Juan Pablo Arredondo
Terapeuta Familiar, conferencista, psicólogo con más de 31 años de experiencia. Especialista en niños, adolescentes, adultos, parejas y familias.
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Tiempo de calidad: Sabido de siempre. Tiempo de calidad es destinar a los hijos y tiempo de ellos y para ellos.
Jugar con ellos: Qué es lo que un niño más desea: que juegues con él.
Aceptación y Valoración: La confianza básica es el elemento principal para sostener adecuada o inadecuadamente la estructura de personalidad.
Atención Enfocada: Es lograr que ante los ojos de tu hijo pueda llegar a sentirse la persona más importante en tu vida.
Quererte y valorarte: la autoestima se enseña y se aprende. Has cosas por ti y para ti.
Armonía familiar: poca importancia le damos y puede hacer la diferencia en un hijo.
Aprecio por lo afectivo: Hay que enseñarles a minimizar la importancia en lo material y engrandecer los vínculos afectivos, familiares y amistosos.
Límites y estructura: Los niños necesitan estructura. Sí tiene que ver con rutinas, cotidianeidad, hábitos, pero también un tiempo para cada cosa, orden, limpieza, horarios.
Enseñar a tus hijos a responder, no a reaccionar: A lo largo de toda la vida, tu hijo y quienes lo rodean agradecerán el regalo de hacerle enseñado esta forma de proceder. Revisa tus propias reacciones.
Habilidades sociales: muy ocupados estamos en darles cosas materiales y educación, pero pocas habilidades sociales. También con nuestra propia socialización.
Aprecio por la salud y por el cuidado personal: Los hábitos alimenticios, deportivos y físicos serán un gran regalo que perdurará por toda la vida.
Regala felicidad y estrategias para obtenerla: Ser agradecido, voltear a ver lo que se tiene y valorarlo, así como aprender a satisfacerte y gratificarte con lo que se tiene, será algo que tus hijos pueden nunca olvidar.
Autocontrol: el autocontrol será unas de las herramientas más usadas a lo largo de su vida y que evidentemente no solo le ayudará, sino que adicionalmente te agradecerá.
Enseñar salud mental: tener estabilidad emocional y formas sanas de funcionar es un gran regalo para los hijos para toda la vida.
Anteponer a los hijos por encima de los padres: No hay recuerdo mejor, situación mas favorecedora y recuerdos más gratos, que aquellos en donde una persona puede identificar que sus padres no discutían, no peleaban, no alegaban frente a ellos. Y si lo hacían, era con mesura, respeto y cordialidad.