en el altar que tenía flores y candelas.
Fue el Papa Gregorio III el que determinó esa fecha desde el siglo XIII

EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO NO EXISTÍAN PANTEONES, los muertos se cremaban en su mayoría y sólo los sacrificados, los guerreros y las mujeres que habían muerto en el parto se enterraban con todos los honores. Por lo tanto No había panteones. Pero sí fiesta de los muertos: era en agosto y duraba 20 días (del 8 al 28); se celebraba primero a los “muertecitos” y después en el día más solemne a los adultos:
Se preparaban tamales
Se mataban aves de corral para compartir en un tipo mole
Se recolectaban flores y se hacían adornos con éstas
Se llevaban ofrendas al sol al medio día
Se hacían figuritas de Huitzilopochtli de masa de amaranto y miel, se le llevaban ofrendas.
Cantos y rezos acompañaban las ceremonias todos los días
Había sacrificios humanos

OTRO ORIGEN VIENE DE LO QUE SE CONCEBÍA SOBRE LA MUERTE: Para mí es la raíz profunda de su origen y el sentido más allá de una fiesta: es la perpetuidad a través de la memoria, es el valor de la vida a través de honrar a la muerte, es volver a comprender que no es un fin, sino un principio: porque esta era la concepción prehispánica, para ellos la vida no comenzaba al nacer, sino al morir, estar vivos era un tránsito y no había un cielo que conquistar con buena obras, la muerte era para todos igual, y los estadíos o mansiones a los que llegaba el espíritu dependían de la causa de su muerte.
El Xochitlapan, donde los árboles goteaban leche para alimentarlos, los nahuas estabas convencidos que ellos volverían a la tierra para repoblarla cuando la raza que lo habitaba no existiera mas.
Tlaloc por su parte, era el dios misericordioso con los ahogados, leprosos o aquellos que habían muerto por el impacto de un rayo o cualquier calamidad relacionada con el agua: el dios les proveía sin más lucha el Tlalocan, la mansión de la Luna, un regalo, un lugar fresco, donde siempre reverdecían las ramas.
La Casa del Sol, era por su parte el lugar al que viajaban los ofrecidos en las piedras de sacrificio, esos que alimentaban a los dioses y por tanto permitían la existencia de todos los demás, esa muerte era el máximo honor, por eso sus cuerpos sí eran enterrados, al igual que el de los guerreros caídos en batalla, y las madres que hubieran muerto en el parto: la mujer era una guerrera más que había dado su vida, por eso merecía la Casa del Sol; estos tres espíritus: sacrificados, guerreros y mujeres muertas durante el parto creían también que eran elevados al firmamento y se convertían en las estrellas.
Pero, para todos los demás estaba disponible el Mictlán donde reinaban Mictlantecutli (Señor de la muerte) y su dualidad Mictecacihuatl (Señora del reposo y el descanso). La muerte natural tenía este destino, pero no sin antes tener que cumplir un largo camino de cuatro años de pruebas y desafíos (atravesar un río caudaloso, pasar entre dos montañas que se juntaban, resistir a vientos helados cortantes como navajas, y defenderse de fieras que los asaltaban para devorar su corazón).
El cuerpo moría, pero el espíritu no, y necesitaba todo tipo de ayudas: vasijas donde llevar agua y sal, ofrendas para los dioses, cacao abundante para lograr su trayecto conectado a su espíritu con fuerza; un perro guía llamado Techichi y ramas de ocote para encender fuego y tener visión. Así, el cuerpo al morir era vestido con hermosos ropajes, adornado también con plumas y papeles, su cara quedaba cubierta por una máscara de piedra ya fuera natural o de turquesa, las manos y los pies se ataban en posición fetal y entonces comenzaban los cantos

AQUÍ MÁS QUE ALTARES SE HACÍAN OFRENDAS. Los altares son para adorar y pedir, las ofrendas son para “dar”, para llevar regalos y honra a los dioses. Los altares se convirtieron en las ofrendas a los muertos.

Los elementos prehispánicos siempre presentes en ceremonias y ofrendas se agregaron con múltiples significados
Las 4 direcciones en la Cruz
Fuego (era el espíritu, se mantuvo en las velas)
Aire (el copal que limpia y el papel picado con sus mensajes)
Agua (en vasijas)
Tierra (en flores y frutos)
Cacao (porque era el alimento que daba fuerza a las almas para llegar al Mictlan) hoy se pone una Tableta de Chocolate y se bebe en caliente, como se bebía con agua para conectar con el corazón en el rezo
Los pisos del altar-ofrenda: eran “el arriba y el abajo”, con la estructura también piramidal, donde lo mas importante estaba cerca del cielo. Ahora son cielo e infierno o cielo, infierno y purgatorio.
Las calaveras de azúcar, fueron la evolución de los tzompantils (hileras de cráneos empalados de los sacrificados y en ofrenda a Huitzilopochtli) y fueron creación del grabador Manuel Manilla
El pan de muerto, fue una propuesta de los frailes para simular el corazón de la doncella que se sacrificaba y se comía envuelto en amaranto; ellos hicieron los primeros panes en forma de corazón con azúcar roja/rosa y trajeron de España los huesitos de dulce

NOS MEZCLAMOS. Nos quedó el color intenso y el fervor profundo, nos burlamos del dolor, nos hacemos versos deseándonos la muerte, nos sabemos -por milagro- vivos, y la imagen de una madre, una abuela, un hijo o un amigo se hace presente en nuestro corazón mientras le servimos un tequila o le cantamos una canción.

Muertos en México es valioso porque honramos, regresamos a todos su lugar, nos reúne en familia y sin frontera con cielo o el inframundo, nos hace al pueblo iguales, y a vivos y muertos… nos recuerda que somos uno.

octubre 26, 2020