Gaby Pérez Islas
Tanatologa, Logoterapeuta y conferencista. Autora de 4 libros: “Cómo curar un corazón roto”, “Elige no tener miedo”, “Viajar por la vida” y “La niña a la que se le vino el mundo encima”.
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Vivir una relación de pareja debe generar una gama de emociones muy gratificantes. Sentir que amas a otra persona y ésta a su vez te ama te hace sentir feliz y con vitalidad. Encontrar un compañero o compañera con la cual poder hablar, reírte, hacer el amor, comprenderte y apoyarte mutuamente es una experiencia que debe hacerte sentir reforzado.
Hay parejas que no son tan parejas, que su vida juntos o su relación se ha vuelto una garrapata energética para sus vidas. Así como el tema de la canción de Pepe Aguilar no pueden estar ni contigo ni sin ti.
El problema aparece cuando a pesar de estar viviendo una relación llena de ansiedad (miedo al futuro) y con todo el malestar emocional que conlleva, la persona no se siente capaz de dar por finalizada la relación. La propia persona se culpa por no salir de ese embrollo y eso le aumenta la ansiedad. Círculo totalmente vicioso. Obviamente esto va desembocar en consecuencias dañinas para la salud.
Cómo son estas parejas que se han complicado tanto la vida y que convierten su relación en una adicción tan dañina como podría serlo cualquier otra sustancia.
Viven en la melancolía al saber que no se pertenecen el uno al otro
Tienen el corazón equivocado. Porque han puesto sus ojos en quien ya tiene un compromiso o no quiere comprometerse
Quieren demasiado- y demasiado siempre es un adverbio que implica desequilibrio y error. Ej . Comí demasiado= me atasqué
Sin que seas para mí, han objetivizado a la persona y quieren poseerla al igual que tiene un carro, un reloj o una casa.
Tontamente enamorados o locamente enamorados, ¿quién dijo que la razón no puede jugar un gran papel en el amor?
En lugar de un apoyo la pareja se vuelve una vivencia negativa que aporta niveles elevados de malestar.
¿Por qué no saldrían de una relación que les genera tanto mal?
miedo a la soledad
baja autoestima
miedo a no encontrar pareja
no querer renunciar al plan establecido o a la “foto” que se crearon
Incertidumbre a lo desconocido. Tantos miedos se trabajan, no se coleccionan.
Deshacernos de refranes absurdos, ¡que es eso de más vale malo por conocido que bueno por conocer!
Plantéate ¿Por qué sigo aquí?
Porque si no te sientes valorado, no eres respetado, hay discusiones constantes, la relación no te satisface…
La respuesta viene de la mano de algún miedo y el miedo no es una razón legítima para no ser feliz.
Pregúntate quién eres tú, que tipo de pareja quieres tener, cómo quieres sentirte ese es el primer paso para no caer en relaciones dañinas.
Ejercicio: Haz una lista de las relaciones que has tenido, cuanto duraron y porque terminaron. Encuentras un patrón? Un denominador común? Especialmente enfócate en cómo te hacía sentir; inferior, culpable, había que darle la razón, etc. Si encuentras ese patrón serás capaz de detectarlo y evitarlo protegiéndote de futuras relaciones que yo llamo en Piloto automático. Tú no decidiste ni la velocidad ni los tiempos, alguien piloteaba tu vida por ti en ese momento.
Si no te sientes con las herramientas suficientes para hacerle frente a esto inicia un proceso terapéutico, es una luz de fuera que alumbra una situación muy oscura dentro de ti.
Pautas para salir de una relación dañina:
Amplía tus actividades de ocio, haz cosas que te gusten, pasa tiempo con amigos, no le dediques tanto tiempo a pensar o idealizar el pasado. La compañía de otras personas es senadora, no te aísles.
Crisis es oportunidad de vivir cosas nuevas
Cuídate y valórate
Decide que nunca más serás el rehén del deseo del otro