Helios Herrera
Director general de HH Consultores: desarrollo humano
TW: @Helios_Herrera
¿Qué determina si un equipo es ganador o exitoso?
La respuesta sería muy fácil: el número de veces que gana, o en otras palabras, la capacidad que posee para lograr sus metas y objetivos, de cumplir la función para la que fue creado y de ser rentable –es decir, si sus ingresos son mayores a sus egresos–.
Un equipo ganador es aquel cuyos integrantes saben que son parte de un todo, y se reconocen como ganadores en todos los aspectos de su vida, no sólo en lo profesional.
Como LÍDER, entonces, una de nuestras principales preocupaciones es convertir a nuestros colaboradores en equipos ganadores, y asegurar su éxito en todas las batallas que nos toque librar.
Sin embargo, en ocasiones, algo ocurre y no logramos aterrizar todos estos ideales. Entonces, empezamos a pensar que los equipos ganadores sólo existen en las compañías más grandes del mundo.
Si como líder te sientes identificado con este escenario, ¡tranquilo! Es más común de lo que creemos:
De acuerdo con el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial, el 75% de las PYMEs mexicanas fracasan durante los primeros 2 años existencia.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que 2 de cada 2 empresas mexicanas quiebra o “muere” antes o al cumplir su primer lustro de vida.
Y eso no es todo, al transcurrir 10, 15, 20 o 25 años, la tasa de mortalidad empresarial se dispara hasta 76%, 82%, 86% y 89%, respectivamente.
Y entonces, ¿cuántos equipos sobreviven? ¿Cuántos equipos triunfadores quedan?
Sólo 11% de las compañías logra trascender a la próxima generación y obtiene éxito y reconocimiento.
Esto significa que la mayoría de los equipos fracasan. Y si hiciéramos una encuesta de cuantos líderes de quipo no están conformes con sus resultados, seguro la cifra alarmaría más.
La buena noticia es que hay equipos exitosos, y les vamos a dar las claves para crear uno.
Las 7 claves de crear un equipo ganador
Juntos en equipo. Estar unidos es el primer reto. Como decía Henry Ford: «Reunirse, es un comienzo. Mantenerse juntos, un progreso. Trabajar juntos, es el éxito».
No basta con estar juntos y ser un grupo de trabajo, lo ideal es crear un equipo, lo que significa que todas las personas deben dar lo máximo para brillar en conjunto, por encima de los objetivos personales de los miembros. Para conseguirlo requieres:
Construir confianza. Los miembros del equipo necesitan llegar a un punto de completa honestidad. Necesitan sentir que estarán unidos en las buenas y en las malas.
Conflictos controlados. Que existan conflictos no es malo. Evitar el conflicto puede traer una falsa armonía que trae resentimientos. Se debe construir un ambiente de apertura para recibir las diferentes opiniones.
Compromiso: El equipo necesita asegurarse de que todos los miembros se comprometan, empezando con él mismo. El compromiso debe ser con las metas del equipo más que con las decisiones de una sola figura de autoridad.
Visión y mentalidad ganadora. Crea una visión y una cultura compartida, que los prepare para ganar. Dicha visión debe ser clara y relevante. Para crearla, puedes contestar las siguientes preguntas:
¿Por qué existimos? (Propósito)
¿Cómo nos comportamos? (Valores)
¿Qué hacemos? (Misión)
¿Cómo tendremos éxito? (Estrategia)
¿Qué es lo más importante en este momento? (Prioridades)
¿Quién hace qué? (Plan de trabajo)
Nada de eso funciona si no hay comunicación, es necesario que comuniques constantemente la importancia de generar avances, no sólo en cuanto a objetivos sino en materia de arrollo personal. Si fomentas el hambre por crecer, estar creando y ser productivos; eventualmente cada miembro de tu equipo lo hará por sí solo.
Define prioridades y enfoca. Ya que tienes objetivos y visión, ahora debes aterrizar todas estas ideas a acciones concretas y definir responsabilidades para cada integrante del equipo. Asegúrate de que cada uno sepa sus prioridades, pero sobre todo, que tengan claro el impacto directo a gran escala.
Desarrollo y actitud como prioridad. Busca que la actitud de liderazgo se desarrolle en todos los integrantes, que cada uno se haga cargo de sus responsabilidades y sea capaz de tomar la decisiones correspondientes para lograr su objetivo.
Cuida la energía y estado mental del equipo. Crear el ambiente propicio para la productividad implica alimentar un estado mental positivo. Sean capaces de reconocer sus éxitos y celebrar sus victorias, no crees un ambiente de competitividad innecesaria.
Haz que todos ganen. Crea mecanismos para que cuando el equipo gane, ganen los integrantes también. Si bien el mayor premio debe ser el haber contribuido a este logro, es necesario que existan compensaciones equiparables con el logro y el esfuerzo, para que se motiven a ir por más.
Mentalidad ganadora. La mentalidad ganadora viene de la mano de asumir una realidad: GANAR ES LA ÚNICA OPCIÓN. Al Reconocer esto como una realidad innegable para todos, no hay más que dedicar toda la energía y recursos para lograrlo.
