¿Cómo saber si su pareja los agarra de tapete en la relación? ¿Cuándo están dando de mas? ¿Qué hacer si se dan cuenta? Mario Guerra les explica qué onda con todo esto.
¿Te encuentras cediendo constantemente a los deseos de tu pareja, incluso si no estás de acuerdo?, ¿Sientes que tu voz e intereses no son tomados en cuenta en tu relación?, ¿Te preocupa que, al establecer límites, puedas perder el amor de tu pareja?
Ya la semana pasada hablamos de la conveniencia de ser adaptable para estar en pareja, pero también dijimos que en ocasiones hay personas que parecen ser demasiado adaptables, incluso hasta el punto de someterse para mantener la relación, veamos cómo se llega a ser un “tapete” en una relación y cómo salir de ahí.
¿Qué es eso de ser tapete en la relación?
Ser «tapete» en una relación se refiere a una dinámica donde una persona se vuelve excesivamente complaciente o adaptable, hasta el punto de perder su identidad y autonomía. Aquí, «tapete» es una metáfora para describir a alguien que se deja pisotear o no se respeta a sí mismo dentro de la relación.
¿Quién es el tapete y quién lo pisa?
Quien juega el papel de “tapete” puede ceder constantemente a los deseos o necesidades de su pareja, incluso si estos van en contra de sus propios intereses o bienestar. Puede tener miedo de expresar sus sentimientos, necesidades o desacuerdos por temor a conflictos o rechazo. A menudo, la persona que juega el papel de «tapete» puede sentir que está perdiendo su sentido de identidad y autoestima, ya que prioriza constantemente a su pareja sobre sí misma.
¿Por qué alguien llegaría a tal extremo?
Es probable que alguien en esa circunstancia te diga que lo hace por amor y que tampoco es para tanto, porque para una persona así ser excesivamente adaptable puede parecer una forma razonable de mantener la armonía y evitar conflictos.
La realidad es que esto tiene altos costos porque ser así puede llevar a la pérdida de la propia identidad, el menosprecio de las necesidades personales y el establecimiento de dinámicas poco saludables en la pareja. Entre las causas principales encontramos:
- Baja autoestima: La falta de confianza en sí mismo puede llevar a buscar validación y amor a través del sacrificio y la complacencia. Por ejemplo, una persona con baja autoestima puede sentir que no es digna de amor o respeto, por lo que es incapaz de poner límites y suele someterse a la voluntad de su pareja.
- Miedo al abandono: Temer perder a la pareja puede llevar a la sumisión y al abandono de los propios deseos y necesidades. Por ejemplo, alguien que teme ser abandonado puede preocuparse tanto de que su pareja lo deje si no cumple con sus expectativas, que siempre cede y acepta lo que su pareja quiere, incluso cuando no está de acuerdo.
- Antecedentes familiares: Las experiencias pasadas y la educación pueden influir en cómo nos comportamos en las relaciones. Si alguien creció en un hogar donde uno de los padres siempre se sometía al otro, puede aprender ese comportamiento y repetirlo en sus propias relaciones.
¿Cómo identificar si ya estás siendo el tapete en la relación?
Priorizas siempre las necesidades de tu pareja sobre las tuyas: Si constantemente pones las necesidades y deseos de tu pareja por encima de los tuyos, sacrificando tu bienestar y felicidad, es posible que estés cayendo en el exceso de adaptabilidad. Por ejemplo, cancelar siempre tus planes para acomodarte a los de tu pareja.
Temor a expresar tus opiniones y deseos: Si sientes miedo o inseguridad al compartir tus pensamientos y deseos con tu pareja, es probable que estés cediendo en exceso. Un ejemplo de esto sería no hablar sobre tus preferencias en cuanto a actividades o planes futuros por temor a ser rechazado.
Sentimiento de culpa al establecer límites: Si experimentas culpa al tratar de establecer límites en la relación, es una señal de que podrías estar siendo excesivamente adaptable. Si te sientes mal por decir «no» a tu pareja cuando te pide algo que no te parece justo o que va en contra de tus principios, es posible que ese sea un indicador de peligro.
Te sientes atrapado en la relación: Si tienes la sensación de que no puedes ser tú mismo, expresar tus opiniones o hacer lo que realmente deseas en la relación y además sientes que no puedes salir de esta dinámica aún sabiendo que te perjudica, es posible que estés cediendo demasiado. Te das cuenta de esto cuando no te atreves a irte, pero tampoco eres feliz quedándote.
¿Cuáles son las consecuencias de esta dinámica disfuncional?
Ser un «tapete» en una relación puede tener graves consecuencias tanto para ti, como para la relación en sí misma. Entre otras tenemos:
- Pérdida de identidad: Al ceder constantemente a las necesidades y deseos de tu pareja, puedes perder tu sentido de identidad y autoestima. Por ejemplo, alguien que solía disfrutar de actividades en solitario o con amigos podría dejar de hacerlo por completo para complacer a su pareja, perdiendo su individualidad en el proceso.
- Resentimiento: Aceptar siempre las demandas de una pareja puede llevar a un resentimiento acumulado, que puede explotar en conflictos o problemas de salud mental, como la depresión o la ansiedad. Un ejemplo sería una persona que siempre cede en decisiones importantes, como dónde vivir o cómo manejar las finanzas, y luego se siente frustrada y enojada por no haber tenido voz en el asunto.
