¿Aman a su pareja, pero no les cae del todo bien? Viene Mario Guerra, a explicarnos por qué podemos querer a nuestra pareja, pero también odiarla al mismo tiempo, es decir esas relaciones amor-odio
Fue Napoleón Bonaparte el que dijo, luego de la muerte de su esposa Josefina: “La quise de verdad, aunque no la estimaba”. Esta corta frase encierra una realidad que algunas personas viven en su relación de amor-odio.
Tener sentimientos mixtos o ambivalentes que no los dejan quedarse a gusto, pero tampoco irse de la relación. Esto puede ser muy confuso y a veces dañino. Vamos a ver por qué sucede y qué podemos hacer.
¿Cómo es una relación amor-odio?
De lo que podríamos llamar relaciones de amor-odio (que a veces no llega tanto como al odio, pero sí cierto desagrado), que son aquellas en las que conviven el cariño profundo y la antipatía, a veces en un mismo momento. Es como una lucha entre dos fuerzas opuestas dentro de nuestro corazón.
¿Por qué pasa esto?
Por contradictorio y extraño que pueda sonar para quien nunca lo ha vivido, las emociones son complejas y no siempre se comportan de manera lógica. Es posible sentir amor y odio hacia la misma persona porque estas dos emociones no son mutuamente excluyentes. De hecho, a veces una emoción puede alimentar a la otra. Por ejemplo, si te sientes decepcionado por la persona, esto puede generar resentimiento, que a su vez puede alimentar el odio.
Pero también es posible amar a alguien sin que te caiga bien. Esto puede sonar confuso, pero es importante recordar que el amor y el agrado no son lo mismo.
- El amor es una emoción profunda que se basa en la conexión, la intimidad y el compromiso. Se caracteriza por sentimientos de afecto, cuidado y respeto.
- El agrado, por otro lado, se basa en la compatibilidad y la afinidad. Se caracteriza por sentimientos de simpatía, cordialidad y disfrute de la compañía de la otra persona.
Es posible amar a alguien sin que te caiga bien si:
- Hay diferencias irreconciliables en valores o creencias.
- La persona tiene hábitos o comportamientos que te molestan.
- Hay una historia de conflicto o resentimiento en la relación.
En estos casos, el amor puede coexistir con el desagrado porque:
- El amor se basa en una conexión profunda que va más allá de las preferencias superficiales.
- El compromiso y la lealtad pueden superar las diferencias y los conflictos.
- El deseo de amar y cuidar a la persona puede ser más fuerte que el desagrado.
¿Cómo se ve esto en la vida real?
Hay muchos ejemplos en los que podemos pensar, pero veamos estos:
- Uno ama profundamente, pero la forma de hablar del otro le irrita.
- Cuando uno habla en voz alta o con un tono arrogante, el otro siente ganas de gritarle.
- Él la adora, pero sus hábitos desordenados lo vuelven loco.
- La ropa tirada por el suelo y la vajilla sucia en el fregadero son una fuente constante de conflicto.
- Ella admira su inteligencia, pero sus opiniones políticas la molestan.
- Las discusiones sobre política se tornan acaloradas y terminan en resentimiento.
- Él aprecia su creatividad, pero su falta de puntualidad lo exaspera.
- Esperarla para salir juntos genera tensión y frustración.
- Ella siente una conexión profunda con él, pero su pasado lo hace inseguro.
- Sus celos y su necesidad de control la agobian.
- Él la ama incondicionalmente, pero su familia es demasiado entrometida y no hay límites.
- Las constantes visitas, chismes y juicios de sus suegros generan fricción.
¿Cómo afecta esto a la relación?
Imagina que tu corazón se acelera al ver a tu pareja, pero su forma de hablar te crispa los nervios. Sientes una conexión profunda, pero compartir una cena puede ser una batalla campal. ¡Sí, así de complejo es amar a alguien sin que te caiga bien. Las consecuencias no son nada dulces:
- Discusiones constantes: Sus diferencias de opinión son como el fuego y la pólvora. Cualquier tema puede convertirse en una guerra de palabras.
- Resentimiento bajo la superficie: Te tragas tus opiniones para evitar conflictos, pero por dentro la amargura te corroe.
- Distancia emocional: Te inventas excusas para no pasar tiempo juntos. La idea de compartir momentos se vuelve menos atractiva.
- Sentimientos de culpa y vergüenza: Puedes sentirte culpable por odiar a alguien que amas, o avergonzado por la intensidad de tus emociones.
- Ciclo de ruptura y reconciliación: La relación se caracteriza por momentos de pasión y amor seguidos de peleas y distanciamiento.
Ahora que si de verdad lo que hay es amor – odio
Eso es todavía más confuso y puede ocurrir por:
- Decepciones: La persona puede haberte decepcionado al no cumplir con tus expectativas o al romper tu confianza.
- Heridas emocionales: La persona puede haberte herido emocionalmente, ya sea intencionalmente o no.
- Conflictos no resueltos: Puede haber conflictos sin resolver en la relación que generan resentimiento y odio.
Una relación de sentimientos encontrados, ¿se resuelve o se sobrelleva?
La respuesta no es simple. Si bien es posible mejorar una relación donde existe amor y desagrado, no hay una garantía de éxito. El camino dependerá de la gravedad de la situación, la disposición de ambos a trabajar en la relación y la capacidad de manejar los sentimientos encontrados. De entrada lo que podrías hacer es:
- Tener una comunicación honesta y abierta: Hablar con la persona sobre tus sentimientos y necesidades de forma respetuosa y sincera es fundamental.
- Establecer límites claros: Define qué comportamientos son tolerables y cuáles no para proteger tu bienestar emocional y físico.
- Enfocarte en los aspectos positivos: Recuerda las cualidades que te enamoraron de la persona y las cosas que te hacen feliz a su lado.
- Buscar ayuda profesional: Un terapeuta puede brindar herramientas para mejorar la comunicación, comprender las emociones y desarrollar estrategias para manejar los conflictos.
Ahora bien, si ambos están dispuestos a trabajar en la relación, lo que toca es:
- Aprender a aceptar las diferencias: No intentes cambiar a la persona. Acepta que no es perfecta y que tiene defectos como todos.
- Desarrollar cierta tolerancia: Aprende a ser más tolerante con las cosas que te molestan de la persona que no sean ofensivas realmente.
- Fortalecer la comunicación: Practica la comunicación asertiva para expresar tus necesidades y sentimientos de forma clara y directa.
- Manejar los conflictos de forma saludable: Aprende a discutir de forma constructiva y a encontrar soluciones que beneficien a ambos.
Las relaciones de amor-odio son un desafío, pero con esfuerzo, comprensión y ayuda profesional, es posible construir una conexión sana y satisfactoria. Sin embargo, la decisión final sobre si la relación es viable o no recae en cada persona, que debe priorizar su bienestar emocional y mental.
Especialista: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.
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