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2024-12-18 21:57:52

2021, año nuevo, vida…, ¿nueva?

Cómo planteamos nuestros expectativas para este año, porque si lo hacemos de manera correcta, definitivamente será un buen año, pero, hay que hacerlo con sabiduría,

enero 14, 2021

Dr. Enrique Tamés
Decano de la Escuela de Humanidades y Educación Tecnológico de Monterrey
TW:@enriquetames

Al terminar el terrorífico año 2020 y comenzar el 2021, los memes han inundado las redes sociales vociferando en contra del injusto, inhumano, horrible año que hemos dejado atrás y recibiendo con singular alegría la nuevas oportunidades que se abren en frente de nosotros en lo que todos esperamos sea un periodo magníficamente mejor. A final de cuentas, la vara no está muy alta que digamos.

Ahora bien, un par de lecturas que tuve oportunidad de hacer durante el periodo decembrino, que ahora voy a mencionar y recomendar ampliamente, me hacen ser muy cauto y decir: debemos ser muy cuidadosos en cómo planteamos nuestros expectativas para este año, que si lo hacemos de manera correcta, definitivamente será un buen año, pero, hay que hacerlo con sabiduría, planteando correctamente nuestras expectativas de lo que puede ser un muy buen año, un excelente año, pero en mucho dependerá, como mucho en la vida de dónde nos paremos, desde dónde lo miremos, nos miremos. Y doy el adelanto de cómo plantear este año con una frase: No estamos en el principio del fin, sino en el final del principio.

Van las recomendaciones bibliográficas: Siete y medio lecciones acerca del cerebro, de la psicóloga, neurocientífica canadiense Lisa Feldman Barret. Ella tiene otro libro famoso, Cómo se construyen las emociones (La vida secreta del cerebro) y uno de los TED Talks más vistos en el mundo del 2018, y junto con otros científicos y científicas nos han ayudado a entender no solamente cómo funcionan las emociones en nuestra vida, sino nos han hecho cambiar el siguiente paradigma: los seres humanos no somos seres racionales que sentimos, sino seres sintientes que razonamos. El libro Siete y medio lecciones acerca del cerebro es un libro pequeño, claro, y es un “must”, es el estado del arte de lo que sabemos sobre cómo funcionamos y como funciona nuestro cerebro y nuestro sentir. Además, derrumba muchos mitos que venimos arrastrando como los diferentes tipos de cerebros (reptiliano, sistema límbico), o que hay partes viejas y nuevas del cerebro, o que el cerebro humano tiene zonas y funciones que ningún otro mamífero o ser vivo tiene, y que son simplemente falsos.

El segundo libro que inspira el tema del día de hoy es publicado también en días muy recientes, por el sociólogo americano, profesor de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis. Ha estado en la lista de las 100 personas más influyentes a nivel global de la revista Time, (Conectados, Blueprint: The Evolutionary origins of a good society) y su libro se llama Apollo’s Arrow: The profound and enduring impact of Coronavirus on the way we live. Este libro también es un “must” para entender que la huella de la pandemia va a durar mucho más tiempo que la pandemia en sí, y debemos estar preparados para ello.

Bien, pues si nos escucha gente muy ocupada o que no tiene el hábito de la lectura muy bien asentada, aquí van algunos tips de cómo afrontar este muy retador año 2021, que sí es un año nuevo, que sí vale verlo con cierto optimismo, pero que hay que verlo con la óptica correcta: si alguien piensa que la pandemia y los efectos de la pandemia van a superarse en los siguientes meses, se avecinan tiempos de mucho frustración. En cambio, si somos realistas, o mejor dicho, si somos realistas optimistas, podemos tener un muy buen año, lleno de logros importantes comparativamente hablando con el año pasado.

¿Qué hacer para tener un mejor año? Van algunos consejos:
En tiempos de pandemia, estar informados, es muy importante, pero, estar sobre-informados afecta profundamente nuestros niveles de bienestar. Tenemos que administrar nuestra dosis informativa, no podemos estar pegados todo el tiempo enterándonos a cada instante de lo que sí y de lo que no. Debemos distanciarnos sanamente del acontecimiento cotidiano, sobre todo cuando se viven situaciones retadoras. En nada va a cambiar la realidad si ponemos un “buffer” entre el diario acontecer y mi emocionalidad, y ésta, nuestra emocionalidad, lo va agradecer.