- Relaciones desequilibradas: Ser un «tapete» puede generar una dinámica en la que la pareja dominante se aprovecha de la sumisión del otro, lo que puede llevar a una relación tóxica y poco saludable. Por ejemplo, en una relación donde uno de los miembros controla todos los aspectos de la vida del otro, desde las decisiones financieras hasta la elección de amigos y actividades.
- Falta de crecimiento personal y de la relación: el crecimiento personal nos permite desarrollar nuestras habilidades, mejorar nuestra autoestima y alcanzar nuestras metas y aspiraciones. Cuando una persona se vuelve demasiado complaciente en una relación, puede descuidar su propio crecimiento y desarrollo. Abandona sus intereses personales, deja de lado sus sueños y objetivos, y pierde su sentido de identidad. La auto-negación constante puede llevar a la frustración, la infelicidad y la disminución de la autoestima.
Además, el crecimiento también es vital en el contexto de una relación. Las relaciones saludables implican un equilibrio de dar y recibir, donde ambas partes contribuyen y se benefician de la relación. Implica también la habilidad de enfrentar y resolver conflictos, la habilidad de comunicarse de manera efectiva y la capacidad de apoyarse mutuamente en el crecimiento personal. Cuando una persona se convierte en un «tapete en la relación», esta dinámica equilibrada se ve interrumpida.
¿Qué podemos hacer para dejar de ser el tapete en la relación?
Reconocer y aceptar el problema. El primer paso para cambiar cualquier comportamiento no saludable es reconocer que existe. En este caso, significa admitir que te estás adaptando en exceso en tu relación, al grado de estar perdiendo tu identidad. Un ejemplo de cómo hacerlo podría ser llevando un diario de tus emociones y comportamientos. Si notas que regularmente te sientes insatisfecho, infeliz o frustrado después de ceder ante los deseos de tu pareja, podría ser una señal de que estás siendo demasiado adaptable.
Establecer límites saludables. Los límites son esenciales en cualquier relación y son una manera de proteger tu bienestar emocional. Significa definir claramente lo que es aceptable y lo que no lo es en términos de cómo te tratan los demás. Por ejemplo, si tu pareja regularmente te pide que canceles tus planes para acomodarte a los suyos, un límite podría ser decir: «Aprecio que quieras pasar tiempo juntos, pero también necesito tiempo para mis propios intereses y actividades. Podemos encontrar un equilibrio que funcione para ambos».
Practicar la asertividad. Esto implica expresar tus necesidades, deseos y sentimientos de una manera respetuosa y segura. Al principio, puede ser incómodo si no estás acostumbrado a hacerlo, pero con la práctica se volverá más natural. Un ejemplo podría ser si tu pareja quiere ver una película que a ti no te gusta, en lugar de ceder automáticamente, podrías decir: «Sé que realmente quieres ver esa película, pero realmente no es de mi agrado. ¿Podríamos encontrar una que ambos queramos ver?».
Fortalecer la independencia. Mantener una sensación de individualidad e independencia en una relación es fundamental para evitar convertirse en un «tapete». Esto implica nutrir tus propios intereses, mantener relaciones sociales fuera de la pareja y sentirte cómodo estando solo.
Por ejemplo, si antes de la relación solías disfrutar de las clases de yoga los sábados por la mañana, pero las has dejado de lado para pasar más tiempo con tu pareja, considera retomarlas. Si te encanta leer, pero te has dado cuenta de que no tienes tiempo para ello porque estás constantemente ocupado con los intereses de tu pareja, aparta un tiempo específico cada semana para eso.
En términos de relaciones sociales, asegúrate de seguir manteniendo contacto regular con tus amigos y familiares. Si te das cuenta de que has dejado de ver a tus amigos tanto como solías hacerlo, haz un esfuerzo consciente para planificar actividades con ellos.
Por último, es importante sentirse cómodo estando solo. Esto no significa que no disfrutes de la compañía de tu pareja, sino que puedes estar solo sin sentirte ansioso o inseguro. Podría ser tan simple como disfrutar de un café en silencio por la mañana, hacer un paseo tranquilo o dedicar tiempo a la meditación.
¿Cómo dejar de ser tapete en la relación?
Nadie debería tener que perderse a sí mismo en una relación, hasta el punto de convertirse solo en el eco de su pareja. Todos tenemos algo único que aportar al mundo y las relaciones deberían celebrar eso, no opacarlo.
La adaptabilidad es una gran virtud en cualquier relación, pero hay una línea fina entre ser adaptable y olvidarte de quién eres. Y cuando cruzas esa línea, te conviertes en un «tapete», y eso no le hace bien a nadie.
El amor verdadero no te pide que te borres a ti mismo. Al contrario, en un amor auténtico, cada uno es su propio mundo y, aun así, decide compartir su vida con otro. En una relación sana, ambos deben poder crecer y cambiar, respetando sus diferencias y promoviendo su independencia.
Para cerrar, recuerda que adaptarse no significa dejarse pisotear. Puedes ser flexible y comprensivo sin perder tu esencia. Y si sientes que estás luchando para mantener tu identidad en tu relación, no dudes en buscar ayuda. Nadie debe sentirse perdido en una relación.
El amor verdadero te valora por lo que eres, no por lo que puedes dar.
Mario Guerra. Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra