Eugenia Debayle
Fundadora de The Beauty Effect
TW:@eugeniadebayle
Para que la piel no se reseque, cuartee y agriete, tienes que actuar a dos niveles. Profundo: con humectantes e hidratantes. Superficial: con tratamientos que refuercen la barrera de protección natural. Pero también debes evitar la violencia innecesaria, no te bañes con agua hirviendo, que se lleva los aceites naturales, y evita usar arcillas o alcoholes que reducen la grasa, pues ahora sí la necesitas.
Es muy sencillo, así como cambias de guardarropa durante el invierno, la rutina de cuidados de la piel también debe modificarse. En lugar de espumas limpiadoras, usa leches dermolimpiadoras; cambia las mascarillas de arcilla por tratamientos emolientes o reparadores, las tintas de maquillaje por las BB Creams; el rubor en polvo por uno en crema y los glosses por bálsamos humectantes.
La rutina de invierno debe incluir:
Exfoliación: Muy suave y en crema, para evitar que la células muertas acumuladas opaquen la piel. Si es posible, opta por exfoliantes químicos que no raspen la primera capa de tu piel.
Hidratación: Toma dos litros de agua diario para ayudar a la piel desde adentro. Sé que en temporada de frío se nos antoja menos tomar agua, pero es muy esencial para cuidar nuestra piel, así que puedes tomarla tibia o hacerte té verde para aprovechar los antioxidantes.
Humectación: La crema humectante refuerza la barrera de protección natural.
Protección solar: Porque durante el invierno ¡el sol también quema!
En tema de ingredientes, estos son los que debes de buscar:
Ácido hialurónico: Es uno de los principales responsables de que la piel esté hidratada, firme y rellena. Aunque naturalmente está presente en la piel, con el tiempo el cuerpo lo produce en menor cantidad. Cada molécula logra concentrar hasta mil veces su peso en agua, por eso es un hidratante de primera.
Ceramidas: Se quedan en la superficie de la piel y la beneficia profundamente. Si imaginas a las células como ladrillos, este es el cemento que las alinea y mantiene juntas. Al mantener firme la barrera de protección natural, la hidratación no se evapora y los agresores externos no penetran.
Escualeno: Crea una barrera natural que evita que pierdas humedad, ayudándote a mantener la piel elástica y tonificada. Y no solo eso, también es un buen emoliente con propiedades antioxidantes. Es un aceite que se saca de las aceitunas, el arroz, el amaranto y el germen de trigo.
Extractos naturales : Además de que no hay nada como lo natural para nuestra piel, los extractos naturales y sobre todo los que son obtenidos de las plantas penetran en nuestra piel más fácilmente y brindan sus beneficios hidratantes, curativos y antienvejecimiento.
Vitamina C: Este potente antioxidante funciona todo el año, pero el uso de esta vitamina en invierno puede mejorar el tono y la textura de la piel. Por ejemplo, ayuda reducir la apariencia de líneas finas, reafirmar y estiramiento de la piel y tono.
Cera de abeja: Es la alternativa natural al petrolato y sus aceites minerales derivados. Las propiedades por las que la amamos son: es antibacterial y antiinflamatoria, humecta sin tapar los poros, y crea una capa que evita que te deshidrates. Ojo, los beneficios de la miel, la jalea real y el propóleo son tema aparte (y muy valiosos, por ciento).