Dra Lucy Romero
Terapeuta familiar y de pareja. Psicóloga Clínica con 30 años de experiencia
en tratamiento individual y de pareja.
TW: @Lucysomosdiosas
Terminar una relación (ya sea que te truenen lo los truenes) nunca es algo fácil de hacer, y entre más larga la relación es mucho más difícil tomar la decisión de terminarla o conseguir “pasar la página”.
Como en una construcción, la profundidad de los cimientos debe ser acorde al alto del edificio, así que, si tienes muchísimos años con una persona, pensabas envejecer a su lado, o bien es esa relación que comenzó en la secundaria y termina pasados los veinte, es muy probable que el shock sea súper intenso tras la ruptura y que durante unos días o semanas sientas que te arrancaron la mitad de un brazo o te robaron tu mapa de vida.
Cuando estás en el ácido de la ruptura los consejos muchas veces te saben vacíos, sientes que nadie quiere escuchar y que pocas personas realmente entienden la magnitud de tus sentimientos. Cuando tu relación ha sido intensa (larga o corta) las emociones se aceleran, y esa misma emoción del enamoramiento se convierte en un frenesí ansioso o doloroso tras la ruptura.
Sin embargo, no todo está perdido, ya sea que tengas la fortuna de contar con una red de apoyo o no, que la ruptura sea temporal o definitiva, que hayas decidido tronar o te hayan tronado; siempre hay cosas por aprender con las rupturas que, con toda seguridad, te servirán para estar en paz contigo mism@, aprender varias cosas sobre la relación que se terminó, y sobre todo aprender sobre lo que quieres en tus nuevas experiencias.
Los mandamientos de las rupturas
Cuando acabamos de terminar, pero el truene es oficial, es difícil no decirnos que perdimos el tiempo o pensar en cómo nos habría gustado hacerlo todo distinto. Pero, en lugar de pensar en el “hubiera” (no existe) intenta pensar en las lecciones que tu relación y expareja te han enseñado.
Toda relación (buena o mala), siempre dejará lecciones, simplemente tenemos que mirarlo desde una perspectiva abierta y objetiva. Y aunque cada relación es un mundo distinto, y por ende las lecciones pueden ser muy particulares, lo cierto es que la actitud de aprendizaje es lo que no sólo nos ayuda a salir del bache no Netflix y helado más pronto, sino la postura que te ayuda a construir mejores relaciones a futuro con los demás y también contigo mismo.
Así que, más allá de que tu relación te haya dejado enseñanzas súper individuales y características de ustedes, aquí hay un mapa con 21 enseñanzas que muchas personas hemos conseguido tras experimentar el truene, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Se llama “corazón roto” por una razón. Esto lo descubrimos cuando es la primera vez que rompemos una relación importante, y si, se siente como si algo dentro de ti se hubiese roto, descubres que no es una exageración de las series, sino una sensación dolorosa, pero ¡no te preocupes! Superar ese dolor también te enseñará lo fuerte que puedes ser.
Si la relación era taaan buena, ¿por qué terminó?
Ya sabes lo que es estar enamorado. Y se siente increíble, no importa si el dolor cuando rompes es demoledor, pero vivir la experiencia de un amor profundo revoluciona todos nuestros sentidos, el aprendizaje, esa experiencia de absoluto amor es algo que no todas las personas encuentran con facilidad.
Nunca volverás a pensar que “todos son iguales”. Cada persona es un mundo y cada relación que construyamos será distinta, cuando rompemos el dolor también es distinto. Tu quiebre es una oportunidad para descubrir todas esas nuevas historias y posibilidades.
Se trata de nosotros, no de ellos. Cuando truenas empiezan a aflorar las inseguridades, esas que tienes guardadas en lo más profundo y nunca quieres aceptar. Una vez que decidas confrontarlas te darás cuenta de que a partir de ahora se trata de ti, de tu crecimiento personal, de ser más fuerte y… de no repetir los mismos errores.
El corazón duele, pero el alma crece. Romper puede ser devastador, al principio el dolor parece insuperable, pero conforme puedas manejarlo aprenderás como lidiar con la melancolía y los dolores de la vida con mayor entereza, te da una fuerza enorme para enfrentar los golpes de la vida.
Razones, son todo razones. Seguramente no terminaste sólo por ser miércoles, a veces queremos pensar en la superficie cuando hay que ir al trasfondo de las cosas, no temas mirar a tu pasado e ir conectando los puntos, sin importar de quien fue la decisión (o incluso su fue mutua) los puntos están ahí para entender qué decisiones, actos o cambios llevaron al quiebre.
Rupturas: ¿Por qué a unos les cuesta más que a otros?
No puedes lidiar con todo. Puedes lidiar con cierto nivel de intensidad, puedes lidiar con cierto nivel de cercanía, has aprendido cuáles características te son insostenibles, pero lo más importante: has aprendido cómo quieres que te traten. A veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos imponemos límites que están fuera de lo que realmente nos afecta o importa, pero después del quiebre puedes hacer esa lectura e interpretación para saber de primera mano lo que no fluirá dentro de tus relaciones.
No existen las relaciones o personas perfectas. No sólo él o ella eran equivocados, tú tampoco eras la pareja correcta para esa persona. Quizá cueste reconocerlo, pero tras aceptarlo podrás ver con mucha claridad qué necesitas trabajar para ser una mejor pareja, individuo, amigo y ser humano.
No puedes cambiar a tu pareja. Aprendes que nadie puede cambiar a otras personas, todo cambio debe darse a partir de un deseo personal del individuo por mejorar o modificar defectos de carácter o personalidad. Construir tus futuras relaciones con este conocimiento te permite ver a las personas con mayor justicia y claridad, lo cual ayuda a construir relaciones reales.
Culpar no sirve de nada. Echar culpas es tentador, pero tras el quiebre descubres que no sirvió de nada, no importa quién tuvo la culpa de que les cortaran el agua, tampoco importa quien causó que llegaran tarde a esa boda, tampoco importa quién tomó la decisión de romper su relación. Tomar nuestra responsabilidad de cada evento durante la relación e incluso de los componentes que nos llevaron a terminarla puede ser aterrador, pero también te empodera, no sólo podrás ver tu relación con mayor madurez y realismo, sino que podrás conocerte y entenderte un poco mejor.
Nadie aprende estas cosas de un día para otro, tampoco las aprenderás si no has tenido una relación importante que se termine.
Cuando terminamos una relación siempre nos queda una sensación de fracaso, como si seguir juntos fuera sinónimo de éxito. Esta idea distendida estorba y afecta la forma en que construimos pareja.
Las relaciones no deberían ser una competencia, ni entre los integrantes de la pareja ni con otras parejas, el reto no es cumplir un número de años, sino conseguir que su relación sea estable, saludable, satisfactoria y feliz durante el tiempo que estén juntos.
Si alguno tuvo el valor de romper la relación es importante no olvidar lo que ahora saben de ustedes mismos.
Tienes mucho más claro lo que estás dispuesta a tolerar y que no. Lograste empujar algunos límites y fortalecer otros
Incluiste nuevos gustos y variedades a tu vida. Experimentaste cosas que no hubieras probado de otra manera, desde comida hasta emociones, y eso siempre enriquece la vida.
Ya tienes una mejor idea de las características que buscas en una pareja. Sabes cómo y con quién te gusta compartir tu vida.
Te diste cuenta de que eras capaz de sentir, llorar y enojarte otra vez. Pero también perdonar, ofrecer disculpas y reconocer tus fallas.