En otros programas hemos hablado de las redes sociales y como pueden afectar nuestros niveles de bienestar y felicidad por lo siguiente: hay estudios que muestran que la gente tiende a publicar imágenes perfectas de ellas y de sus relaciones, y esto afecta al observador, y más si hay problemas de autoestima. Bien, desde la aparición de la pandemia las redes sociales se han convertido en lo contrario, pero con el mismo resultado, es decir, siguen afectando negativamente mi bienestar pero ahora porque la tendencia es a publicar todos las cuestiones negativas que nos acogen.

Va una perogrullada: Para sentirnos bien, hay que enfocarnos en las cosas positivas. Nuestro cerebro es un órgano muy noble y siempre se está adelantando a lo que queremos: si queremos cosa terribles, pase lo que nos pase allá afuera, vamos a vivirlas mal, pero lo mismo es cierto al revés, y les voy a mostrar un ejemplo contundente. Pregunta: Cuando tienen mucha, mucha sed, ¿qué hacen? Pues si son gente sensata, se tomarán un gran vaso de agua, y prácticamente, de manera inmediata, se sentirán aliviados. ¿Cierto? Bueno, pues lo que es un hecho es que tu cuerpo no comienza a hidratarse sino hasta 20 minutos después. ¿Y por qué te sientes mejor desde antes? La respuesta corta es: porque tu cerebro es maravilloso y se anticipa, te hace sentir bien desde antes de que tu cuerpo obtenga los beneficios.

¿Y basta con hacer las cosas una vez para que nos sintamos mejor?
Sí en el corto plazo, no en el largo plazo. Y aquí yace la gran diferencia entre el bienestar a corto plazo (el placer), y el bienestar a largo plazo. Cuando hacemos ejercicio, cuando meditamos, cuando estamos haciendo algún tipo de dieta, aprender alguna técnica (un instrumento musical, a manejar, etc) lo más importante es la rutina, la repetición, la constancia… Y el día más difícil es el primero, porque es el que más atención debes de poner, y repetir significa que el cerebro va aprendiendo y poco a poco poniendo la acción en el modo “automático”, y esto aplica no sólo en el ámbito estrictamente racional, sino también en el emocional: ejercitar las emociones positivas te hace más diestro en estas emocionales (lo mismo es cierto al revés: enojarte todos los días te convierte en un enojón profesional).

El siguiente consejo es muy complicado de cumplir, lo admito, pero tiene resultados formidables. En tiempos complicados como los que vivimos, solemos agruparnos con nuestros semejantes, con nuestros muy semejantes, dicho de otra manera, con los que piensan y sienten igual que nosotros. La invitación es que rompamos esta inercia y nos abramos a los otros, a los que piensan y sienten diferente a nosotros y construir diálogo y escucha. ¿Por qué? A la larga, juntarnos con los que son igual a nosotros nos cierra, nos estrecha, nos limita a nuevas formas de ver y entender el mundo. Dice Lisa Feldman Barret que no hay que enfocarnos en la afirmación, sino en la comunicación.

Por último, en tiempos retadores es fácil olvidarse de la importancia no sólo del tiempo de calidad con los demás, familiares, amigos (aunque sea en la distancia o en la virtualidad) sino del tiempo de calidad con uno mismo, que es igual o inclusive más importante. Usualmente estos tiempos de calidad con uno mismo se suelen expresar a través de hobbies o pasatiempos. Que no se nos olvide que este hobbie debe formar parte de nuestra rutina, del día a día, o del semana a semana, que es fuente inmenso de bienestar, para estar bien con uno y también con los demás.

Recordemos, no estamos al principio del final, estamos al final del principio: necesitamos las pilas bien cargadas para los tiempos por venir, y si nos creamos el entorno adecuado, podemos resolver muchos de los retos frente a nosotros, incluyendo el fascinante 2021 que tenemos en frente.

enero 14, 2021